12 marzo 2014

Comentario al Evangelio de hoy, 12 de marzo

Queridos amigos y amigas:
Necesitamos una señal para esta generación. ¿Qué señal? En Europa estamos al borde de unas elecciones europeas, pero el ambiente no es desconocido para nadie, se viva donde se viva. Los políticos afilan sus eslóganes y se disponen a un maratón en el que intentarán convercer a los ciudadanos de que ellos son los mejores, o tienen la solución a todos los problemas. Sus frases y gestos, bien pensados por los especialistas de la publicidad, inundarán nuestras calles y las portadas de los medios.
Cuando los escuchamos, cuando los vemos... desde la distancia, desde la memoria de la experiencia... nos parecen signos gastados, palabras grandilocuentes que nos hablan de prosperidad y libertades que rápidamente se desvanecen para dar paso a la realpolitik del día a día. Nos acostumbramos a esos lenguajes.
El “signo” que siempre nos desconcierta es Jesús mismo. Él es “más que” Jonás, y más que Obama, Maduro, Ronaldo o el Dalai Lama. Ese escandaloso “más que” es el signo desconcertante y salvador en nuestro tiempo. La tendencia a nivelar todo, a hacer de Jesús “uno más” en este inmenso panteón de líderes, guías religiosos y “signos de salvación” nos impedirá percibir su fuerte llamada a vivir de otra manera.
La Cuaresma nos introduce poco a poco en el misterio de este “uno más” que se va haciendo “uno menos”. ¡He aquí la verdadera, escandalosa, insuperable señal!
Vuestro hermano en la fe:
Fernando Gonzalez

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