21 julio 2014

Moniciones Fiesta de Santiago Apóstol.

MONICIÓN DE ENTRADA

Celebramos hoy la Solemnidad de Santiago Apóstol. Impresiona ver cómo dejaban todo aquellos a quienes Jesús llamaba para estar junto a Él. Eran los Apóstoles, pero Apóstoles con mayúscula, porque apóstol es el que trasmite la doctrina que ha recibido, el que vive la vida de aquel a quien se ha adherido, el que cree sin límites en aquel al que ha seguido, y ellos lo hicieron hasta entregar su vida. ¡Qué imán tan especial debía tener Jesús! Y es que a Jesús, cuando se le conoce, ya no se puede dejar: solo seguirlo y amarlo. Transmitir su doctrina con nuestra vida, no es fácil, pero para eso contamos con su gracia. Respondamos a su llamada con la mayor generosidad.



MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres" nos dice la primera lectura, que procede del Libro de los Hechos de los Apóstoles y relata la muerte de Santiago. Y es que el ministerio apostólico vive su vida en comunión con la de Jesús, su destino es ser servidor, y su vivir con humildad, riesgo, sufrimiento y entrega.

S.- Vamos a proclamar el salmo 66. Se trata de un salmo para cantarlo en la procesión de acceso al Templo. También lo cantaban los peregrinos que marchaban hacia Jerusalén. Y refleja el deseo ardiente de que todos los hombres –sean del país que sean—alaben a Dios. Repite todo el salmo una gran alegría y enorme esperanza. Esos aspectos ya vistos por los judíos contemporáneos de Jesús son perfectamente válidos para nosotros.

2.- Del Apóstol San Pablo es la segunda lectura de hoy. Y está sacada de la Segunda Carta a los Corintios, donde leemos: "este ministerio lo llevamos en vasijas de barro"; y que, realmente, guardamos en el interior de nuestra fragilidad, para que se vea que todo es gracia, todo obra de Dios, y desde esta fragilidad tenemos que anunciar la Palabra; teniendo en cuenta que no podremos hacerlo si antes no lo hemos asumido, creído y vivido.

3.- El evangelio de Mateo --leemos hoy un fragmento del capítulo 20-- nos muestra cómo en la Iglesia no puede haber rivalidades por obtener los primeros puestos. La Iglesia de Jesucristo, es una Iglesia abierta a todos; donde todos son iguales, donde se acoge al pobre, se perdona al pecador.

Lectura de Postcomunión

EL CANTO DE LOS ROMEROS

Al celebrar tu memoria,

Santo Apóstol peregrino,

guíanos por el camino

al Pórtico de la gloria.

Camino de Compostela,

va un romero caminando

y es el camino de estrellas

polvareda de sus pasos.



En el pecho las vieras,

y alto bordón en la mano,

sembrando por la vereda

las canciones y los salmos.

Llévale, romérico,

llévale a Santiago,

llévale, romerico,

llévale un abrazo.

Romeros, solo romeros,

dile que peregrinamos

con la mirada en el cielo

desde la aurora al ocaso.



Camino de Compostela,

todos los hombres, hermanos,

construyendo un mundo nuevo

en el amor cimentado.

Llévale romérico

Llévale a Santiago,

llévale, romerico,

llévale un abrazo.



Ven, Santiago, con nosotros,

que tu bordón es un báculo,

el cayado del pastor

para guiar el rebaño.

¡Santo Apóstol peregrino,

llévanos tú de la mano

para ir contigo hasta Cristo,

Santiago el Mayor, Santiago!

Llévale, romérico,

llévale a Santiago,

llévale, romérico,

llévale un abrazo.

EXHORTACIÓN DE DESPEDIDA

Santiago Apóstol es el Padre de la fe de los hispanohablantes. Todos, en España y en Hispanoamérica le debemos algo. Hemos de tenerlo en cuenta y proclamarlo con fuerza y entusiasmo. En el siglo I ya estaba Santiago por tierras de Hispania expandiendo la Palabra de Dios. Y ante sus dificultades se le apareció sobre un Pilar la Virgen María y ello enlaza con otra enorme devoción de todos los hispanos: la de la Virgen del Pilar. No estaría nada mal que hoy explicásemos a nuestros amigos, a nuestros vecinos, estos datos básicos para mejor entender la propagación de la Fe entre los que hablamos español. Y gallego. Y catalán. Y castellano. Y portugués. El origen religioso e idiomático es el mismo.

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