02 diciembre 2014

Moniciones 2. Segundo Domingo de Adviento, 7 diciembre

LA CORONA DE ADVIENTO

La corona de Adviento es la fórmula más habitual y más sencilla de ir iniciando los domingos de Adviento. Y nuestras moniciones como, en otros años, irán reflejando ese hecho. La corona de Adviento tiene cuatro velas de colores diferentes y cada domingo de Adviento se enciende una. En el caso del primer domingo se encenderá la primera y las demás quedarán apagadas. Cuando lleguemos al segundo domingo de Adviento, antes de iniciarse la Eucaristía, ya estará encendida la vela del domingo anterior y, por tanto, se encenderá la segunda. Haremos lo mismo con la tercera y la cuarta. En caso de la tercera, iniciaremos la celebración con las dos velas anteriores ya encendidas y prenderemos la tercera. Para la cuarta, antes de comenzar ya estarán encendidas las tres y completaremos la corona con la cuarta vela encendida.

OTRAS POSIBILIDADES

Pueden presentarse, delante del altar, cuatro cirios grandes, también de colores, situados sobre una pequeña escalera que los sitúe a diferentes alturas. Esa escalera o estructura puede cubrirse con un paño del color morado típico del Adviento. La más baja será la del primer domingo y la más alta la correspondiente al cuarto. Se encenderán de la misma forma.


Otra fórmula interesante es colocar un “misterio”, un gran portal de Belén. Puede servir el que se vaya a destinar después al Nacimiento. Y se irán poniendo imágenes distintas de manera sucesiva. Al estar el portal vacío, la primera colocación puede ser la del pesebre –la cunita—vacía. Más adelante, en el segundo, se completa con los animales. El tercero con los pastores y San José. El cuarto colocar la imagen orante de la Virgen María manteniendo el pesebre vacío pues todavía no ha nacido el Señor.

El uso de las moniciones es parecido y similar a lo que se cita en el caso de las velas. Y en lugar de decir, por ejemplo, “al encender esta vela” pues se cambia por “al colocar esta figura de…”



IMPORTANTE: VER LA PÁGINA DE REPORTAJE

En la habitual página de Reportaje (acceder desde el menú azul de la izquierda o desde el título central de la página de inicio) hemos situado otros textos, inéditos, del Padre Javier Leoz sobre el Adviento. Hay otro formulario completo para la bendición de las cuatro velas de la Corona de Adviento. También un Pregón de Adviento, un Decálogo de Reflexiones para este Tiempo de Espera y la serie de las "Cuatro Palabras" de Adviento.



BENDICIÓN DE LA SEGUNDA VELA DE ADVIENTO

(Preparada por Javier Leoz)

Los profetas mantenían encendida

la esperanza de Israel.

Nosotros, como un símbolo,

encendemos estas dos velas.

El viejo tronco está rebrotando,

florece el desierto...



La humanidad entera se estremece

porque Dios se ha sembrado en nuestra carne.

Que cada uno de nosotros, Señor,

te abra su vida para que brotes, 

para que florezcas, para que nazcas,

y mantengas en nuestro corazón

encendida la esperanza.

¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!

--Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

R. Amén.

(Se acerca una persona y enciende el primer cirio)

Canto: ¡Ven, ven Señor no tardes! (U otro canto apropiado)



MONICIÓN DE ENTRADA

Acabamos de encender la segunda luz de la Corona de Adviento. Y queremos que su luz, modesta pero de especial brillo, nos acompañe durante esta Segunda Semana de Adviento. Hoy vamos a recibir una gran impresión: es la que produce la figura fuerte, vibrante y esperanzadora de Juan Bautista. Nos pide que cambiemos, que hagamos de nuestra vida un camino llano por el que Jesús –que va a llegar—pueda acompañarnos con facilidad, con cordialidad. Lo escabroso del camino –se nuestras vidas—debe desaparecer. Caminamos hacia la Navidad, hacia ese gran acontecimiento en la historia de la humanidad por el que Dios quiso hacerse Hombre y venir con nosotros para que nuestra vida no se perdiera…



MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- “¡Consolad a mi pueblo!” Dice el Señor, en el fragmento del Capítulo 40 del Profeta Isaías que vamos a escuchar Y es que tenemos que ser personas que consuelen. Porque la consolación nos libera de nuestro aislamiento, llena nuestro vacío, calma nuestro cansancio y nos ofrece la fuerza de Dios.

S.- El salmo 84 es otro más de los que, probablemente, fueron compuestos en el tiempo de la persecución de Antioco. El salmista nos quiere decir –a los judíos de la antigüedad y a nosotros mismos, hoy—que la justicia de Dios se ejerce con bondad y ternura por sus criaturas. Y por ello hay que cantar a la maravillosa misericordia divina.

2.- Pedro, en su Segunda Carta, que es, asimismo, nuestra segunda lectura de hoy, habla de la paciencia de Dios y de que los tiempos del Señor no son los nuestros. Nos prepara para la llegada del Señor y nos pide que estemos en paz con Él. Confiamos en la promesa del Señor: ¡Él va a venir!

3.- Escucharemos a continuación el Inicio del Evangelio de San Marcos que, como dijimos el domingo pasado, nos va a acompañar durante todo este ciclo B. Marcos hace referencia a la profecía de Isaías que ya hemos escuchado en la primera lectura y que no es otra: que el anuncio precursor por parte de Juan el Bautista de la llegada del Mesías.



Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Más larga, más intencionada, de un gran contenido es la oración que hoy nos ha preparado Javier Leoz para estos momentos cálidos y sosiego de nuestra Eucaristía.



EN EL DESIERTO DEL MUNDO

Donde la locura vuela más deprisa que la sensatez,

allá donde la pobreza ya no llama la atención

y se convierte en estandarte de un mundo infeliz

quiero, Señor, preparar tu camino.

En la soledad del que busca y no encuentra compañía

en la desesperanza de familias

que han perdido el horizonte de la alegría

en los egoísmos y soberbias

que me impiden verte cara a cara….

Quiero, Señor, preparar tu camino.

Luchando, por rebajar todas esas colinas de autosuficiencia

Avanzando, para llenar lo que la sociedad

caprichosa e insolidaria, mezquina y sin sentido

pretende dejar, lo más sagrado, vacío y sin contenido

Quiero, de verdad Señor, preparar tu camino

Despejar nuestras mentes embarulladas por lo efímero

y colmarlas con tu presencia, con tu Nacimiento

Denunciar falsedades o verdades a medias

y, con la trompeta de tu nuevo día,

pregonar a este mundo que todavía es posible la esperanza.

que Tú, Señor, estás por llegar

pero que, los caminos por donde avanzamos,

no son los auténticos para poderte alcanzar.

Exhortación de despedida

Juan el Bautista nos pide conversión y nosotros la necesitamos. Nuestro mundo de hoy nos quiere llevar por caminos aparentemente planos, pero llenos de obstáculos. Juan nos pide que allanemos nuestras sendas con la verdad y la limpieza que Jesús, nuestro Señor, espera.

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