16 diciembre 2014

Guión Litúrgico (1). IV Domingo de Adviento, 21 diciembre

DOMINGO 21 DE DICIEMBRE DE 2014
DOMINGO IVº DE ADVIENTO


PREPARACIÓN: 
Antes de la salida del celebrante

Nos encontramos en el cuarto domingo de Aviento, en vísperas ya de celebrar la venida del Señor, que quiere nacer en el corazón de cada hombre; como Él quiso necesitar de María, así hoy quiere necesitar de nosotros para que también pueda nacer, en la Nochebuena, en el corazón de todos los hombres.

AMBIENTACIÓN: 
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial


El Señor nos manifiesta hoy el cumplimiento de la promesa del Mesías: gracias a la disponibilidad de María, la auténtica protagonista del Adviento,  y a su acogida de fe, se revela el secreto mantenido en silencio durante siglos eternos: Dios hecho silencio en el seno de María, en el pesebre de Belén, en el taller de Nazaret y en lo alto de la cruz. Ese Dios que hoy y siempre nos está hablando y quiere comunicarse con nosotros.

1ª. LECTURA:        (2 Sam 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16)        (Ver texto)

Dios nos anuncia, por boca del Profeta la venida del Mesías, cuyo trono y Reino permanecerán para siempre en su presencia.

SALMO RESP.:     (88, 2-5. 27. 29)      (Ver texto)

                       R.    Cantaré eternamente el amor del Señor.

2ª. LECTURA:     (Rm 16, 25-27)   (Ver texto)

El Apóstol no puede dejar de admirarse ante la realización del plan divino de reconstrucción elaborado por Dios, y que ahora es revelado.

EVANGELIO:   (Lc 1, 26-38)      (Ver texto)

Escuchamos ahora cómo, por la disponibilidad de María, el mismo Dios se hace hombre. Aclamémoslo jubilosamente cantando el Aleluya.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Hermanos, pensando en esta venida del Señor, que en días más vamos a celebrar, y atentos a las necesidades de todos, dirijamos nuestra plegaria al Padre.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"VEN SEÑOR, Y NO QUIERAS TARDAR MÁS"

v Padre, te pedimos por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que por su anuncio de la Buena Nueva, los hombres descubramos tu presencia en medio nuestro, y por eso oramos...

v Señor, queremos que en nuestra Iglesia diocesana se realice una profunda conversión, según el Espíritu de Jesús, bajo la guía y permanente testimonio de nuestro Obispo, y por eso oramos...

v Dios de bondad, queremos una verdadera reconciliación entre todos, haciendo de Jesús el centro de nuestras vidas, para poder construir aquí y ahora, la civilización del amor, por eso oramos...

v Padre misericordioso, queremos que esta Navidad, por nuestra palabra y nuestra ayuda, en todos los que sufren o están necesitados renazca la esperanza y reciban la visita de tu Hijo, por eso oramos...

v Padre, queremos que en medio del ruido y algazara de estos días, sepamos recibir al Niño Dios, en el silencio y paz de nuestros corazones, haciendo realidad con nuestras manos tu Providencia, ayudando a nuestros hermanos, por eso oramos...

CELEBRANTE:

Señor, acoge n las plegarias de tu pueblo, que se alegra por la venida de tu Hijo en nuestra carne mortal; acógelas con el mismo amor que nos has manifestado con su nacimiento. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Así como María, con sencillez y humildad, se entregó totalmente a Dios, así también tenemos que entregarnos nosotros al Padre, junto a estas ofrendas.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Alabemos al Padre, porque gracias a este memorial de la ofrenda hecha por Jesucristo, también nosotros, después de veinte siglos, somos santificados para ser pueblo de la Nueva y Eterna Alianza.

COMUNIÓN:

Al conmemorar el nacimiento del Mesías, ansiamos su venida definitiva, y mientras aguardamos que eso suceda, el mismo Jesús se nos da en el don de la Eucaristía para alimentar nuestra alma en esta espera.

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Que María, que creyó en el Ángel, nos facilite el camino hacia la llegada de Jesús, que sepamos, estos días que nos quedan hasta la Natividad del Señor en disponer nuestros corazones para mejor recibirle. ¡Ven, Señor; no tardes!

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