14 octubre 2014

Guión Litúrgico 2. Domingo 29º T.O. 19 de octubre

DOMINGO 19 DE OCTUBRE DE 2014
DOMINGO XXIX DURANTE EL AÑO

PREPARACIÓN: 
Antes de la salida del celebrante

Celebramos hoy el domingo vigésimo noveno del tiempo ordinario, y nos reunimos como todos los domingos, para celebrar el Día del Señor, y con el convencimiento pleno que fuera de Él no hay Dios, y que Él elige sus instrumentos de salvación donde quiere y a quien quiere.

AMBIENTACIÓN: 
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

El Señor nos manifiesta que es imposible que podamos engañarlo, ya que Él conoce nuestro interior. Y también nos expresa que es nuestro deber respetar y obedecer a la autoridad civil, que es en último término, obedecerle a Él mismo, siempre y cuando sus mandatos no contradigan la ley divina, ya que primero está Dios, y después los hombres.


1ª. LECTURA:  ((Is 45, 1. 4-6)     (Ver texto)

En este texto del Antiguo Testamento, Dios nos hace ver de manera muy clara, que en la historia nada acontece independientemente de Él.

SALMO RESP.:      (95, 1.3-5. 7-10a.c)    (Ver texto)

                    R.     Aclamen la gloria y el poder del Señor.

2ª. LECTURA:     (1 Tes 1, 1-5b)     (Ver texto)

San Pablo nos dice que para que la proclamación de la Buena Noticia sea efectiva, debe ser hecha con la fuerza del Espíritu y una convicción profunda.

EVANGELIO:    (Mt 22, 15-21)    (Ver texto)

Jesús nos expresa que la Iglesia, iluminada por el Espíritu, es la que debe definir lo que es de Dios, debiendo nosotros ser fieles a lo que a Él pertenece.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Elevemos ahora nuestra oración humilde y esperanzada a nuestro Padre, poniendo en sus manos estas intenciones, con la certeza que él las atenderá favorablemente.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN"

v Por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que todos, a su ejemplo, vivamos e infundamos en las realidades temporales la savia de la fe de Cristo, para que así ellas sean purificadas y elevadas, oremos…

v Por nuestros Obispo y nuestros sacerdotes, para que sean nuestro ejemplo de compromiso para que nuestra comunidad diocesana sea, poco a poco, un pedazo de ese cielo que Dios, a través de nosotros, intenta llevar a cabo, oremos…

v Por nuestra patria, para que los cristianos, llegado el caso, podamos hacer "objeción de conciencia", cuando una ley dictada por el poder atente contra los principios básicos de la fe o de la dignidad humana, oremos…

v Por los pobres, para que construyamos una comunidad capaz de una conversión clara a los "nuevos pobres" espirituales y materiales y un compromiso en la transformación de las estructuras de pecado que generan la pobreza, oremos…

v Por toda nuestra comunidad, para que siempre demostremos con nuestras vidas, que estamos dispuestos a serte fieles y obedientes en todo, y a pesar de todo aquello que se contraponga con tu autoridad, oremos…

CELEBRANTE:

Dios de bondad, te pedimos que atiendas estas súplicas que ponemos en tus manos, y nos concedas la fortaleza y la sabiduría para ser siempre fieles al único y verdadero Dios. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Debemos obedecer y ser fieles a Dios antes que a ninguna otra persona o cosa. Para que Él nos ayude a cumplir este mandato, pongamos ahora sobre el altar, nuestra sincera disposición interior.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Nuestro gozo se hacer ahora un canto de acción de gracias al Padre, que nos dio a su Hijo, y en Él, el camino seguro al Reino de los Cielos.

COMUNIÓN:

El Señor nos ha alimentado con su Palabra, y ahora nos llama a que entremos en una íntima comunión con Él y con todos los que compartimos este mismo Pan de Vida, y así toda nuestra vida se hará una auténtica oración a Dios.

DESPEDIDA:


Nuestro compromiso es responder siempre al Señor con nuestra obediencia y  fidelidad y ser colaboradores en la construcción de un mundo más humano, denunciando lo que es injusto, para eliminar definitivamente las estructuras de pecado.

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