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Tomado de Aleteia
El Papa Francisco ha querido un título que toca las cuerdas de la solidaridad en ocasión del próximo mensaje de la 102 Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado que se celebrará el próximo 17 de enero de 2016, que además se enmarca en la celebración del Año Santo de la Misericordia que la Iglesia católica abrirá en diciembre.
Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la misericordia es el tema del mensaje escogido por el Pontífice para sensibilizar sobre la migración forzada de “hombres y mujeres, obligados a abandonar sus propias tierras”.
El Consejo Pontificio de la Pastoral para los Migrantes y los Itinerantes (PCPMI) ha dado a conocer este jueves 20 de agosto el tema del mensaje que es un apelo para no olvidar “las actuales tragedias” en el mar y que tienen como víctimas a los inmigrantes. Cabe destacar que el mensaje pontificio completo será, en cambio, publicado en la vísperas de la fecha de la Jornada.
En este sentido, la Iglesia celebrará la Jornada Mundial y el Jubileo en las Iglesias locales bajo la bandera de la Misericordia.
Así, migrantes y refugiados serán involucrados a nivel diocesano y nacional en el Jubileo, el 17 de enero de 2016 y se dedicará un espacio central durante el Año Santo a la Jornada Mundial del Migrante y el refugiado.
La Iglesia insta a las comunidades cristianas a organizar iniciativas para ayudar a los refugiados e inmigrantes. El Vaticano quiere "sensibilizar" a la comunidad cristiana sobre el fenómeno migratorio, para que esta atención no sea reducida a una Jornada o "un día especial". Por esto, se esperan actos concretos de solidaridad que “expresen la cercanía y la atención” a estas personas.
¿Por qué recordar al mundo que los migrantes sufren?
“Ante el riesgo evidente de que este fenómeno sea olvidado, el Santo Padre presenta el drama de los migrantes y refugiados como una realidad que nos interpela”, escribe el dicasterio vaticano.
En este contexto, la bula papal del anuncio del jubileo de la Misericordia indica: “No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio” (15).
Por otro lado, la segunda parte del tema de la Jornada “La respuesta del Evangelio de la Misericordia” presenta la obligación del mundo y de la Iglesia ante el drama de los migrantes. Por ello, el Papa Francisco invita a todo el pueblo cristiano –indica el PCPMI– a reflexionar durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales, entre las que se incita a acoger al forastero.
Una respuesta al amor hacia los más pequeños que se encuentra en la jusficación de la Jornada Mundial y en los objetivos de difundir la misericordia en el mundo. “Siendo discípula de Jesús, la Iglesia es llamada siempre a anunciar la liberación a los que están prisioneros de las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna” (16).
De esta manera, la Iglesia pide una necesaria relación entre justiciay misericordia, dos dimensiones de una misma realidad (20).
La tradición del Mensaje de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado
El origen del primer mensaje de la Jornada Mundial dedicado a la migración tiene raíces en la carta circular “El dolor y las preocupaciones” del 6 de diciembre de 1914, firmada por la Sagrada Congregación Consistorial, dirigida a los ordinarios diocesanos italianos. El objetivo era instituir una jornada para recoger fondos para ayudar a los migrantes italianos en el exterior y organizar las misiones.
Nació así el 21 de febrero de 1915 la Jornada Mundial del Refugiado y el Migrante instituida por el Vaticano.
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