15 diciembre 2014

Misa con jóvenes (1). IV Domingo de Adviento, 21 diciembre

Domingo 4° de Adviento


1- Entrada:
Queridos hermanos, llegamos hoy al cuarto y último domingo de Adviento. Faltan pocos días para la Navidad. El Señor está cerca. ¿Cómo estamos nosotros? Aprovechemos esta Misa para terminar de preparar nuestro corazón. Comencemos cantando.

(En muchos lugares se utiliza  una corona con velas para ir marcando el ritmo de este tiempo de preparación. Cada domingo proponemos una oración para encender la vela correspondiente, que puede hacerse luego del saludo inicial).

Al encender estas cuatro velas, en el último domingo, 
pensamos en ella, la Virgen, 
tu Madre y nuestra Madre. 
Nadie te esperó con más ansias, 
con más ternura, con más amor.
Nadie te recibió con más alegría. 
Te sembraste en ella 
como el grano de trigo se siembra en el surco. 
En sus brazos encontraste la cuna más hermosa. 
También nosotros queremos prepararnos así: 
en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. 
¡Ven pronto, Señor. Ven a salvarnos!


2- Liturgia de la Palabra:
Escuchemos, queridos jóvenes, la Palabra de hoy que nos quiere revelar el misterio guardado desde la eternidad y que está por manifestarse. En el nacimiento de Jesús se cumplen las promesas de Dios.

3- Oración de los fieles:
Sabiendo que Dios es fiel y que ha sellado una alianza eterna con su pueblo, digámosle confiados: ¡ven, Señor Jesús!

- Por la Iglesia, para que siempre y en todas partes sea casa abierta de Dios donde toda la humanidad pueda acudir para encontrar a Jesús.
- Por los gobernantes de nuestro país, para que trabajen honestamente por el bien de todo el pueblo, buscando la justicia y la paz.
- Por las familias, para que en estas fiestas que se aproximan, puedan reforzar los vínculos de amor y superar toda diferencia o dificultad.
- Por las personas que aún no conocen a Cristo o están alejadas de Él, para que puedan abrirle el corazón en este tiempo y dejarlo entrar en sus vidas.

4- Ofrendas:
Con corazón humilde y agradecido, presentémosle al Señor nuestra vida cotidiana, nuestra ofrenda generosa y el pan y el vino para la Comunión. Cantemos juntos.

5- Comunión:
Por el sí de María, Jesús habitó entre nosotros y lo sigue haciendo, especialmente en la Eucaristía. Vayamos a recibirlo cantando, llenos de gozo.

6- Despedida:
Volvamos a casa y pensemos cómo vamos a celebrar la Navidad que ya está a nuestra puerta. Que el Niño Jesús sea verdaderamente el centro de nuestra fiesta. Nos despedimos cantando.
  

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