27 julio 2014

Guión Litúrgico 4. Domingo 4 de agosto

3 DE AGOSTO DE 2014                                        
Liturgia de las Horas – Segunda Semana del Salterio

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Alrededor de tu mesa, venimos a recordar, alrededor de tu mesa, venimos a recordar, que tu palabra es camino, tu cuerpo fraternidad, que tu palabra es camino, tu cuerpo fraternidad.

Hemos venido a tu mesa a renovar el misterio de tu amor, con nuestras manos manchadas, arrepentidos buscamos tu perdón.


SALUDO Y MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro de Isaías 55, 1-3.

Así dice el Señor: “Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde.
¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta y el salario en lo que no da hartura?
Escuchadme atentos, y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos. 
Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme, y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David.”
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 144.
Antífona: Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores.

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.

Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo; abres tú la mano, y sacias de favores a todo viviente.

El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 8, 35. 37-39.

Hermanos:
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?
Pero en todo esto venceremos fácilmente por aquel que nos ha amado.  Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro. 
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.  

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 14, 13-21.

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado.  Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos.
Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos.  Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: “Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.”
Jesús les replicó: “No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.”
Ellos le replicaron: “Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.”
Les dijo: “Traédmelos.”
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente.  Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras.  Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.  
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Un niño se te acercó aquella tarde, sus cinco panes te dio para ayudarte, los dos hicisteis que ya no hubiera hambre, los dos hicisteis que ya no hubiera hambre.

También yo quiero poner sobre tu mesa, mis cinco panes que son una promesa, de darte todo mi amor y mi pobreza, de darte todo mi amor y mi pobreza. 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Andando por el camino, te tropezamos, Señor, te hiciste el encontradizo, nos diste conversación, tenían tus palabras fuerza de vida y amor, ponían esperanza y fuego en el corazón.

Te conocimos, Señor, al partir el pan, tú nos conoces, Señor, al partir el pan  (Bis)

Llegando a la encrucijada, tú proseguías, Señor, te dimos nuestra posada, techo, comida y calor; sentados como amigos a compartir el cenar, allí te conocimos al repartirnos el pan.

Andando por los caminos, te tropezamos, Señor, en todos los peregrinos que necesitan amor, esclavos y oprimidos que buscan la libertad, hambrientos, desvalidos, a quienes damos el pan.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Gracias, Señor, por venir a nosotros.  Que la comunión contigo vaya transformando nuestras vidas, hasta llegar a ser como tú, pan partido y compartido.

Señor, que lo poco o mucho que somos, no lo guardemos egoístamente sólo para nosotros.

Que aprendamos la lección que nos das en el Evangelio: cuando el hombre pone con generosidad lo que es y lo que tiene al servicio de los hermanos, tú multiplicas esa aportación.  Tú nunca te dejas ganar en generosidad.

Señor, haznos sensibles ante la necesidad de nuestros hermanos.  Que si nos sentimos seguidores tuyos, nos impliquemos en la solución de sus problemas.

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto.
Id por el mundo y proclamad la Buena Nueva del Señor: Dios es amor, liberación, y de los hombres salvación.  Dios es amor, liberación, y de los hombres salvación.

Cristo nos une en su altar.  Él nos ofrece su pan.  Su Palabra es verdad y su manjar fraternidad.  Su Palabra es verdad y su manjar fraternidad. 

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