23 abril 2014

Evangelio dialogado, 2º Domingo de Pascua, 27 abril

NARRADOR: Lectura del santo evangelio según San Juan. Al anochecer de aquel día, el 
primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a 
los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: 

JESÚS: Paz a vosotros. 


NARRADOR: Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de 
alegría al ver al Señor. Jesús repitió: 

JESÚS: Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. 

NARRADOR: Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: 

JESÚS: Recibid el Espíritu santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; 
a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. 

NARRADOR: Tomás, uno de los doce, llamado “el Mellizo”, no estaba con ellos cuando vino 
Jesús. Y los otros discípulos le decían: 

DISCÍPULO: Hemos visto al Señor.

NARRADOR: Pero él les contestó. 

TOMÁS: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo. 

NARRADOR: A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: 

JESÚS: Paz a vosotros. 

NARRADOR: Luego dijo a Tomás. 

JESÚS: Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 

NARRADOR: Contestó Tomás. 

TOMÁS: ¡Señor mío y Dios mío! 

NARRADOR: Jesús le dijo: 

JESÚS: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto. 

NARRADOR: Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre. 

 Palabra del Señor. 

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