05 agosto 2015

Domingo 9: Guión Litúrgico 2

R I T O S    I N I C I A L E S
CANTO DE ENTRADA.
Reunidos en el nombre del Señor que nos ha congregado ante su altar, celebremos el misterio de la fe bajo el signo del amor y la unidad.  Celebremos el misterio de la fe bajo el signo del amor y la unidad.

Tú, Señor, das sentido a nuestra vida, tu presencia nos ayuda a caminar, tu Palabra es fuente de agua viva que nosotros sedientos a tu mesa venimos a buscar.
   
SALUDO Y  MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del primer libro de los Reyes 19, 4-8.

En aquellos días, Elías continuó por el desierto una jornada de camino, y, al final, se sentó bajo una retama y se deseó la muerte: “¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!”
Se echó bajo la retama y se durmió.  De pronto un ángel lo tocó y le dijo: “¡Levántate, come!”
Miró Elías, y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras y un jarro de agua.  Comió, bebió y se volvió a echar.  Pero el ángel del Señor le volvió a tocar y le dijo: “¡Levántate, come!, que el camino es superior a tus fuerzas.”
Elías se levantó, comió y bebió, y, con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios.
     PALABRA DE DIOS


SALMO RESPONSORIAL. Salmo 33.
Antífona: Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre.  Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias.

Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.  Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.

El ángel del Señor campa en torno a sus fieles y los protege.  Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. 


SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios 4, 30—5, 2.

Hermanos:
No pongáis triste al Espíritu Santo de Dios con que él os ha marcado para el día de la liberación final.
Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad.  Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo.
Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor. 
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo –dice el Señor-; el que coma de este pan vivirá para siempre.   

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Juan 6, 41-51.

En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: “Yo soy el pan bajado del cielo”, y decían: “¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?”
Jesús tomó la palabra y les dijo: “No critiquéis.  Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado.
Y yo lo resucitaré el último día.
Está escrito en los profetas: ´´Serán todos discípulos de Dios``
Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí.
No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre.
Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida.  Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.” 
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Te ofrecemos Señor, lo que nos diste Tú.

La fe que sembraste en todos los hombres, el amor y la esperanza que llenan la vida.

El pan en las manos de tu sacerdote, el cáliz que ofrece por todos los hombres.      

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Yo soy el pan de vida, el que viene a mí no tendrá hambre, el que cree en mí no tendrá sed.  Nadie viene a mí, si mi Padre no le atrae.

Yo le resucitaré, yo le resucitaré, yo le resucitaré, en el día final.  Yo le resucitaré, yo le resucitaré, yo le resucitaré, en el día final. 

El pan que yo daré es mi cuerpo, vida para el mundo.  El que siempre coma de mi carne, vivirá en mí, como yo vivo en mi Padre.

Yo soy esa bebida que se prueba y no se siente sed.  El que siempre beba de mi sangre, vivirá en mí y tendrá la vida eterna.

Sí, mi Señor, yo creo que has venido al mundo a redimirnos.  Que tú eres el Hijo de Dios y que estás aquí alentando nuestras vidas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Gracias, Señor, por ser el alimento que nos da la vida.  No dejes nunca que nos apartemos de Tí.

Gracias, porque cada día nos das numerosos signos de tu bondad, de tu amor, de tu misericordia y perdón.

Danos un corazón agradecido.  Un corazón que reza al Padre como tú lo hacías.  Un corazón que espera con gozo encontrarte al final de nuestro camino, Tú que eres la Resurrección y la Vida.

Ayúdanos a vivir la Eucaristía, como un encuentro gozoso en el que nos das tu perdón, tu Palabra, tu Cuerpo y al que nosotros traemos nuestros gozos y penas, las ilusiones y las tristezas, las esperanzas y los temores, pero sobre todo traemos nuestro agradecimiento.

Gracias, Señor.

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN

BENDICIÓN Y DESPEDIDA
Canto:
Hoy, Señor, te damos gracias, por la vida la tierra y el sol.  Hoy, Señor, queremos cantar las grandezas de tu amor.

Gracias, Padre, tú guías mis pasos, tú eres la luz y el camino, conduces a ti mi destino, como llevas los ríos al mar.

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