31 agosto 2014

Vuestras reflexiones... El entusiasmo cotidiano de Antonio Martínez

El entusiasmo cotidiano

(Llevar el bien dentro de sí)


“No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura.” (Rubén Darío)
El entusiasmo no es jolgorio vacío,
ni alegría forzada con calzador
u optimismo de moda o en pose de plástico.

Una exaltación del ánimo
con repercusiones solidarias,
un fervor interior

que parece venir de otras orillas,
de una fuerza superior a la nuestra
pero que con nosotros coopera
  
y anuda entusiasmos en una explosión
con empujes de esperanza,
con largas esperas que no dejan de esperar
en una respiración de almas acompasadas.


Este arrobamiento de los saltos cotidianos
da testimonio al mundo
con mirada veraz,
limpia, directa a mis pupilas y al fondo común.

En la noche de los orígenes remotos,
su raíz: “entheos”
nos impulsa a remar más adentro;

Dios, el bien, la totalidad en el brillo de los ojos,
en alegría o tristeza asumida valientemente,
donde los miedos transitan a nuestro lado pero alejándonos
de las tinieblas,
con esa sabiduría nueva
que siempre ha estado ahí
pero hoy se paladea
con el gusto de un corazón
abierto a lo inaudito
(Antonio Martínez. Valladolid, barrio de Delicias)

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