08 marzo 2014

Reflexión: ¡Hace falta uno!

Vía crucis del compromiso
Amiga, amigo: Hace más de dos milenios, Jesús de Nazaret recorrió el camino de la cruz; hoy, dos mil años después, lo sigue haciendo en cada persona que sigue cargando con la cruz del dolor, de la enfermedad, del fracaso, de la injusticia… Hoy no vamos ni a recordar ni a repetir el vía crucis camino del Gólgota… Hoy vamos a vivirlo… ¿Preparado? 

1ª Estación: Jesús es condenado a muerte. Hace falta uno que, en lugar de proferir insultos, descalificaciones y juicios a la torera, se dedique a amar. Sí, a amar, sin pensar si lo merecen o no. A amar, aun sabiendo que cada día podrá recibir como recompensa un buen número de calabazas… Sí, a amar, simplemente a amar.
2ª Estación: Jesús carga con la cruz. Hace falta uno que tenga buenas espaldas y mejor corazón. Una persona convencida de que al cargar con las cruces de sus hermanos más débiles, el peso de sus propias cruces se hará mucho más llevadero.
3ª Estación: Jesús cae por primera vez. Hace falta uno que, sin rodear, mirar el reloj o comprobar la agenda, se detenga en las cunetas del mundo y se dedique a levantar a sus hermanos. Ah, y sin llamar al 112, a sus familia o a las monjas del barrio, le acompañen por los caminos de la vida.
4ª Estación: Jesús encuentra a su Madre. Hace falta uno que tenga la valentía de llegar cuando los demás se hayan ido. Uno que espere confiado cuando los demás abandonen resignados. Uno, que al estilo de María, cumpla la voluntad del Padre y haga en todo momento lo que Él le diga.
5ª Estación: Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz. Hace falta uno que sustituya el cumplo y miento por el cumplo y amo. Uno que ayude a sus hermanos más necesitados ciegamente, alocadamente, apasionadamente, desinteresadamente…
6ª Estación: Una mujer limpia el rostro de Jesús. Hace falta uno que haga de su vida una bella ofrenda al Señor, a través de los pequeños detalles de cada día: una sonrisa, un saludo, una palabra amable, un gesto de ternura, unos minutos de su tiempo…
7ª Estación: Jesús cae por segunda vez. Hace falta uno que aceptando su condición de pecador (el ser humano tropieza dos veces con la misma piedra) no eche balones fuera (culpando a la piedra). Uno que vuelva a ponerse en camino confiando en la protección y en la ayuda de Dios.
8ª Estación: Jesús habla a las hijas de Jerusalén. Hace falta uno que, en lugar de llorar por los males del mundo, se dedique a estirar la sonrisa y la misericordia de Dios. Uno que, en lugar de quejarse por una sociedad muerta, se dedique, en cuerpo y alma, a resucitarla.
9ª Estación: Jesús cae por tercera vez. Hace falta uno que aspire a la santidad, que quiera ser santo. Y ya se sabe que santo no es la persona que nunca se cae, sino aquella que siempre se levanta.
10ª Estación: Jesús es despojado de sus vestidos. Hace falta uno que se desprenda de su materialismo, de su afán de tener más y más y se revista del ropaje de Cristo: el de la pobreza, el de la sencillez, el de la entrega incondicional.
11ª Estación: Jesús es crucificado. Hace falta uno que, en lugar de usar martillo para clavar y ajusticiar a sus hermanos, utilice las tenazas para salvar a tantísimas personas que siguen siendo injustamente crucificadas en nuestro mundo.
12ª Estación: Jesús muere en la cruz. Hace falta uno que sea grano de trigo. Que de muerte a su egoísmo, a su falso orgullo y de vida, con su consiguiente fruto, a su amor, a su sencillez, a su solidaridad.
13ª Estación: Jesús puesto en los brazos de su madre. Hace falta uno que arrope, que proteja, que de calor y color a los demás. Uno que, a menudo, pase por el regazo de María y aprenda la lección de los cristianos: el amor a Dios y al prójimo.
14ª Estación: Jesús es sepultado. Hace falta uno que entierre su afán de superioridad, su intransigencia, su desamor. Uno que sepulte su hombre viejo, su corazón seco, su vida a medias.
15ª Estación: Hace falta uno… ¿Te apuntas?
José María Escudero

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