02 diciembre 2014

Guión Litúrgico 3. Segundo Domingo de Adviento, 7 diciembre

7 DE DICIEMBRE DE 2014  
Liturgia de las Horas – Segunda Semana del Salterio – Adviento.

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Cielos destilad el rocío.  Nubes, derramad al justo.  Ábrase la tierra y brote al Salvador.  Ábrase la tierra y brote al Salvador.

Pueblo de Sión, mira al Señor.  Que viene a salvar a su pueblo.  El Señor hará oír la majestad de su voz.  Y os alegraréis de todo corazón. 

SALUDO, MONICIÓN, Y RITO DE LA CORONA DE ADVIENTO.

DESPUÉS DE ENCENDER LA VELA DE LA CORONA DE ADVIENTO.
Esperamos al Mesías con la lámpara de la fe y el amor.

Mantened la luz, preparad el camino, dad frutos de conversión.

ORACIÓN COLECTA.


LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro de Isaías 40, 1-5. 9-11.

“Consolad, consolad a mi pueblo, -dice vuestro Dios-; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.”
Una voz grita: “En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale.
Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos –ha hablado la boca del Señor-.”
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: “Aquí está vuestro Dios. 
Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda.
Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede.
Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.” 
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 84.
Antífona: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

Voy a escuchar lo que dice el Señor: “Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.”  La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra.
La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo.

El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto.  La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. 

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la segunda carta del apóstol San Pedro 3, 8-14.

Queridos hermanos:
No perdáis de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos.
Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan.
El día del Señor llegará como un ladrón.
Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados, y la tierra con todas sus obras se consumirá.
Si todo este mundo se va a desintegrar de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser vuestra vida!
Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos.
Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia.

Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables. 
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.  Todos verán la salvación de Dios.   

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 1-8.

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
Está escrito en el profeta Isaías: “Yo envío mi mensajero delante de ti para que prepare el camino.
Una voz grita en el desierto: ´´Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.``”
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados.  Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán.
Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.  Y proclamaba: “Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias.
Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.” 
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
En este mundo que Cristo que nos da, hacemos la ofrenda del pan.  El pan de nuestro trabajo sin fin y el vino de nuestro cantar.  Traigo ante Ti nuestra justa inquietud: Amar la justicia y la paz.

Saber que vendrás, saber que estarás, partiendo a los pobres tu pan.  (Bis)

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Vamos a preparar el camino del Señor.  Vamos a construir la ciudad de nuestro Dios. Vendrá el Señor con la aurora, Él brillará en la mañana, pregonará la verdad.  Vendrá el Señor con su fuerza, Él romperá las cadenas, Él nos dará la libertad.
Él estará a nuestro lado, Él guiará nuestros pasos, Él nos dará la salvación.  Nos limpiará del pecado, ya no seremos esclavos, Él nos dará la libertad.

Visitará nuestras casas, nos llenará de esperanza, Él nos dará la salvación.  Compartirá nuestros cantos, todos seremos hermanos, Él nos dará la libertad.

Caminará con nosotros, nunca estaremos ya solos, Él nos dará la salvación.  Él cumplirá la promesa y llevará nuestras penas, Él nos dará la libertad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Preparemos los caminos
–ya se acerca el Salvador-
y salgamos, peregrinos,
al encuentro del Señor.

Ven, Señor, a libertarnos,
ven tu pueblo a redimir;
purifica nuestras vidas
y no tardes en venir.

El rocío de los cielos
sobre el mundo va a caer,
el Mesías prometido,
hecho niño, va a nacer.
Él estará a nuestro lado, Él guiará nuestros pasos, Él nos dará la salvación.  Nos limpiará del pecado, ya no seremos esclavos, Él nos dará la libertad.

Visitará nuestras casas, nos llenará de esperanza, Él nos dará la salvación.  Compartirá nuestros cantos, todos seremos hermanos, Él nos dará la libertad.

Caminará con nosotros, nunca estaremos ya solos, Él nos dará la salvación.  Él cumplirá la promesa y llevará nuestras penas, Él nos dará la libertad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Preparemos los caminos
–ya se acerca el Salvador-
y salgamos, peregrinos,
al encuentro del Señor.

Ven, Señor, a libertarnos,
ven tu pueblo a redimir;
purifica nuestras vidas
y no tardes en venir.

El rocío de los cielos
sobre el mundo va a caer,
el Mesías prometido,
hecho niño, va a nacer.

De los montes la dulzura,
de los ríos leche y miel,
de la noche será aurora
la venida de Emmanuel.

Te esperamos anhelantes
y sabemos que vendrás;
deseamos ver tu rostro
y que vengas a reinar.

Consolaos y alegraos,
desterrados de Sión,
que ya viene, ya está cerca,
él es nuestra salvación.

(Himno de la Liturgia de las Horas-Adviento) 

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto. 
Santa María de la esperanza, mantén el ritmo de nuestra espera, mantén el ritmo de nuestra espera.

Brillaste como aurora del gran Día, plantaba Dios su tienda en nuestro suelo.  Y nosotros soñamos con su vuelta, queremos la llegada de su reino. 

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