12 febrero 2014

Érase una vez... La carretera vacía

Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:

- Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más? 

Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: 


-Estoy escuchando el ruido de una carreta. – Eso es –dijo mi padre-. 

Es una carreta vacía. 

Pregunté a mi padre: - ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aun no la vemos? 

Entonces mi padre respondió: - 

Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. 

Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace. 

Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: “Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario