24 agosto 2015

Las crisis de fe



1. Jesús conoció en algunos momentos de su vida crisis, murmuraciones, incredulidades. No todos sus discípulos fueron fieles: hubo un traidor; y en repetidas ocasiones padeció incomprensión familiar y oposición por parte de las autoridadesIncluso toda su vida terminó en un aparente fracaso. Nosotros también nos vemos tentados por el desaliento, el escepticismo y la incredulidad. Entonces desistimos, nos alejamos, nos«desapuntamos»…
2. Los que abandonan a Jesús critican la dureza o necedad de su mensaje, que consideran una tontería o una locura. En el fondo, si el Mesías no es rey poderoso y milagroso, no interesa. Muchos de sus discípulos esperaban de la religión nacionalista un triunfo terreno, una victoria por las armas, una expulsión de los usurpadores… Representan a la carne sin espíritu. Son los que confían en la conquista, el dominio, el confort, el lujo… Quieren un mesías dominador, una Iglesia fuerte y triunfante y un mundo construido con el poder del dinero y de la fuerza militar.
3. En cambio, los que escogen la emancipación y la libertad para expresar el acto de fe pascual en Jesús son nacidos del Espíritu, capaces de rehacer una nueva humanidad. Confían en la entrega personal. A éstos —representados por Pedro cuando afirma tajantemente: «Nosotros creemos—, el Padre les «concede» sabiduría, talante cristiano y capacidad de optar firmemente por la conversión.
REFLEXIÓN CRISTIANA:
¿Cómo superamos los momentos de crisis? 
¿Somos capaces de expresar públicamente la fe?
Casiano Floristan

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