24 febrero 2015

La música, II Domingo de Cuaresma

«ÉSTE ES MI HIJO, EL AMADO; ESCUCHADLO»
“Señor, te reconocemos
y tu Palabra escuchamos,
tus caminos seguiremos
y tu ley de amor cantamos”
(Nos has llamado al desierto)
Ambientación musical. “Attende, Domine”1 en Momentos de Paz-16.
En la soledad del desierto o del Tabor entramos dentro de nosotros mismos sin máscaras ni engaños. En el silencio, Dios nos habla y nos descubre el sentido de la vida en todo su dinamismo peregrinante. Hemos de vivir ligeros de equipaje, dispuestos siempre a levantar la tienda como quien atraviesa el de- sierto con sus inclemencias, inseguridades y peligros. Pero Dios va con nosotros. Y la luz de la Pascua, en la que todo florece, ilumina y alienta nuestro caminar.
Canto de entrada: “Haz brillar sobre nosotros” CLN 714; ”Sube a la montaña” en el CD Cristo libertador (SP). “Me invocará y lo escucharé” MD 331-1; CLN A 12.
Antífona responsorial (Salmo): ”Caminaré en presencia del Señor”; o bien con la antífona de J. A. Espinosa, más popularizada CLN. 534.
Santo: CLN I 3 (Manzano).
Comunión: Al acercarnos a la Mesa del Señor decimos, como Pedro en el Tabor, “qué bien se está aquí!”, y lo expresamos con el canto “Contemplad al Señor” CLN O 37: Contemplad al Señor y quedaréis radiantes. Gustad y ved, ¡qué bueno es el Señor!; o bien, “Tú eres el Dios que nos salva” MD 58; CLN 608.
Antonio Alcalde Fernández

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