10 febrero 2015

Liturgia 10 de febrero

Santa Escolástica, virgen
Memoria obligatoria. Blanco.
Santa Escolástica se consagró a Dios desde niña, mientras vivía con sus padres. Luego siguió muy de cerca el camino que hacía su hermano, san Benito, en la fundación de monasterios. Ella se estableció en una abadía de mujeres, cerca de su hermano. Por eso no solo los unió un gran cariño fraternal, sino también la espiritualidad compartida.
Antífona de entrada
Esta virgen sabia y prudente salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida.
Oración colecta
Te pedimos, Padre, en esta celebración de santa Escolástica, virgen, que, siguiendo su ejemplo, te sirvamos con un amor puro y experimentemos las delicias de tu amistad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Lectura Gn 1, 20—2, 4a
Lectura del libro del Génesis.
Continuando la creación, Dios dijo: “Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros sobre la tierra, por el firmamento del cielo”. Dios creó los grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces los bendijo, diciendo: “Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares y que las aves se multipliquen sobre la tierra”. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el quinto día. Dios dijo: “Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie”. Y así sucedió. Dios hizo las diversas clases de animales del campo, las diversas clases de ganado y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y Dios vio que esto era bueno. Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo”. Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo, diciéndoles: “Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra”. Y continuó diciendo: “Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde”. Y así sucedió. Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el sexto día. Así fueron terminados el cielo y la tierra, y todos los seres que hay en ellos. El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había creado. Este fue el origen del cielo y de la tierra cuando fueron creados.
Palabra de Dios.

Comentario
Dios, Creador y dador de vida, entrega ahora la responsabilidad de la vida a la humanidad. No pensemos que esto queda limitado a una pareja o al primer par de habitantes de la tierra. Todos recibimos de parte de Dios la misión de dar vida y de cuidarla.
Salmo 8, 4-9
R. ¡Señor, qué admirable es tu Nombre!
Al ver el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado: ¿qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides? R.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y esplendor; le diste dominio sobre la obra de tus manos, todo lo pusiste bajo sus pies. R.
Todos los rebaños y ganados, y hasta los animales salvajes; las aves del cielo, los peces del mar y cuanto surca los senderos de las aguas. R.
Aleluya Sal 118, 36. 29b
Aleluya. Inclina mi corazón hacia tus prescripciones y dame la gracia de conocer tu ley. Aleluya.
Evangelio Mc 7, 1-13
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras, de la vajilla de bronce y de las camas. Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?”. Él les respondió: “¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos’. Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres”. Y les decía: “Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios. Porque Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’, y además: ‘El que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte’. En cambio, ustedes afirman: ‘Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro corbán –es decir, ofrenda sagrada– todo aquello con lo que podría ayudarte…’. En ese caso, le permiten no hacer nada más por su padre o por su madre. Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como estas, hacen muchas otras cosas!”.
Palabra del Señor.
Comentario
Pensemos, muy sinceramente, si el amor es suficiente para hacernos superar algunas leyes o prácticas religiosas, si alguna vez quebrantamos alguna norma para atender a un hermano por amor, o si puede más la necesidad “del otro” que el triunfo de “mi cumplimiento”…
Oración sobre las ofrendas
Señor, te proclamamos admirable en la conmemoración de santa Escolástica, virgen, y te pedimos humildemente que, así como sus méritos fueron de tu agrado, aceptes esta liturgia que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión cf. Mt 25, 6
Ya viene el esposo, salgan al encuentro de Cristo, el Señor.
Oración después de la comunión
Señor y Dios nuestro, fortalecidos con esta eucaristía te pedimos que, a ejemplo de santa Escolástica, asumiendo en nuestro cuerpo los sufrimientos de Cristo, nos esforcemos por vivir unidos solamente a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario