22 junio 2015

Lunes XII de Tiempo Ordinario

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, gracias por darme este tiempo para mi oración. Te necesito en mi vida y en la vida de mi familia, porque me dejo agobiar fácilmente por las actividades de mi ocupación cotidiana perdiendo la noción del tiempo que debería dedicarte a Ti y a los demás. Pero sé que siempre estás ahí para mí con tu amor incondicional. Gracias. Te amo y quiero que siempre seas el centro de mi vida. 
Evangelio del día (para orientar tu meditación) 
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No juzguen y no serán juzgados; porque así como juzguen los juzgarán y con la medida que midan los medirán. 
¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano y no te das cuenta de la viga que tienes en el tuyo? ¿Con que cara le dices a tu hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo”, cuando tú llevas una viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga que tienes en el ojo, y luego podrás ver bien para sacarle a tu hermano la paja que lleva en el suyo.”
Palabra del Señor.
Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio (te sugerimos leer esto que dijo el Papa) 
«No se puede corregir a una persona sin amor y sin caridad. No se puede hacer una intervención quirúrgica sin anestesia: no se puede, porque el enfermo morirá de dolor. Y la caridad es como una anestesia que ayuda a recibir la cura y aceptar la corrección. Apartarlo, con mansedumbre, con amor y hablarle.
En segundo lugar es necesario no decir algo que no es verdad. Cuántas veces en nuestras comunidades se dicen cosas una persona de la otra que no son verdaderas: son calumnias. O si son verdad, se arruina la fama de esa persona. Por eso los chismorreos hieren, los chismes son bofetadas al corazón de una persona. Ciertamente, cuando te dicen la verdad no es bonito escucharla, pero si se dice con caridad y con amor es más fácil aceptarla. Por tanto, se debe hablar de los defectos de los otros con caridad.
A continuación, Francisco ha explicado que el tercer punto es corregir con humildad. “¡Si debes corregir un defecto pequeño allí, piensa que los tuyos son mucho más grandes!
La corrección fraterna es un acto para curar el cuerpo de la Iglesia. Hay un agujero, ahí, en el tejido de la Iglesia que es necesario coser de nuevo. Y como las madres y las abuelas, cuando cosen, lo hacen con mucha delicadeza, así se debe hacer la corrección fraterna. Si no eres capaz de hacerlo con amor, con caridad, en la verdad y con humildad, se comete una ofensa, una destrucción del corazón de la persona, se hace un chismorreo más, que hiere y te convierte en un ciego hipócrita, como dice Jesús. ‘Hipócrita; quita primero la viga de tu ojo…’ ¡Hipócrita! Reconoce que eres más pecador que el otro, pero que tú, como hermano debes ayudara corregir al otro. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 12 de septiembre de 2014, en Santa Marta). 
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal¿Qué? El que más amor implique… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Voy a reflexionar sobre mi actitud al corregir o perdonar, para detectar y renunciar a «eso» que me impide acercarme más a los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario