11 septiembre 2014

Oración de los fieles (Domingo XXIV Tiempo Ordinario)

La historia de la cruz, a lo largo de los siglos, no siempre ha sido símbolo de amor y de vida, sino de violencia y de muerte. Te presentamos, Padre, este día, nuestros deseos de un mundo más justo donde la cruz de Cristo sea siempre símbolo y memoria de vida entregada y de amor solidario:
  • Por la Iglesia, para que nunca olvidemos los errores cometidos en nombre de la cruz, los reconozcamos y aprendamos del pasado para ofrecerla como signo de amor, de solidaridad y de esperanza para todos los humillados y doloridos.
  • Por nuestro mundo, donde hay demasiadas cruces y demasiado crucificados. Por quienes los crucifican desde el poder, desde la indiferencia o desde la intolerancia. Para que desaparezcan todas cruces injustas.
  • Por los crucificados de nuestro mundo. Que se sientan solidarios de la cruz de Cristo, convencidos de que la cruz no es la última palabra de la vida. Que broten por todas partes cirineos solidarios.
  • Por nuestras comunidades cristianas. Que la cruz de las iglesias no sea para nosotros un símbolo vacío. Que, tentados de triunfalismo, renunciemos a una vida cristiana de gloria sin cruz.
  • Por todos nosotros, para que la cruz que tantas veces ostentamos en cadenillas o solapas no sean nunca un simple adorno que lucimos sino el signo de una vida entregada por amor en seguimiento de Jesús. Que seamos siempre símbolo de vida.
Escucha, Padre, nuestra oración. Conviértenos de nuevo a tu evangelio. Que la cruz de Jesús no sea en nosotros una cruz inútil sino fuente de nueva vida para todos.

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