10 noviembre 2014

Moniciones 3. Domingo 16 noviembre

MONICIONES
     
Inicial.   

El Señor nos ha reunido de nuevo para celebrar la Eucaristía en el domingo, el Día del Señor. En ella Jesús se hace presente en medio de la comunidad reunida, en la Palabra que escucharemos y en su Cuerpo y Sangre que comulgaremos.

Dios, como en la parábola del Evangelio, nos ha concedido a cada uno de nosotros unos talentos y cualidades, que hemos de hacer fructificar y que se multipliquen. Unos talentos que hemos de poner al servicio de nuestros hermanos para hacer posible que el Reino de Dios se haga realidad ya en la tierra. No hagamos mal uso de ellos.

Y en este penúltimo domingo del año litúrgico, celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, este año bajo el lema “Participar en tu parroquia es hacer una declaración de principios”.  Demos gracias a Dios por nuestra Iglesia diocesana y por lo mucho que a través de ella hemos recibido.


Primera Lectura.

Los sabios diseñaron la imagen de la que a su modo sería la esposa perfecta. Construye la casa con laboriosidad, la fundamente en la justicia, la consolida en el amor de Dios y el prójimo tiene morada en ella.  
Segunda Lectura.

Los cristianos de Tesalónica están preocupados por saber cuándo llegará el fin del mundo y como será. San Pablo les escribe para tranquilizarlos y exhortarlos a estar siempre preparados.                          

Evangelio.  

Jesús en el Evangelio nos invita a no cruzarnos de brazos, sino a poner a trabajar los dones que hemos recibido. No podemos conformarnos con guardar como una reliquia lo que hemos recibido, hemos de hacerlo vida y ponerlo al servicio del reino de Dios.
Puestos de pie cantamos aleluya.

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