28 marzo 2015

Aquí tenéis al hombre

Era un viernes tenso y agresivo. Años más tarde se le conocería como Viernes Santo, cuando en la ciudad de Jerusalén la máxima autoridad romana, Poncio Pilato, en aquel escenario sub-realista hizo de presentador involuntario de Jesús ante el pueblo judío e indirectamente ante la historia: “He aquí al hombre (Ecce homo). De alguna forma es puesto ante al humanidad como modelo, como referente del ser humano. A lo largo de los siglos muchas personas individuales y varios sistemas políticos y movimientos sociales han propuesto o han querido proponer modelos de hombre-mujer y de sociedad. Cito dos ejemplos: Jesús de Nazaret y Maquiavelo, de los muchos a los que se puede recurrir.
No se trata de ofrecer un análisis acabado de estos personajes. Simplemente recordar una serie de datos, de aspectos que el escuchante completará y llegará a la conclusión de cuáles de estos modelos, estilos o tipos predominan en nuestra sociedad.
Maquiavelo, escritor y sociólogo, gozó de gran influencia. Vivió en el siglo XVI. Es un hombre actual, ya que tanto su sociedad como la nuestra se caracterizan por tres aspectos: una situación de corrupción generalizada, acentuado desequilibrio social y honda desigualdad económica. En sus escritos, sobre todo en su libro más importante El Príncipe, que es más pequeño que el libro de los evangelios, señala las claves de cómo ganar el poder y mantenerse en él. Aunque para ello haya que actuar contra la lealtad, contra la compasión, contra la religión. Se vale de una metáfora: el gobernante o príncipe tiene que ser zorro y león: hábil y astuto como el zorro; dominante y despiadado como el león. Incluso en algunas ocasiones el practicar la hipocresía es una virtud, porque “todos ven lo que pareces, pocos tocan lo que eres”. Da un aviso desolador: “los hombres traicionan antes a sus semejantes que aman, que a quienes temen”. Maquiavelo estaba convencido de que la política es el arte de lo posible.
Ahí van algunas pinceladas de su pensamiento. Ellas nos ayudarán a formarnos una idea. Para Maquiavelo lo importante es ganar. La victoria es lo más relevante, la única medida del éxito y si no se la puede alcanzar de otro modo, no hay nada equivocado en hacer trampas.
También Jesús mostró cómo tenía que ser, que comportarse el hombre y la mujer. Más aún, su vida fue el ejemplo más claro. A lo largo de estas líneas recojo algunos rasgos. Si bien es más importante que nos acerquemos a su figura y tratemos de descubrir los hilos que mueven su existencia. Un resumen de su vida lo da el evangelio cuando dice: “pasó por el mundo haciendo el bien y curando a todos los que sufrían bajo el poder del mal”. Sobre todo fue sensible respecto al poder y al dinero. “Nadie puede servir a Dios y al dinero”. “El que quiera ser vuestro jefe, que sea vuestro servidor”. “Ejemplo os he dado, así como yo os he lavado los pies, vosotros haced lo mismo”. Recomienda perdonar setenta veces siete. Muere en el Calvario perdonando. Se define como “yo soy el camino, la verdad y la vida”. Alaba a los pacíficos, a los misericordiosos, a los justos, a los limpios de corazón. Reduce todos los mandamientos a uno: amar a Dios y amar al prójimo. Añadiendo algo importante:”como yo os he amado”. “Se levantó de madrugada, fue al descampado y se puso a orar”. También dijo que “hay más dicha en dar que en recibir” y que tratemos a los demás como nosotros queremos que nos traten.
Un Jesús cercano, compasivo, valiente, amable, generoso, amigo de los enfermos y de la gente rota. Que nos brinda un mensaje de liberación, que cura a los enfermos. Nos insiste en ser audaces, solidarios, creativos y libres. Nos recuerda que no solo de pan vive el hombre (aunque también de pan) y que“por sus obras los conoceréis”
La persona humana (lo mismo el cristiano) tiene que aprender a vivir. De los muchos modelos de vivir tenemos que elegir uno. A lo largo de esta semana viviremos los acontecimientos que Jesús llamó “su hora”. Que nos ayuden a responder a la pregunta “¿quién eres Jesús?”.
Josetxu Canibe

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