04 septiembre 2014

Temas de formación para Catequistas. Tema 4: Los frutos del Espíritu en la vida del catequista

Los frutos del Espíritu en la vida del catequista

por Marcelo A. Murúa

«Todos ellos perseveraban juntos en la oración en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.»

Hech. 1, 14

El libro de los Hechos de los Apóstoles nos señala en varias oportunidades esta actitud de los primeros discípulos de reunirse y orar juntos para escuchar la voluntad de Dios. Los apóstoles habían aprendido de Jesús su manera de orar al Padre. Realmente les había llamado la atención esta disposición de Jesús, expresada en la búsqueda de momentos y lugares para orar, tan diferente a las prácticas de oración del pueblo judío, caracterizadas por lo ritual, la repetición, los horarios fijos.


Jesús les había enseñado a orar en la vida y a orar la vida... para encontrar la voluntad de Dios y la fuerza para ponerla en práctica. Por eso, el primer testimonio que encontramos de la comunidad primitiva es su disposición a orar...

Perseveraban...

la oración no es para un rato, o para hacer de vez en cuando. Es una práctica de vida, un estilo de comunicación con Dios que hay que ejercitar. La oración requiere esfuerzo, dedicación, interés, ganas, constancia...

...juntos...

la oración de los discípulos es compartida, en común, en comunidad. Al Padre nos dirigimos como comunidad. Buscamos su voluntad unidos. Porque así nos damos fuerzas, aliento mutuo y además aprendemos de los demás. Porque Dios, muchas veces, habla a través de los que tenemos al lado.

... en compañia de María...

la madre es mediadora ante el Señor. Ella intercede para llevar nuestra oración. María es maestra de oración. La Biblia nos repite, en los evangelios, que María guardaba la Palabra de Dios y la meditaba en su corazón. Siguiendo su ejemplo podremos descubrir al Dios vivo y verdadero que conoció María. El Dios del Magnificat, el Dios que libera, que hace justicia y hace maravillas en aquellos que siguen sus pasos.

Propuesta para una reunión de catequistas

1 • Leemos en común Hech. 1,14

2 • En parejas trabajamos:

- ¿Cómo es tu oración personal?

- ¿Le dedicas tiempo por día, por semana a la oración?

- ¿Cómo rezas? (contarle al otro cómo es nuestra manera cotidiana de rezar)

3 • Nos reunimos de a dos parejas:

- ¿Qué fue lo que más te impactó de lo charlado en el paso anterior?

- ¿Aprendiste algo del otro? ¿Qué?

- ¿Como catequistas, como es nuestra oración en común? ¿Rezamos? ¿Cuándo? ¿Cómo?

- ¿Qué nos enseña María con respecto a la oración?

- Ponerse de acuerdo en tres propuestas para mejorar la oración en común del grupo de catequistas. Escribirlas.

4 • Nos reunimos en el grupo grande:

- Se ponen en común las propuestas y se eligen dos para intentar vivir en la segunda mitad del año que resta.

- Se acuerda reunirse nuevamente a fin de año para evaluar si se han cumplido las propuestas y si han servido para mejorar la oración personal.

- Concluir el encuentro con una oración espontánea.

- Como signo visible, cada participante toma la Palabra de Dios y la aprieta contra su corazón, dice su oración y pasa la Biblia al compañero del costado, para que repita el gesto, haga su oración... y así recorrer una ronda de oración en común.

- Terminar con un canto a María.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario