15 marzo 2014

Liturgia para el día de hoy, 15 de marzo

AMOR GRATUITO DE ALIANZA 
(Dt 26,16-19; Mt 5,43-48) 
Introducción
La vida de un judío piadoso podría resumirse como una respuesta a la Alianza amorosa de Dios, expresada con una fidelidad de pacto amoroso. Ésta es también la vida de un cristiano; con mayor razón aún, ya que Dios toma la iniciativa increíble de ofrecer su amor gratuito a su pueblo en la persona de Jesús. Y por eso nosotros tratamos de darle una respuesta de amor fiel, y de ofrecer también a nuestro prójimo un amor sincero y gratuito, que brota de lo profundo de nuestro ser, y que nos compromete más allá del llamado de la ley. La vida cristiana es, pues, comunión con Dios, comunión con los hermanos, incluso con los enemigos, ya que no habría de haber enemigos para los cristianos.
Oración Colecta
Señor Dios nuestro, 
de quien procede la iniciativa de amar:
Tú nos buscas y nos dices:
“Yo soy su Dios; ustedes son mi pueblo”.
Tú nos amas en Jesucristo, tu Hijo.
Señor, que nuestra respuesta de amor
vaya mucho más allá de las exigencias de cualquier ley. 
Que sepamos buscarte y estar en comunión contigo
en lo más profundo de nuestro ser
y que te expresemos nuestra gratitud
saliendo de nosotros mismos hacia nuestro prójimo
con un amor sincero y comprometido como el tuyo.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones
  1. Para que nuestra Iglesia y nuestras comunidades cristianas sean y ofrezcan espacios de perdón, donde el sol del amor de Dios brille sobre buenos y malos por igual, roguemos al Señor.
  2. Para que todos nosotros dejemos que nuestra conciencia nos guíe para elegir siempre el bien sobre el mal, incluso cuando nos sea humanamente molesto, roguemos al Señor.
  3. Para que el amor siga siendo, o llegue a ser de nuevo, la clave de nuestra genuina comprensión de todas las leyes y mandamientos, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, Dios nuestro, Padre bondadoso:
En esta eucaristía 
tu Hijo Jesús se da a sí mismo
a ti y a todos nosotros
con una respuesta libre de total entrega.
¡Qué bueno saber que él comparte con nosotros 
esta clase de amor! 
Que así seamos inventivos y creadores
para comprometernos a la felicidad
de todos los hermanos, cercanos o lejanos, 
con el fin de que todos juntos seamos tu Pueblo
y tú seas nuestro Dios por siempre
en Jesucristo, nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Señor, Dios nuestro:
Tú nos has hecho tu pueblo sacerdotal
para que proclamemos al mundo entero
que tú eres un Dios que nos ama y nos salva.
Profundamente agradecidos por tu sincero amor, 
queremos ser conscientes de nuestra misión, 
y ser para nuestros hermanos 
como la presencia viva de Jesús:
como su palabra que siga alentando y perdonando
sus manos que curen y bendigan,
sus pies que busquen lo que está perdido, 
su corazón que ame hasta el extremo…
Todo esto con la fuerza del mismo Jesús,
que vive y reina por los siglos de los siglos. 

Bendición
Hermanos: El Señor nos dice: “Amen a sus enemigos y rueguen incluso por los que les hieren y ofenden”. No es una tarea fácil, pero es algo que debería ser la señal y el sello distintivo de los cristianos. Hemos ofendido a Dios y él nos perdona. Nosotros deberíamos de hacer lo mismo: perdonarnos los unos a los otros, con la inspiración y la fuerza del Espíritu.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

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