30 abril 2015

Reflexión al Evangelio de hoy, 30 abril

Queridos amigos:
“Dichosos vosotros si entendéis estas cosas y las ponéis en práctica”, esta bienaventuranza de Jesús a los discípulos está situada en el contexto inmediato del gesto de servicio de Jesús consistente en lavar los pies de los discípulos. Y es que Jesucristo es en sí mismo la “Palabra abreviada”. En él se concentra y se realiza el conjunto de la Escritura; en él resuenan todas las palabras inspiradas de la Biblia. Y  todos los gestos del servicio y la misión de Israel en la historia de salvación.
En este tiempo pascual, el Señor resucitado anima, reconoce, confirma a su Iglesia por el dinamismo de la Palabra. Quiere transformar a los seguidores en testigos de la fuerza de la resurrección. Los inicia en la nueva forma de presencia y de acción del de Jesús, convertido en Cristo. Los discípulos continúan la misión de Jesús: son enviados. Pero no basta. Tienen que continuar la práctica de Jesús. “el enviado no es más que el que le envía”. La misión es servicio; el estilo de los misioneros se autentifica en el servicio recíproco.
El ejemplo de Jesús instruye y fortaleza a los discípulos. Los prepara para afrontar las dificultades. Tendrán que vivir la traición, como Jesús mismo sufrió la deslealtad de su discípulo Judas. Jesús prepara a los discípulos para el futuro y los previene. Les confiere la certidumbre de la identificación con él: el que los recibe a ellos, en realidad, lo recibe a él, el que lo recibe a él, recibe, en realidad, al Padre.
La bienaventuranza de Jesús sobre la praxis de sus gestos nos confronta con nuestra actitud. Nos  escudriña sobre nuestros sentimientos de dicha en el seguimiento de la praxis servicial de Jesús. ¿Entiendo yo la praxis del servicio? ¿La continúo en mi vida como actitud permanente? ¿Cuáles  son mis luchas por el poder clerical, laical, conyugal o familiar?
Bonifacio Fernández,cmf

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