16 febrero 2014

Reflexión: Saber vivir en cristiano

En Televisión Española, desde hace años, se emite el programa “Saber vivir”, que ofrece información y consejos sobre nutrición, salud, etc. Suelen ser informaciones y consejos que, sin tener que realizar grandes cambios en el día a día, permiten tener una mejor calidad de vida. Como su título indica, su pretensión es enseñar a “saber vivir”.

Hoy la Palabra de Dios también quiere enseñarnos a “saber vivir en cristiano”, y también sin tener que realizar grandes cambios en el día a día. Para ello nos ofrece lo que san Pablo, en la 2ª lectura, denominaba una sabiduría que no es de este mundo… una sabiduría divina.
Y esa sabiduría se integra perfectamente en nuestra vida ordinaria. Como ha dicho Jesús: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Asumir esa sabiduría no supone una ruptura con lo anterior, sino que da un mayor y más profundo sentido a nuestra vida, mediante unos “consejos prácticos” para “saber vivir en cristiano”.
El primero: si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Jesús nos advierte que no llevemos una vida estancada, acomodada, “sedentaria”. Nos hace una llamada al crecimiento personal y espiritual, a mejorar, a marcarnos nuevos retos y metas.
Otro “consejo”: Habéis oído que se dijo a los antiguos: no matarás… pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano será procesado… Es una llamada a evitar no sólo la violencia física, sino también las confrontaciones, insultos, comentarios maliciosos, injurias, chismorreos…
Después nos ha dicho: Habéis oído el mandamiento: «No cometerás adulterio». Pues yo os digo: el que mira una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Es una llamada a cuidar nuestro modo de acercarnos a los demás, gestos, expresiones, pensamientos, insinuaciones… porque de lo contrario podemos enturbiar o distorsionar nuestras relaciones.
Y por último: Sabéis que se mandó a los antiguos: «No jurarás en falso»… Pues yo os digo que no juréis en absoluto… A vosotros os basta decir sí o no. Es una llamada a ser personas de fiar, a resultar creíbles, íntegros, honestos, a ser fiel a la palabra dada… Si nos detenemos a pensar, nada de lo que Jesús nos ha dicho supone realizar grandes cambios o una ruptura profunda en nuestra vida cotidiana. Como decía la 1ª lectura: Si quieres, guardarás sus mandatos. Son indicaciones que, si queremos, podemos ir asumiendo, cuidando, reforzando… para saber vivir en cristiano”, y poder tener así verdadera “calidad de vida”.
También decía la 1ª lectura: echa mano a lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja. Pues escojamos bien, escojamos la vida, escojamos la sabiduría que Dios nos ofrece, y pensemos en qué nos vamos a comprometer, qué aspecto de los indicados por Jesús vamos a asumir, cuidar, reforzar… para “ser mejores”, para que notemos y noten nuestra fe, la fe que día a día nos enseña a “saber vivir en cristiano”, la fe que ya ahora nos da la mejor “calidad de vida” y un día nos dará la vida en plenitud.

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