15 julio 2014

Guión Litúrgico 3. Domingo 20 de julio

20 DE JULIO DE 2014                                        
Liturgia de las Horas – Cuarta Semana del Salterio

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Cantando la alegría de vivir, lleguemos a la casa del Señor; marchando todos juntos como hermanos, andemos los caminos hacia Dios.

Entremos por las puertas dando gracias, pidamos al Señor también perdón, perdón por nuestra falta a los hermanos, perdón por nuestro pobre corazón.

SALUDO Y MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.


GLORIA.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro de la Sabiduría 12, 13. 16-19.

Fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todo, ante quien tengas que justificar tu sentencia.
Tu poder es el principio de la justicia, y tu soberanía universal te hace perdonar a todos.
Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total, y reprimes la audacia de los que no lo conocen.
Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres.
Obrando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento. 
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 85.
Antífona: Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan.  Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica.

Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: “Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios.”

Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí. 

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 8, 26-27.

Hermanos:
El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu y que su intercesión por los santos es según Dios.
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla. 

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 24-43.

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: “El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó.  Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña.  Entonces fueron los criados a decirle al amo: ´´Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo?  ¿De dónde sale la cizaña?``
Él les dijo: ´´Un enemigo lo ha hecho.``
Los criados le preguntaron: ´´¿Quieres que vayamos a arrancarla?``
Pero él les respondió: ´´No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo.  Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: ´Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.```”
Les propuso esta otra parábola: “El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.”
Les dijo otra parábola: “El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente.”
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada.
Así se cumplió el oráculo del profeta: “Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.”
Luego dejó a la gente y se fue a casa.  Los discípulos se le acercaron a decirle: “Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.”
Él les contestó: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.
Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes.  Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre.  El que tenga oídos, que oiga.”
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Señor del universo, bendito seas por este pan de trigo que da la tierra.  Venga a nosotros tu Pan de cada día que es vida y gozo.

Bendito seas siempre, Señor del cielo, por el vino que has puesto en los viñedos.  Danos tu vino, que es fuerza y alegría para tus hijos. 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Tú me dijiste, Señor que en mi camino, iré encontrando hambrientos de mi pan, que habrá sedientos que vengan a mi fuente, enfermos tristes de frío y soledad.  Tú me dijiste que sufres en el pobre, que estás desnudo no tienes libertad, que en el anciano que espera tú me esperas y en ese niño, de hambre morirás.

Aquí me tienes, Señor, yo quiero amarte, amando al pobre y a aquel que sufre más.  Tuyo es mi pan y el agua de mi fuente, ven a mi casa y amor encontrarás. (Bis)

En el camino hay siempre un hombre herido que necesita mi ayuda y mi amistad.  No mil discursos que hablan de justicia, no mil palabras que el viento llevará.  En el camino, Jesús, me estás mirando y en tu mirada hay pena y soledad.  Quiero entregarte mi alma y mi alegría, toda mi vida en ofrenda y hermandad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Gracias, Señor, por ser nuestro alimento.

Que la comunión contigo nos vaya transformando y nos vaya haciendo a la vez transformadores de nuestro mundo.

Señor, queremos ser trigo bueno, aún en medio de la cizaña que nos rodea y que a veces nos hace tambalear y caer. 

Ayúdanos a perseverar en el camino que nos lleva a ti, a pesar de nuestras incoherencias y abandonos.

Gracias, Señor, porque con tu Palabra y con tu Cuerpo, nos das luz para caminar y fuerza para superar todas las dificultades.  No dejes que nada nos aparte de ti.

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto.
Gracias, Señor, por nuestra vida; gracias, Señor, por la ilusión; gracias, Señor, por la esperanza; gracias, de todo corazón.

Gracias, Señor, por cada hora; gracias Señor por cada flor; gracias, Señor porque esperamos a que mañana brille el sol; gracias, Señor, porque esperamos a que mañana brille el sol. 

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