23 julio 2015

Moniciones. Domingo 26 de julio

MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos a la Eucaristía de este último domingo del mes de julio. La Palabra de Dios que nos llega hoy nos parece irreal. Con los pies en el suelo vemos que escapa de toda lógica. Tanto el profeta Eliseo como Jesús de Nazaret piden una entrega total… Y es que la lógica de Dios es distinta a la nuestra. Nos pide que ofrezcamos a los demás hasta lo que no tenemos, que pongamos a disposición de los otros lo que ni siquiera es suficiente para nosotros. Nos manda empezar a distribuir con una cesta vacía. Quiere el Señor que probemos el sabor del pan compartido, de las cosas regaladas. En realidad las lecturas de hoy no nos dan la receta para no morir de hambre, pero nos enseñan a hacer ejercicios de fe. Porque es verdad que sólo Dios puede hacer milagros, pero a cada uno de nosotros nos corresponde abrir las manos, mostrar los panes y ponerlos a su disposición.

 

MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS

1.- Nuestra primera lectura procede del Libro Segundo de los Reyes. Y presenta una escena parecida a la que, luego, nos presentará el evangelio. El pueblo por intervención divina “comerá y hasta sobrará”.

S.- El salmo 144 es como un anticipo de los tiempos cristianos. Habla del Reino de Dios y de su futura realización. Y eso no era frecuente en los tiempos de David. Además añade que la justicia de Dios va acompañada de su misericordia, concepto también del Nuevo Testamento.

2.- Nos da San Pablo, en el fragmento que se lee hoy de la Carta a los Efesios, un breve y profundo plan para nuestra vida de cristianos. Y así ejercitar nuestra vocación en la humildad, en la unidad, en el amor

3.- Digamos antes de nada que en este domingo se interrumpe la lectura del Evangelio según San Marcos para proclamar completo el capítulo sexto de San Juan a lo largo de los siguientes domingos. Y afirmar, ahora, que hay una similitud aplastante entre la primera lectura y el evangelio. Las dos presentan un hecho que desborda a lo que vivimos hoy. En un mundo lleno de ordenadores capaces de hacer los cálculos más imprevisibles, no se puede encajar una programación tan absurda: “dar de comer a la gran multitud con un cesto casi vacío hace cuando alguien se le acerca para decirle: Señor aquí hay uno que tiene un poco de fe.

Lectura de Postcomunión


MONICIÓN

Una semana más el padre Leoz nos muestra una bella plegaria para estos momentos finales de nuestra eucaristía

 

AQUÍ ME TIENES, SEÑOR

Tal vez, sea insuficiente;

mis capacidades, mi  pensamiento,

mi alabanza, mi oración,

mi entrega, mi testimonio.

Tal vez sea poco

lo que la cesta de mi  corazón albergue.

Pero, aquí me tienes, Señor

Mucho me diste y, por ello,

te doy las gracias, te  bendigo y te alabo.

Mucho me diste y, por ello,

te pido que nunca deje de  ser sensible

a las necesidades de mis  hermanos.

Amén

Exhortación de Despedida

El pan multiplicado es un símbolo muy cercano al Pan del Cielo. Entonces sirvió para alimentar a gente exhausta del cuerpo. Ahora con la Eucaristía hemos alimentado cuerpo y alma. Es una buena reflexión para cuando salgamos del templo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario