16 diciembre 2014

Guión Litúrgico (3). IV Domingo de Adviento, 21 diciembre

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Cielos destilad el rocío.  Nubes, derramad al justo.  Ábrase la tierra y brote al Salvador.  Ábrase la tierra y brote al Salvador.

Estad siempre alegres en el Señor.  Os lo repito: “Estad alegres”.  El Señor está cerca.

SALUDO, MONICIÓN, Y RITO DE LA CORONA DE ADVIENTO.

DESPUÉS DE ENCENDER LA VELA DE LA CORONA DE ADVIENTO.
Esperamos al Mesías con la lámpara de la fe y el amor.

Mantened la luz, alegraos, porque está cerca vuestra salvación.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro de Isaías 61, 1-2a. 10-11.

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor.

Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo Lc. 1.
Antífona: Me alegro con mi Dios.

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.  Desde ahora me felicitarán todas las generaciones.

Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.  Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia.   

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 5, 16-24.

Hermanos:
Estad siempre alegres.  Sed constantes en orar.  Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.
No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedándoos con lo bueno.
Guardaos de toda forma de maldad.  Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.  
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres.  

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Juan 1, 6-8. 19-28.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. 
No era él la luz, sino testigo de la luz,
Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: “¿Tú quién eres?”
Él contestó sin reservas: “Yo no soy el Mesías.”
Le preguntaron: “¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?”
El dijo: “No lo soy.”
“¿Eres tú el Profeta?”
Respondió: “No.”
Y le dijeron: “¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?”
Él contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: ´´Allanad el camino del Señor``, como dijo el profeta Isaías.”
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: “Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?”
Juan les respondió: “Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.”
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
                   PALABRA DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
En este mundo que Cristo que nos da, hacemos la ofrenda del pan.  El pan de nuestro trabajo sin fin y el vino de nuestro cantar.  Traigo ante Ti nuestra justa inquietud: Amar la justicia y la paz.

Saber que vendrás, saber que estarás, partiendo a los pobres tu pan.  (Bis)  

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Esperando, esperando. 
Esperando al Mesías que nos ha de salvar. Tierra y hombres que sueñan, porque Dios va a llegar. Esperando...  Esperamos, Señor, tu venida, tu venida de verdad.

Buscamos la luz que nos guíe, y encendemos estrellas de papel.  ¿Hasta cuándo, Señor jugaremos como niños con la fe? Aunque vanos discursos gritemos, pregonando una falsa hermandad.  ¿Hasta cuándo, Señor, viviremos sin justicia y caridad?
Esperando... Esperamos, Señor, tu venida, tu venida de verdad.

Esperando, esperando.
Esperamos a un Niño, que en Belén nacerá, como nace en mi alma, si hay en mí Navidad. Esperando... Esperamos, Señor, tu venida, tu venida de verdad.

Villancicos alegres y humildes, nacimientos de barro y cartón, mas no habrá de verdad nacimiento, si a nosotros nos falta el amor. Si seguimos viviendo en pecado o hay un niño que llore sin pan, aunque suenen canciones y fiestas, no podremos tener Navidad.
Esperando… Esperamos, Señor, tu venida, tu venida de verdad.  (Bis)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Jesucristo, Palabra del Padre,
luz eterna de todo creyente;
ven y escucha la súplica ardiente,
ven, Señor, porque ya se hace tarde.

Cuando el mundo dormía en tinieblas,
en tu amor tú quisiste ayudarlo
y trajiste, viniendo a la tierra,
esa vida que puede salvarlo.

Ya madura la historia en promesas,
sólo anhela tu pronto regreso;
si el silencio madura la espera,
el amor no soporta el silencio.

Con María, la Iglesia te aguarda
con anhelos de esposa y de madre,
y reúne a sus hijos en vela,
para juntos poder esperarte.

Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
que podamos salir a tu encuentro
y a tu lado vivamos por siempre,
dando gracias al Padre en el reino.  Amén. 

(Himno de la Liturgia de las Horas-Adviento)  

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto:
Como una tarde tranquila, como un suave atardecer, era tu vida sencilla en el pobre Nazaret, y en medio de aquel silencio Dios te hablaba al corazón.

Virgen María, Madre del Señor, danos tu silencio y paz, para escuchar su voz.  Danos tu silencio y paz, para escuchar su voz.

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