25 febrero 2014

Guión Litúrgico (5) VIII Domingo Tiempo Ordinario, 2 marzo

OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO: Marzo  2 de 2014
Entrada: Vivimos afanados ante los problemas y los requerimientos de la vida, por eso muchas veces buscamos escapar a través de los medios de evasión que nos ofrece el mundo moderno. La liturgia de este domingo nos hace un llamado a la serenidad y nos asegura que el Señor no nos olvida jamás. Participemos en esta eucaristía con fe y esperanza.

Lecturas: Dios es amor, siente por nosotros un amor tan entrañable que siempre se preocupa por nuestro bienestar, lo único que se nos pide es que tengamos plena confianza en Él, que seamos fieles y no juzguemos a nuestro prójimo. Escuchemos este mensaje con fe y esperanza.
Ofrendas: Al ofrecer el pan y vino para el sacrificio eucarístico ofrezcamos a Dios lo que somos y tenemos Él con su infinito amor nos convertirá en ofrenda agradable a sus ojos.
Comunión: El Señor nos da el pan de vida que es su propio cuerpo y sangre realmente presentes en la sagrada comunión, con un corazón humilde y lleno de confianza, acerquémonos dignamente a recibirle.
ORACIÓN UNIVERSAL
Queridos hermanos: A Dios, Padre nuestro, que en su amorosa providencia nos ha preparado el Banquete de la Eucaristía para comunicarnos vida eterna, oremos confiadamente diciéndole: Padre providente, escúchanos.
  1. Por el papa Francisco y demás ministros de la Iglesia: para que en las dificultades del tiempo presente infundan en todos, serenidad, esperanza y confianza en Dios.
  2. Por los gobernantes del mundo entero: para que iluminados por el Espíritu Santo sepan dirigir con sabiduría los destinos de los pueblos a ellos confiados.
  3. Por quienes se hallan sometidos a todo tipo de sufrimiento: para que encuentren en Dios el rostro del Amor que los salva y en todos los creyentes una ayuda eficaz.
  4. Por los que estamos aquí reunidos: para que nos llenemos siempre del Amor de Dios y crezcamos en el don de la esperanza.


Padre bueno y providente, todo esto te lo pedimos con la certeza de que tú nos darás siempre lo que más nos convenga. Acoge benigno nuestras súplicas y enséñanos a cumplir tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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