27 febrero 2014

Oración de los fieles, VIII Domingo T.O. 2 de marzo

Aunque no lo queramos reconocer, Señor, amamos al dinero más que a ti y a los demás. Y Jesús nos pide lo contrario. Pero nos da miedo perder tantas seguridades. Te necesitamos a ti, Padre, para que nos desarmes y nos abras a ti. Por eso te pedimos:



• Por la Iglesia, para que se desprenda de sus riquezas, justas o injustas, y de todo poder material y descubra y lleve a cabo la verdadera eficacia del amor desposeído y solidario.
• Por nuestro mundo en el que economía, es decir, el dinero, está por encima del poder político y de la sociedad. Para que se den pasos verdaderos, creativos y eficaces para conseguir una economía al servicio de la vida y de la persona.
• Para que desenmascaremos nuestras componendas entre amar a Dios y amar al dinero, y nos atrevamos a subordinar nuestros valores, las cosas que tenemos y nuestro estilo de vida a lo que significa el Reino de Dios: verdad, justicia, amor, solidaridad y paz.
• Para que, cada día más, descubramos el mundo de la oración como relación personal con Dios, y nos dejemos llenar por su ternura y su justicia.
• Para que el Reino de Dios y su justicia sea de verdad el centro de nuestras vidas, confiando en nuestro Padre Dios, que nos dará el resto por añadidura.
• Para que aprendamos a vivir confiadamente en un Dios que nos ama y ama nuestra vida, y podamos alcanzar, en todo lo que hacemos y vivimos, una auténtica paz y una serenidad activa.
Escucha, Padre, nuestros deseos y empuja con fuerza, dentro de nosotros y nuestro mundo, la fuerza de tu Espíritu, para que realmente otro mundo sea posible. 

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