27 enero 2014

Reflexión del día

El texto en su contexto.
Sofonías pasa por ser un profeta «menor» por su libro, pero no por su teología. Con probabilidad fue contemporáneo del rey Josías, en su primera etapa; con Josías se dio un tiempo de piedad, pero luego los reyes siguientes volvieron a abandonar la fe en Yahveh. La política internacional sigue dominada por los asirios, déspotas e intransigentes, que introducen los cultos a sus dioses allí donde dominan. Sofonías denuncia las injusticias de los poderosos y el sincretismo religioso en el que cae con facilidad el pueblo judío al dejarse llevar por las influencias extranjeras. Denuncia con fuerza los pecados que hacen la situación insostenible y van a provocar el «día del Señor», en el que Dios intervendrá y se hará justicia en la tierra. Sofonías no cree en las masas. De este día sólo escaparán los humildes que han sido fieles a la alianza; son «el resto» de Israel en el que se hará presente el mismo Señor.

El texto en la historia de la salvación.
Israel ya conocía por medio de Isaías la teología del «resto de Israel» que tras el exilio, vuelve a tomar carta de ciudadanía. Los humildes, los «anawim», los «pobres de Yahveh», no son sólo los agricultores empobrecidos, ni los emigrantes, huérfanos y viudas. El libro del Deuteronomio dice, de parte de Dios, que no sólo no se puede explotar a estos pobres, sino que Dios mismo es su «rescatador», su «defensor», su «go’el». Ahora bien, se dice que Dios los cuida y los defiende, pero no se dice de ellos que sean «justos». Los «humildes» de los que nos habla Sofonías, este pequeño «resto», está formado por aquellos que «confían en el nombre del Señor». El pueblo de Israel no aprende a pesar del exilio. Por eso nace la profecía del «resto». La salvación no viene por los ejércitos imperiales, ni por las normas de los legisladores, ni por los sacrificios que se vuelven a inaugurar en el Templo. La salvación viene por un «resto» que busca la justicia y la verdad.
Palabra de Dios para nosotros: sentido y celebración litúrgica.
¿Dónde están, quién es hoy ese «resto de Israel»? El evangelio de hoy recoge las bienaventuranzas de Jesús ¿podemos establecer un paralelo entre el «resto» que anuncia Sofonías y los destinatarios de las bienaventuranzas que escuchamos? Cuando parece que no hay salida, Dios anuncia la salvación no por las mayorías que se imponen, sino por el «resto» y por la debilidad de los humildes. Debemos recuperar estos textos proféticos para ver por dónde está la voluntad de Dios.
Pedro Fraile Yécora