11 febrero 2015

Guión Litúrgico 3. Domingo 15 febrero



15 DE FEBRERO DE 2015
Liturgia de las Horas – Segunda Semana del Salterio.


R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Vienen con alegría, Señor, cantando vienen con alegría, Señor, los que caminan por la vida, Señor, sembrando tu paz y amor. (Bis)

Vienen trayendo la esperanza a un mundo cargado de ansiedad; a un mundo que busca y que no alcanza caminos de amor y de amistad.
   
SALUDO Y  MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro del Levítico 13, 1-2. 44-46.

El Señor dijo a Moisés y a Aarón: “Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel, y se le produzca la lepra, será llevado ante Aarón, el sacerdote, o cualquiera de sus hijos sacerdotes.  Se trata de un hombre con lepra: es impuro.  El sacerdote lo declarará impuro de lepra en la cabeza.
El que haya sido declarado enfermo de lepra andará harapiento y despeinado, con la barba tapada y gritando: ´´¡Impuro, impuro!``  Mientras le dure la afección, seguirá impuro; vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento.” 
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 31.
Antífona: Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.

Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: “Confesaré al Señor mi culpa”, y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero.  


SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios 10, 31—11,1.

Hermanos:
Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios.
No deis motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de Dios, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven.
Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.  Dios ha visitado a su pueblo.
    

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 40-45

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: “Si quieres, puedes limpiarme.”
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Quiero: queda limpio.”
La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente: “No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.”
Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aún así acudían a él de todas partes.          
  PALABRA DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
En este mundo que Cristo que nos da, hacemos la ofrenda del pan.  El pan de nuestro trabajo sin fin y el vino de nuestro cantar.  Traigo ante Ti nuestra justa inquietud: Amar la justicia y la paz.

Saber que vendrás, saber que estarás, partiendo a los pobres tu pan.  Saber que vendrás, saber que estarás, partiendo a los pobres tu pan.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Si vienes conmigo y alientas mi fe, si estás a mi lado a quien temeré. (Bis)

A nada tengo miedo, a nadie he de temer, Señor, si me protegen tu amor y tu poder.  Me llevas de la mano, me ofreces todo bien.  Señor, Tú me levantas, si vuelvo a caer.

¡Qué largo mi camino! ¡qué hondo mi dolor!  Ni un árbol me da sombra ni escucho una canción.  ¿Será que a nadie puedo mirar ni sonreír?  Señor, Tú solo quedas, Tú solo junto a mí.

En cosas que se mueren yo puse el corazón.  Fue tierra mi tesoro, fue vana mi ilusión.  En cosas que se mueren me voy muriendo yo, Tú solo vives siempre, Tú solo mi Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Señor, Tú eres:
El hambre que debe ser saciado.
La sed que debe ser apagada.
El desnudo que debe ser vestido.
El sin techo que debe ser hospedado.
El enfermo que debe ser curado.
El envidiado que debe ser perdonado.
El no aceptado que debe ser recibido.
El rechazado que debe ser acogido.
El abandonado que debe ser amado.
El sidoso que debe ser ayudado.
El mendigo que debe ser socorrido.
El borracho que debe ser recuperado.
El loco que debe ser protegido.
El insignificante que debe rehabilitarse.
El ciego que debe ser acompañado.
El sin voz que necesita quien hable.
El cojo que necesita una mano amiga.
El drogado que puede regenerarse.
La prostituta que puede ser rehabilitada.
El anciano que debe ser querido, atendido y escuchado.
Señor, no nos dejes pasar a tu lado, sin reconocerte en nuestro hermano.

(Madre Teresa de Calcuta). 

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Canto.
Gracias, Señor, por nuestra vida; gracias, Señor, por la ilusión; gracias, Señor, por la esperanza; gracias, de todo corazón.

Gracias. Señor por la sonrisa; gracias, Señor, por el calor; gracias, Señor, por cada hombre que aún confía en el amor; gracias, Señor, por cada hombre que aún confía en el amor. 

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