18 agosto 2015

Domingo 23 agosto: Moniciones 1



MONICIÓN DE ENTRADA

Recibid nuestra más fraternal bienvenida en el inicio de esta Eucaristía correspondiente al Domingo 21 del tiempo Ordinario. Y así, otro domingo más nos reunimos en el nombre del Señor Jesús para celebrar comunitariamente el banquete de la esperanza, del amor y de la fe. La asamblea semanal hecha en la presencia de Dios nos prepara para acercarnos más y más a nuestra mejor meta que es la de ser auténticos seguidores de Cristo. Iniciemos nuestra eucaristía con gozo y esperanza.



MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- En el libro de Josué es el Señor Dios Padre quien pregunta al pueblo de Israel si quiere abandonarle. Nuestra primera lectura de hoy nos ofrece un buen ejemplo de fidelidad al Señor. Bien podemos decir todos como Josué: “Serviremos al Señor, porque Él es nuestro Dios


S.- Terminamos hoy la lectura sucesiva, en varios domingos, del Salmo 33. Maravillosa oración de acción de gracias por el Señor que nos salva de todos los peligros. Es un salmo para la oración personal y comunitaria.

2.- San Pablo nos da una lección de respeto conyugal que debemos leer con ojos y efectos de hoy. Vamos, pues, a escuchar en nuestra segunda lectura de hoy --en la Carta a los Efesios-- la formulación de un gran misterio de amor que, por supuesto alcanza a los conyuges, pero también al prodigioso misterio de amor de Cristo y de su Iglesia.

3.- Hoy, llama la atención, especialmente, el evangelio de Juan. Se produce una fractura, una ruptura entre Cristo y sus discípulos. Es un momento dramático. Jesús, preguntará a Pedro –como lo hace con nosotros todos los días—si queremos marcharnos de su lado. Y la única respuesta posible es la de Simón.

Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Javier Leoz, sacerdote de la diócesis de Pamplona, nos ofrece, una semana más una bella plegaria para estos momentos finales de nuestra Eucaristía.



VOY CONTIGO, SEÑOR

Porque eres el único que  permanece,

la verdad que nos hace  libres

el sol que, más allá del que  alumbra en lo alto,

nos alumbra una eternidad en  el cielo.

Te lo prometo, Señor; yo no  me voy

Porque, en el mundo, cambian  muchas cosas

Lo que es amor, luego se  convierte en egoísmo

Lo que es gratuito, a  continuación es alto precio.

Tú, en cambio Señor, cumples  lo que prometes

con un amor leal, legal y  sin límites.

¿Se puede pedir algo más  santo y bueno, Señor?

Amén

Exhortación de Despedida

San Pedro nos lo ha dicho hoy. Nunca dejaremos a Jesús porque, realmente, no sabemos donde ir. Él es nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida.

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