10 noviembre 2014

Moniciones 2. Domingo 16 de noviembre

MONICIÓN DE ENTRADA

Sed bienvenidos a la Eucaristía. Estamos terminando el Tiempo Ordinario y el Ciclo A. En dos semanas habremos llegado al adviento y al inicio del Ciclo B. Las lecturas de este “tiempo final” nos marcan precisamente un final de los tiempos. Y así habla Jesús cuando presenta la parábola de los talentos. Está hablando de su Segunda Venida y del examen que nos hará a todos. En efecto, ya sabemos que al atardecer de la vida nos examinará de amor. Vayamos pues preparándonos para el tiempo nuevo renovando nuestra idea de conversión a Cristo y de amor a los hermanos.


MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- El trabajo, la laboriosidad, la vida en familia siempre fueron muy apreciadas por los escritores del Antiguo Testamento. El ejemplo de mujer hacendosa que nos pone hoy el libro de los Proverbios refleja ese trabajo armónico en el hogar, que era –y es—la base de la vida familiar.

S.- Esta muy claro el significado y contenido de este salmo 127. Dios colma a sus criaturas –a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares—de bendiciones. Y las primeras de estas bendiciones son, sin duda, las familiares. La familia ha sido ese templo doméstico donde se adora a Dios. Es lo que nosotros hoy llamamos la Iglesia doméstica. Bella forma, este salmo 127—de orar a Dios desde el seno de la familia.


2.- San Pablo sigue narrando –como en domingos anteriores—los acontecimientos esperados al final de los tiempos. Y es la Carta a los Tesalonicenses un relato impresionante que gira en torno a la Segunda Venida del Señor. Son lecturas propias de este tiempo final que ya espera el Adviento.

3.- La parábola que Jesús no explica hoy –nos la narra San Mateo—es también finalista y propia de los últimos días del tiempo ordinario. El premio por los resultados de los dones que hemos recibido del señor –por los talentos—forma parte de ese resultado postrero de servicio a los hermanos. Los réditos que el Señor quiere son obras para los hermanos. Jesús como el domingo anterior nos pide que estemos atentos y que trabajemos en paz, que nunca estaremos ociosos esperando acontecimientos.



Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

El santo obispo de Hipona nos sorprende siempre con su piedad e inteligencia. La mayor parte de sus numerosos escritos tienen, para nosotros, un gran sentido de la actualidad, son útiles, pues, para el tiempo presente. Y así lo es esta oración que contiene un ejercicio de auto-análisis humano de enorme perspicacia y lleno de amor a Dios.



ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN



Señor Jesús, que me conozca a mi 

y que te conozca a Ti,



Que no desee otra cosa sino a Ti.

Que me odie a mí y te ame a Ti.

Y que todo lo haga siempre por Ti.



Que me humille y que te exalte a Ti.

Que no piense nada más que en Ti.

Que me mortifique, para vivir en Ti.

Y que acepte todo como venido de Ti.



Que renuncie a lo mío y te siga sólo a Ti.

Que siempre escoja seguirte a Ti.

Que huya de mí y me refugie en Ti.

Y que merezca ser protegido por Ti.



Que me tema a mí y tema ofenderte a Ti.

Que sea contado entre los elegidos por Ti.

Que desconfíe de mí

y ponga toda mi confianza en Ti.

Y que obedezca a otros por amor a Ti.



Que a nada dé importancia sino tan sólo a Ti.

Que quiera ser pobre por amor a Ti.

Mírame, para que sólo te ame a Ti.

Llámame, para que sólo te busque a Ti.

Y concédeme la gracia

de gozar para siempre de Ti. 

Amén.

Exhortación de Despedida

Salgamos felices del templo. Jesús nos enseña que debemos de estar tranquilos para ese tiempo en el que ocurrirá su Segunda Venida. Esperemos con amor y confianza.

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