21 octubre 2014

Dios no te preguntará...

Queridos amigos, paz y bien.
Ayer el Señor nos hablaba de un hombre al que le quedaba poco de vida. Hoy continúa el discurso, recordándonos que no somos eternos, que hemos de morir y, al final del camino, rendir cuentas a Dios. Y nos da las claves para llegar a ese momento sin temor. Ceñida la cintura, la lámpara encendida. Vigilantes, preparados para encontrarnos cara a cara con Dios.
Es más fácil hablar de estas cosas cuando uno tiene 20 años. La muerte queda lejos, y parece que hay mucho tiempo por delante. Cuando se pasa de los 40 años, ya suena peor. Imagino que a los 70 o 80, todavía es más difícil. A decir  verdad, nunca se sabe cuándo llegará nuestra hora, si entrada la noche, de madrugada o a mediodía. Lo más importante es estar preparado para la pregunta del examen fina. Y será una pregunta simple: ¿Cuánto has amado? O, si seguimos en la clave del Evangelio de ayer, ¿cuánto has compartido, de lo mucho o lo poco que tuvieras?
Comparto con todos un Decálogo de las cosas que Dios no te preguntará, que leí hace algunos años:
1.- Dios no te preguntará qué modelo de coche tenías; te preguntará a cuánta gente llevaste.
2.- Dios no te preguntará los metros cuadrados de tu casa; te preguntará a cuánta gente
recibiste en ella.
3.- Dios no te preguntará la marca de la ropa en tu armario; te preguntará a cuántos ayudaste a vestirse. 
4.- Dios no te preguntará cuánto ganabas de sueldo; te preguntará si vendiste tu conciencia para obtenerlo.
5.- Dios no te preguntará cuál era tu nivel educativo; te preguntará si hiciste tu trabajo con lo mejor de tu capacidad.
6.- Dios no te preguntará cuántos amigos tenías; te preguntará cuánta gente te consideraba su amigo.
7.- Dios no te preguntará en qué vecindario vivías; te preguntará cómo tratabas a tus
vecinos.
8.- Dios no te preguntará el color de tu piel; te preguntará por la pureza de tu interior. 
9.- Dios no te preguntará por qué tardaste tanto en encontrarle; te preguntará si le buscaste de verdad.
10.- Dios no te preguntará a cuántas personas le copiaste este mensaje; te preguntará si lo comunicaste con la vida.

Vuestro hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.

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