19 septiembre 2014

Misa de familia 2. Domingo 21 de septiembre

Domingo 25º del T.O.

LOS TRABAJADORES DE LA VIÑA

21 de septiembre de 2014

1. Mensaje

Jesús, a veces, enseñaba cosas muy raras, difíciles de entender, y la gente se quedaba sorprendida. Jesús dijo en una ocasión: “Los primeros serán los últimos y los últimos los primeros”. Algo parecido ocurre en esta parábola. ¿Por qué lo dijo Jesús? A ver si logramos entenderlo.

2. Evangelio: Mt 20, 1-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

El reino de los cielos se parece a un hombre que tenía una viña. Al amanecer salió a buscar trabajadores para su viña. Quedó con que les pagaría el sueldo de un día y luego los mandó a trabajar en la viña. Salió otra vez a media mañana, y vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo. Entonces les dijo:

- Id también vosotros a trabajar a mi viña, y os pagaré al final.”

Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. También salió casi al final del día y encontró de nuevo a otros sin trabajo y les dijo:

- ¿Cómo es que estáis aquí el día entero parados y sin trabajar?”

Le respondieron:

- Nadie nos ha dado trabajo.

Él les dijo:

- Pues id también vosotros a mi viña.

Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al encargado de pagar:

- Llama a los trabajadores y págales, empezando por los últimos y acabando por los primeros. Vinieron los del atardecer y recibieron el sueldo de un día. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron el sueldo de un día. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:

- Estos últimos han trabajado sólo una hora, y les has pagado lo mismo que a nosotros, que hemos aguantado el trabajo del todo el día y el calor del bochorno.

Él contestó a uno de ellos:

- Amigo, no te hago ninguna injusticia.

3. Representación

Mientras habla el narrador, los niños están haciendo como que pegan carteles, barren, etc.

Narrador: Marta es tutora de 3o. Lleva todo el día decorando la clase con sus alumnos y ha quedado muy bonita: carteles, dibujos, recortes,... Luego han tenido que barrer y recoger todo. Marta está tan contenta del trabajo de sus alumnos que ha decidido darles un premio. Por eso, al final de la tarde los reúne y les dice:

Marta: A ver niños, dejad todo ya y venid aquí (Hacen como que dejan todo y se acercan a Marta). Habéis trabajado muy bien y ha quedado todo precioso. Estoy muy contenta y, quiero compartir con vosotros esta bolsa de caramelos que me han regalado unos amigos. Poneos en fila.

Niños: ¡Bieeen!

Niño 1: ¡Eh tú, no te cueles!

Niño 2: ¡Profe, Pepe se quiere colar!

Marta: Calma que hay para todos...

Niño 3: Eh, profe, Isabel no ha hecho casi nada, porque tiene una mano vendada.

Niño 4: Y Luis tampoco, porque ha venido al final, cuando estábamos terminando...

Marta: Entones, ¿qué hacemos? ¿Les damos también a ellos?

Niño 4: ¡Es injusto, yo he trabajado más!

Niño 3: Eso,... es mucha cara...

Niño 2: Podríamos darles, pero menos...

Se puede proyectar la “Parábola de los trabajadores de la viña”: https://www.youtube.com/watch?v=pWlucK0b3OE

4. Nos preguntamos:

¿Qué hacemos? ¿Les damos a todos lo mismo?... (Que lo digan)
Comentar la última frase del niño 2: “podíamos darles pero menos” (¿Le quita libertad a Marta de decidir lo que quiera con sus caramelos?)
¿Una madre da de comer a sus hijos proporcionalmente a su trabajo o a sus necesidades? ¿Por qué? (Reflexionar sobre la justicia de la razón y la del corazón)
Comentario:

¡El Señor es dueño de todo y el Padre de todos! (Alegría de tener un Padre así y agradecimiento)

A los padres

El que vive en el Reino de Dios está muy por encima de la justicia. La justicia de Dios no es como la de los hombres.

5. Pedimos perdón:

• Porque nos comparamos y nos medimos con los demás.

• Porque, cuando tenemos problemas con los demás, nos dejamos llevar más por la cabeza que por el corazón.

• Porque somos muy envidiosos.

6. Ofertorio: una bolsa grande de caramelos

7. Oración final

Querido Dios, Papá de todos,
enséñanos a vivir como hermanos,
sin peleas ni discordias,
sin divisiones ni diferencias.
Ayúdanos a ver en cada persona
el rostro de Jesús.
Que seamos capaces de amar
sin fijarnos en el color de la piel,
en la escuela donde uno va,
en el barrio donde uno vive,
en la cara que uno tiene,
o los amigos con los que se junta.
Que aprendamos a amar
a todos los que me rodean
porque todos somos hermanos
hijos del mismo Padre Dios.

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