26 marzo 2015

Domingo de Ramos: Moniciones 2



MONICIÓN DE ENTRADA

Va a comenzar nuestra Eucaristía a la cual os damos la más fraterna bienvenida. Acabamos –hace solo un momento-- de celebrar la procesión de Las Palmas. Y deciros que estamos en la Semana Central de nuestra realidad como seguidores de Cristo. Hoy comenzamos la Semana Santa. Conmemoramos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Él sabe muy bien a qué se compromete con esta opción que ha tomado; pero, Él ha venido a cumplir una misión y la llevará hasta el final. Deja que en su entrada lo aclamen los que lo han seguido. Quiere dejarles un mensaje muy claro. Él tan sólo quiere reinar en el corazón de cada hombre, y sabe que sólo los pobres, los pequeños, los niños se decidirán a vitorearlo con todos los riesgos. Pues ellos si guardan en su interior un corazón abierto a la novedad de Dios. Y eso es lo que Jesús ha venido a buscar. Pidámosle su gracia para seguirlo durante estos días lo más cerca posible. Todos estos momentos que nos taladrarán el corazón son necesarios para llegar a la Pascua. Acompañémosle en su triunfo de hoy, pero también en su amor desbordado durante el Jueves Santo, junto a Él en su sufrimiento del viernes y luego en la gloria de la Resurrección. ¡Estemos siempre junto a él!



MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- La primera lectura sacada del Libro de Isaías, nos muestra al Señor, siempre cerca del que sufre. Para él tiene una palabra de aliento, una mano tendida, una ayuda crucial. Es un relato crucial del Antiguo Testamento para mejor entender la Pasión de Cristo. Es el tercer cántico del Siervo del Señor.

S.- Al Salmo 21 se le considera, como en el caso de la profecía del Siervo de Yahvé, una anticipación profética de lo que iba a ser el sufrimiento de Jesús de Nazaret para salvarnos a todos. Jesús, en la cruz, reza estos versos al Padre en un momento tan significado e importante para la redención del género humano.

2.- Un fragmento de la Carta a los Filipenses, conforma la segunda lectura. San Pablo nos reclama para realizar estas acciones desde la más profunda humildad. Y como ejemplo: Cristo. Él lo hizo todo sin hacer alarde de su categoría de Dios.

3.- Como evangelio La Pasión. Cualquier palabra sobraría para llegar a comprender que fue el mayor acto de amor que pueda conocer la historia. Tras la alegría de la entrada en Jerusalén que hemos celebrado con la Procesión de los Ramos, la liturgia de este día lee completa la Pasión de Nuestro Señor que en el presente ciclo --el B-- corresponde a San Marcos. El relato de Marcos es completo y escueto, rico en matices. Es ya difícil saber por qué Jesús tiene que morir. Y, sobre todo, admitir que ha de morir y en la Cruz.

Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

El sacerdote navarro, Javier Leoz, nos presenta esta bella plegaria para los momentos finales de nuestra Eucaristía.


TE REVISTES DE HUMILDAD, SEÑOR

Y, por encima de la multitud  de ramos y palmas,

se divisan las horas con más  pasión y amor

por ningún hombre, jamás  vividas.

Vamos contigo, Señor, hasta  el final

Vamos contigo, Jesús, hasta  el Calvario

Nos arrancarás de la muerte,  con tu muerte

Con tu cruz, nos redimirás

Nos resucitarás, con tu  resurrección

TE REVISTES DE HUMILDAD,  SEÑOR

y….te decimos: ¡HOSANNA!  ¡HOSANNA!

Exhortación de Despedida

Hoy, Jesús, ha entrado triunfador en Jerusalén, pero dentro de tres días todo el mundo --nosotros mismos-- pedirá su muerte. Tengámoslo en cuenta y sepamos que hay que estar con Cristo –y con los hermanos—cuando el tiempo es bueno y amable, y cuando llegan las grandes borrascas. No lo olvidemos.

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