09 febrero 2014

Guión Litúrgico (3). VI del T.O. 16 febrero

DOMINGO 16 DE FEBRERO DE 2014
DOMINGO 6º DURANTE EL AÑO

PREPARACIÓN: 
Antes de la salida del celebrante

En este día del Señor, domingo sexto del tiempo durante el año, nos reunimos alrededor de su mesa para la celebración del hecho salvador por excelencia de la muerte y resurrección de Cristo: la Eucaristía; por eso es nuestra participación la que ha de darnos la pauta para nuestro comportamiento moral cristiano en nuestra vida de cada día-.


AMBIENTACIÓN: 
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

El Señor hoy nos habla de la Ley, manifestándonos que Él ha venido a llevarla a su plenitud, que consiste en la imitación misma de Dios. Él nos manifiesta que tenemos total libertad para nuestra elección: está ante nosotros el obedecer o no a sus mandamientos, a sus enseñanzas, que son un camino, una senda que nos da, en su infinito amor, para alcanzar la felicidad plena. Y nos exhorta a un cumplimiento, no sólo en su letra, sino en su espíritu.

1ª. LECTURA:  (Eclo 15, 15-20)     (Ver texto)

Dios ofrece al hombre la vida y la felicidad, la muerte y la desdicha; quien obedezca los mandamientos del Señor, vivirá. Esta sabiduría es en realidad una invitación a la vida equilibrada en la observancia de la Ley.

SALMO RESP.:      (118, 1-2. 4-5. 17-18. 33-34)    (Ver texto)

                    R.   Felices los que siguen la ley del Señor.

2ª. LECTURA:     (1 Co 26-10)     (Ver texto)

San Pablo hace la apología de la sabiduría cristiana como superior a la sabiduría humana. Y nos dice que el misterio de la sabiduría escondida en Dios desde antes de los siglos, se ha manifestado definitivamente en Cristo.

EVANGELIO:    (Mt 5, 17-32)    (Ver texto)

Jesús, en este texto del Sermón de la Montaña, nos expone las características del nuevo espíritu, de la nueva justicia y ley del Reino, que dan plenitud a toda la antigua Ley..

ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Con la certeza que Dios nos escucha y atiende favorablemente nuestras súplicas, elevemos ahora comunitariamente nuestra oración de hijos necesitados. Hagámoslo por las intenciones de la Iglesia, del mundo y nuestras propias necesidades.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN"

v Por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que en su palabra y enseñanzas todos los hombres reconozcamos las mismas de Jesús, que hoy nos habla, oremos...

v Por nuestro Obispo y nuestros sacerdotes, para que también en ellos escuchemos las enseñanzas de tu Hijo, que hoy nos pide una adhesión plena a sus enseñanzas de vida, oremos...

v Por nuestra patria, para que cada habitantes de esta tierra, dejando de lado todo lo que pueda separarnos, busque por sobre todo, el bien común, oremos...

v Por todos los que se encuentran sufriendo, por los que menos tienen, para que encuentran en nuestra comunidad, una auténtica solidaridad que les ayude a superar su crítica situación, oremos...

v Por toda nuestra comunidad, para que demos testimonio en todas las circunstancias de nuestra vida, del cumplimiento de corazón de la Ley de Dios, oremos...

CELEBRANTE:

Dios y Padre nuestro, junto con estas súplicas que te hemos presentado, te pedimos nos concedas la gracia y sabiduría necesarias, para adherirnos plena y libremente, a tu Ley de amor. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Ofrezcamos ahora a nuestro Padre, un ferviente compromiso a obedecer la Ley de Dios, para poder así, ser verdaderamente libres.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Demos gracias de todo corazón a Dios, porque en su Hijo nos hadado la nueva Ley del amor, que es signo de su Alianza con nosotros, iniciada en el bautismo y que se ha de completar en el cielo.

COMUNIÓN:

Jesús nos ha dado una Ley nueva, para nuestro camino hacia la patria del cielo, donde se realizarán plenamente las promesas y bienaventuranzas de esta Ley. Pero como nos sabe débiles, ahora nos alimenta con el Pan de Vida.

DESPEDIDA:


Al concluir nuestra celebración dominical, lo hacemos con un compromiso: adherirnos a Cristo y al plan de salvación, dóciles a las mociones de su Espíritu, para poder así encaminarnos hacia la gloria.

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