31 agosto 2013

Érase una vez... Invierno

Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en la primavera, vio desolado que al tronco marchito de ese árbol le brotaron renuevos.

Mi padre dijo: "Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto.

Había perdido todas las hojas en el invierno. Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. 

Pero ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco". Y volviéndose hacia mí, me aconsejó: "Nunca olvides esta importante lección.Jamás cortes un árbol en invierno.Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso. Nunca tomes las más importantes decisiones cuando estés en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. Recuerda que la primavera volverá".

Catequesis de Confirmación y Grupos Juveniles Asís



Catequesis de Poscomunión y Catequesis y Tiempo Libre



Os recordamos...

Hoy comienzan la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo, patrona de nuestra ciudad de Valladolid... Y en la Parroquia de la Inmaculada ya estamos poniéndonos en camino para afrontar este nuevo Curso Pastoral 2013-2014. Por ello, os informamos de los días de Inscripción para la Catequesis familiar, de Poscomunión, de Catequesis y Tiempo Libre, de Confirmación y de los Grupos Juveniles Asís.
Como siempre... ¡¡Contamos con vosotros!! ¡¡Acércate a la Parroquia e infórmate!!

CATEQUESIS DE COMUNIÓN


1º Comunión
- Días de Catequesis: Martes y Jueves.
- Inscripciones: Del 9 al 20 de septiembre en los Salones Parroquiales.

2º Comunión
- Días de Catequesis: Miércoles y Viernes
- Inscripciones: del 9 al 20 de septiembre en los salones Parroquiales.


Mirar juntos



Mirar juntos las circunstancias,
acoger juntos la realidad,
ayuda a no separar entre tuyo y mío,
estrecha los lazos de fraternidad.

Pero hay que buscar.
Hay que buscar cada día ese mirar que permite ver,
ese acoger que permite descubrir
la potencialidad escondida
en la realidad que se impone con su dificultad,
y la vuelve opaca, difícil de traspasar.

Y mirar, acoger
no supone negar la dificultad
pero encierra una confianza
en la posibilidad de crecer
en justicia, responsabilidad, solidaridad,
… en humanidad.

Y mirar, acoger
supone tener lucidez para discernir las respuestas a dar,
supone compartir lo que tenemos y crecer en humanidad,
supone la mirada de fe que necesitamos día a día renovar.

Juego de preguntas para la clase de religión o la Catequesis

Aquí te dejamos una gran variedad de preguntas que puedes utilizar para un juego de la Oca, gimkana...


Reflexión, 22º del Tiempo Ordinario, 1 septiembre

Evangelio del día 31 agosto


Evangelio según San Mateo 25,14-30. 
El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor. Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. 'Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado'. 'Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'. Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: 'Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado'. 


'Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'. Llegó luego el que había recibido un solo talento. 'Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!' Pero el señor le respondió: 'Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes'. 

30 agosto 2013

Ser o no ser del Catequista

Se excusan algunos diciendo que no están preparados para ser catequistas, pero que les gustaría serlo. Es una objeción razonable.
De todas formas, nunca estaremos preparados para ser catequistas ideales. No existen los catequistas ideales, como no existen los padres ideales. Existen los catequistas reales, con sus virtudes y sus lagunas. Lo cierto es que nos vamos haciendo poco a poco. Basta un mínimo de responsabilidad. Y sobre todo, tienes que tener presente que ser catequista es una vocación, no un capricho o un gusto personal. Ser catequista es una consecuencia de tu vocación cristiana, de tu bautismo.

1 El catequista conoce a cada uno por su nombre
Aprendiendo el nombre y llamando a cada uno por el nombre desde la primera reunión, el catequista da a entender que cada persona es importante y que quiere entablar con cada uno una relación personal. "Yo soy el Señor que te ha llamado por tu nombre" (Is 45,3).

2 El catequista hace lo posible por conocer y hablar con los padres de los niños o adolescentes del grupo
Conocer el contexto en el que la persona vive nos lleva a entender mejor determinadas cosas, actitudes, palabras, modales... y también esto evitará juicios rápidos y, en ocasiones, peyorativos.

3. El catequista procura que cada uno se sienta a gusto.
Son importantes las palabras que el catequista dice a la persona singular. Hay detalles que indican mucha atención y esmero en el trato, como cuando un catequista pregunta algo tan sencillo como: "¿Qué tal va tu catarro?".

4 El catequista da confianza
No se trata sólo de inspirar confianza, sino de darla, de repartir responsabilidades pequeñas o grandes a los miembros del grupo.

5 El catequista valora a cada persona
Toda persona humana es sensible a los detalles de valoración que se tienen con ella. «Fíjate, se acordó de mi santo». «Fíjate, vino a verme, me llamó». «He dicho una cosa en el grupo y me ha dicho: 'muy bien'».

6 El catequista anima a intervenir
"Parece que quieres decir algo". "Vamos a dar una oportunidad para que intervengan, si quieren, aquellos a los que no les hemos dejado intervenir los que hablamos mucho". Fuera del grupo, el catequista se puede acercar a los más silenciosos y decirles: "Yo sé que tienes muchas cosas bonitas que decir. ¿Te puedo ayudar a decirlas? ¿Te gustaría exponerlas? ¿Te gustaría que me dirigiera a ti y te invitara a decir tu opinión alguna vez? ¿Cómo lo hacemos?".

7 El catequista cuida muy mucho el hacer juicios de valor sobre las personas
En general, las personas cuando nos sentimos juzgadas (en especial si el juicio es negativo) nos cerramos y aislamos o por dentro decimos: "Ahora te vas a enterar de quién soy yo". Una postura diversa es la cercanía y comprensión. Por ejemplo: "Entiendo muy bien que tengas dificultad en creer que Jesús resucitó. No es fácil lo central de la fe cristiana. Te entiendo. Podemos seguir, de todas formas, intentando abrirnos a este misterio".

8 El catequista respeta el "santuario sagrado" del otro
El catequista sabe ser discreto y no pide ni exige confidencias más allá de lo que el otro libremente quiera decirle. La libertad y la intimidad de cada persona son siempre sagradas, tenga la edad que tenga el otro. "Voy a hacer una pregunta importante, pero no hay que responder nada. Es sólo para ayudarte a pensar. Si alguno quiere hablar. .. Pero antes tiene que pensárselo mucho".

9 El catequista se presenta como persona positiva
Es cierto que no todo es bueno, ni lo fue en otros tiempos, en nuestros días. Pero hay muchas cosas buenas. Uno que anuncia el Evangelio de Jesús y la resurrección de Jesús no puede ser una persona pesimista, que todo lo ve negro o sólo ve lo negro... ¿Cómo es posible creer en el Reino de Dios y ser pesimista? "Mi Padre sigue trabajando y yo también trabajo" (Jn 5, 17).

10 El catequista es persona de palabra
Cuando el catequista promete o se compromete a una cosa lo hace. Si no ha podido, pide disculpa y sabe disculpar a los miembros del grupo. Es importante que los miembros del grupo descubran que se les toma en serio y que no se tienen dos varas de medir, una para el catequista y otra para ellos.

RECUERDA

- Acoger a cada uno como es.
- Conocer su nombre y, en la medida de lo posible, su historia.
- Situarte ante él de manera positiva: "En esta persona Dios está ya, tiene impresa su huella en lo más profundo de ella. Dios quiere ser más conocido y amado".

Dinámicas para evangelizar



Viernes 30 de agosto

Hoy es viernes, 30 de agosto.
Me dispongo un día más a entrar en la presencia de Dios, en su silencio lleno de vida y de amor. Él se me ofrece en este momento para sentir su cercanía, para hacer lo mío. En su presencia, le ofrezco mis distracciones y voy calmando mi corazón. Respiro profundamente y me sumerjo, poco a poco, en su inmensidad.
El evangelio de hoy nos invita a contemplar a esas muchachas que en la noche esperan al novio que no termina de llegar. Una oración que pide, ilumina nuestra oscuridad, Señor, al final del día defiendenos de los peligros de la noche, por el amor de Jesús, nuestro Señor y nuestra vida.
La lectura de hoy es del evangelio de Mateo (Mt 25, 1-13):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas." Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis." Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco." Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»
Cada día de mi vida es un volver a salir con el candil en la mano. El Señor me invita a abrirme a su cercanía, a su amor, a encender ese candil con la esperanza de encontrarlo y de que me encuentre. Es una invitación que no obliga a nada difícil. Lo único que he de hacer es preparar una pequeña llama para iluminar mi corazón y que Jesús pueda llegar hasta él. Pido que el Espíritu Santo pueda actuar en mí para poder abrirme a su presencia.
El reinado de Dios, se puede vivir de muchas maneras. Se puede vivir con necedad o con prudencia. Se puede vivir olvidando el compromiso de amor con los hermanos, o viviendo con generosidad, ofreciendo o repartiendo los dones que me ha regalado Dios. Él mismo me avisa de su presencia. Escucho la voz de su llamada para ponerme en camino. ¿Qué me dice su voz?
El Señor ya llega, ya está aquí, pero no tengo miedo de no encontrarlo, porque cada día es una oportunidad para llenar el candil con aceite y salir en su búsqueda. De nuestra relación de amor él es el más comprometido y el que desea encontrarme con esta fuerza. Me dispongo, una vez más, a salir en su búsqueda en los caminos, a veces, oscuros de la vida. Pido tener la fe suficiente para entender, en el fondo de mi corazón, que Jesús me está buscando.
Vuelvo a leer el texto. Jesús llega y yo sé que me encontrá con el corazón dispuesto, confiado en él. Hago mías sus palabras que me invitan a la prudencia, a llenar mi lámpara de aceite.
Una vez más pido al Padre que venga su reino, que se haga presente en mi vida y en la vida de todos sus hijos e hijas. Que el pan de cada día sea el aceite que necesito para prender mi lámpara, para reconocer que de él viene todo y en él confío todo lo que tengo y lo que soy.
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.

Érase una vez...El cachorro y el tigre

Un cachorro, perdido en la selva, vio un tigre corriendo en su dirección. Comenzó entonces a pensar rápido, para ver si se le ocurría alguna idea que le salvase del tigre. Entonces vió unos huesos en el suelo y comenzó a morderlos.
Cuando el tigre estaba casi para atarcarle, el cachorro dijo en alto:
- ¡Ah, este tigre que acabo de comer estaba delicioso!
El tigre, entonces, paró bruscamente y, muerto de miedo, dió media vuelta y huyó apaborado mientras pensaba para sí:
- ¡Menudo cachorro feroz! ¡Por poco me come a mi también!
Un mono que había visto todo, fue detrás del tigre y le contó cómo había sido engañado por el cachorro. El tigre se puso furioso y dijo:
- ¡Maldito cachorro! ¡Ahora me la vas a pagar!
El cachorro, entonces, vió que el tigre se aproximaba rápidamente a por él con el mono sentado encima y penso:
- ¡Ah, mono traidor! ¿Y que hago ahora?
Comenzó a pensar y de repente se le ocurrió una idea: se puso de espaldas al tigre y cuando este llegó y estaba preparado para darle el primer zarpazo, el cachorro dijo en voz alta:
- ¡Será perezoso el mono! ¡Haze una hora que le mandé para que me trajese otro tigre y todavía no ha vuelto!

EM MOMENTOS DE CRISIS, SOLO LA IMAGINACIÓN ES 
MAS IMPORTANTEQUE EL CONOCIMIENTO
Albert Einstein

Recurso: La Misa en imágenes



Pasatiempos sobre Jesús y sus amigos



Evangelio del día, 30 agosto


Evangelio según San Mateo 13,44-46. 
Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. 
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; 
y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró." 


29 agosto 2013

Érase una vez... Busco a Dios


Un joven inquieto se presentó a un sacerdote y le dijo: -'Busco a Dios'.
El reverendo le echó un sermón, que el joven escuchó con paciencia. Acabado el sermón, el joven marchó triste en busca del obispo.
-'Busco a Dios', le dijo llorando al obispo.
Monseñor le leyó una pastoral que acababa de publicar en el boletín de la diócesis y el joven oyó la pastoral con gran cortesía, pero al acabar la lectura se fue angustiado al papa a pedirle:
-'Busco a Dios'.
Su santidad se dispuso a resumirle su última encíclica, pero el joven rompió en sollozos sin poder contener la angustia.
-'¿Por qué lloras?', le preguntó el papa totalmente desconcertado.
-'Busco a Dios y me dan palabras' dijo el joven apenas pudo recuperarse.
Aquella noche, el sacerdote, el obispo y el papa tuvieron un mismo sueño. Soñaron que morían de sed y que alguien trataba de aliviarles con un largo discurso sobre el agua.

Comentario al Evangelio del 29 de agosto

El 24 de junio celebrábamos la solemnidad del nacimiento de Juan Bautista; hoy es la memoria de su martirio. El martirio, y la muerte del cristiano, es el segundo y definitivo dies natalis (día natalicio). En este recuerdo no se trata, pues, de necrofilia, sino de esperanza, de celebrar a Dios, que es Dios de vivos, no de muertos.
Herodes Antipas se había casado con la hija de Aretas IV, rey de Nabatea, región situada al sur de Perea (donde estaba la fortaleza de Maqueronte) y cercana al lugar en que Juan predicaba y bautizaba. Aquel matrimonio fue bien visto, pues sellaba la paz entre ambas regiones. Pero al cabo de cierto tiempo Herodes repudió a su legítima y se casó con Herodías, la mujer de su hermanastro Filipo.
Juan criticó públicamente este matrimonio, contrario a la Ley. El historiador Flavio Josefo comenta: «Herodes temió que la gran influencia de Juan en la población provocara una especie de revuelta… y consideró preferible eliminarlo antes que afrontar una situación difícil con la revuelta y lamentar la indecisión». Aretas IV, agraviado, declaró la guerra a Herodes y le infligió una seria derrota. En el pueblo corrió la opinión de que era un justo castigo a Herodes por haber ajusticiado a Juan.
Juan era un profeta, no uno de esos “perros mudos” (cf. Is 56,10) que se ponen una mordaza para salvar el pellejo. Llamaba a Israel a la conversión, a entrar de nuevo en la tierra como pueblo fiel a la Alianza, a ser bautizado en el Jordán para recibir el perdón de sus pecados, a servir por fin al Señor “con santidad y justicia”. También a Herodes lo alcanzó su denuncia, porque  el tetrarca no estaba por encima de la Ley. Juan se jugó la cabeza. La Iglesia lo celebra como el testigo de la luz, como el amigo del esposo, como el mayor de los nacidos de mujer, como el vindicado y vivificado por Dios.
Pablo Largo, cmf

Reflexión jueves 29 de agosto

Hoy es jueves, 29 de agosto. Recordamos el martirio de San Juan Bautista.
Un día más, el deseo de encontrarme contigo, mi Dios, me ha llevado a disponerlo todo para este encuentro. La soledad de este momento, el paréntesis en mi día a día, el deseo de que toques mi vida y la hagas nueva. Sigo queriendo hacer camino contigo, Señor. Mis sentidos, mi memoria, mi atención, todo lo que soy, está delante de ti, mi Dios.
La lectura de hoy es del evangelio de Marcos (Mc 6, 17-29):
En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.
El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»
Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?»
La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.»
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.
Ante el dilema de satisfacer a Herodías y a sus comensales o defender al justo y al indefenso, Herodes elige el camino fácil de quedar bien ante un público que aplaudirá su decisión. Le mueve el miedo a quedar mal. Como a él el temor al qué dirán nos puede llevar a dejar de ser auténticos, ante la mirada crítica de los otros. Últimamente ¿me he callado cuando se criticaba a alguien o he dejado de defender mis ideas por miedo al qué dirán?
El Bautista fue un hombre de pocas palabras y gestos sencillos. Su existencia estuvo totalmente dedicada al anuncio de Jesús. Algo que le costó la vida y nos señala que eso es lo importante. El anuncio de Jesús, con gestos simples y palabras llenas de sentido. Seguramente en su camino hubo llamadas constantes a entregarse más y a vivir más en las manos de Dios. En las grandes decisiones de mi vida, siento que Dios me ha llamado a vivir, con mayor sencillez y dando mayor testimonio.
Vuelve a leer el texto. Esta vez ponte en la piel de Herodes y escucha su corazón que reconoce la santidad de Juan, pero que siente la fuerza que sobre él ejercían su mujer y su hija.
Mantengo ahora unos minutos de diálogo tranquilo con el Padre. Dejo que inspire mi vida. Le pido que alimente mi llamada y que la haga nueva todos los días. Le pido fuerzas para no fallar, cuando de defender  al débil se trate. Le pido voz cuando sienta la tentación de callar, ante la crítica injusta y la palabra mordaz que hiere aquello en lo que creo, a todos los que yo amo. Le pido perdón y le doy gracias por todo lo bueno que hace en mi vida.
Tomad, Señor y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad. Todo mi haber y poseer. Vos me lo disteis, a vos, Señor, lo torno. Todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que esta me basta.

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Recursos. Juegos y dinámicas para la catequesis


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Juego sobre los Evangelistas

Pasos necesarios para preparar una catequesis



PASOS NECESARIOS EN LA PROGRAMACIÓN DE UNA SESIÓN DE CATEQUESIS.
  • Objetivos. Para cada tema tiene que haber unos objetivos claros y concretos.
  • Motivación. 3 a 5 Minutos
 Tiene como objetivos: conectar con la vida; despertar el interés; evitar la dispersión y la falta de atención.
  • Formas de motivar: preparación y ambientación del salón; partir de un hecho de vida real, inventado o adaptado ej.: una fiesta de cumpleaños, videos, una canción, un símbolo, el factor sorpresa…
  • Presentación del tema. 5 a 10 Minutos.
El catequista presentará de forma sencilla y clara el contenido del tema
  • Oración. 5 a 10 Minutos.
Hacer que la oración ocupe un lugar importante en la catequesis y no apéndice.
  • Actividades para profundizar. 15 a 20 Minutos.
 Usar materiales complementarios a los temas preparado.

Reflexión

A lo largo de los evangelios encontramos un buen número de escenas en las que Jesús se sienta a la mesa y comparte  la comida. Invitado por diversos personajes (fariseos, pecadores públicos, discípulos, amigos...) la comensalidad de Jesús es una  expresión típica de la invitación a entrar en comunión de vida y misión con Él, de fraternidad universal, de unión íntima con el Padre.
Los capítulos 14-15 de Lucas están situados en torno a la mesa, al banquete. Tanto el marco literario («entró en casa de uno de los principales fariseos para comer»), como el narrativo («cuando te conviden a un banquete;... cuando des una comida»; la parábola de la gran cena; el banquete con que se cierra la parábola del hijo pródigo), ambientan una serie de enseñanzas de Jesús en forma de parábola, estructuradas en una especie de tríptico: palabras dirigidas a los fariseos y escribas, después se dirige a la gente, y concluye dirigiéndose, nuevamente, a los escribas y fariseos.
La curación de un hombre en sábado, en el marco de la comida en casa del fariseo, introduce estas dos parábolas (14,7-11. 12-14). Más que de parábolas sensu stricto, sería mejor hablar de “sentencias sapienciales, alegorías, proverbios”, en forma de parábola. Están construidas en una misma estructura en forma de paralelismo antitético, donde la segunda parte completa, en positivo, lo dicho en forma negativa en la primera parte: «cuando te inviten... no te coloques en el primer puesto... cuando te inviten... siéntate en el último puesto...; cuando des un banquete... no invites a los amigos... cuando des un banquete... invita a los pobres...».
Las dos parábolas se inician con una reflexión en torno a las “normas de conducta en la convivencia social”: sobre el puesto que a cada uno le corresponde en un banquete, o, sobre las personas a quienes se debe invitar cuando se da una fiesta. ¿Cómo se debe comportar una persona “bien educada” en su relación con los demás? No como aquellos invitados, a quienes critica por su tendencia a ocupar los primeros puestos.
No obstante, Jesús va más allá de una enseñanza sobre el comportamiento moral en la sociedad. El proverbio central de la perícopa («el que se humilla...») es la clave de interpretación del conjunto. El Reino de Dios (simbolizado en el banquete) supone la inversión de los valores que son considerados, humanamente, normales. En línea con toda la predicación de Jesús, en la relación con Dios, lo importante no son los primeros puestos, sino la libertad interior que lleva a ponerse al servicio de los demás.
La novedad del Reino exige un comportamiento que refleje la actuación de Dios: su amor desinteresado. Y la muestra de este amor es la acogida y preocupación por los pobres («lisiados, cojos y ciegos»). El amor que no calcula, que evita la desigualdad y la discriminación, que no espera reciprocidad, es la propuesta subversiva del Reino de Dios. Serás feliz si tu comportamiento es reflejo del actuar de Dios.
Óscar de la Fuente

Reflexión II, 22º Tiempo Ordinario, 1 septiembre

Reflexión I 22º Tiempo Ordinario, 1 septiembre

Reflexión 22º Tiempo Ordinario, 1 septiembre

 (Sin excluir)
Jesús asiste a un banquete invitado por “uno de los principales fariseos” de la región. Es una comida especial de sábado, preparada desde la víspera con todo esmero. Como es costumbre, los invitados son amigos del anfitrión, fariseos de gran prestigio, doctores de la ley, modelo de vida religiosa para todo el pueblo.
Al parecer, Jesús no se siente cómodo. Echa en falta a sus amigos los pobres. Aquellas gentes que encuentra mendigando por los caminos. Los que nunca son invitados por nadie. Los que no cuentan: excluidos de la convivencia, olvidados por la religión, despreciados por casi todos. Ellos son los que habitualmente se sientan a su mesa.
Antes de despedirse, Jesús se dirige al que lo ha invitado. No es para agradecerle el banquete, sino para sacudir su conciencia e invitarle a vivir con un estilo de vida menos convencional y más humano: “No invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes ni a los vecinos ricos porque corresponderán invitándote... Invita a los pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos”.
Una vez más, Jesús se esfuerza por humanizar la vida rompiendo, si hace falta, esquemas y criterios de actuación que nos pueden parecer muy respetables, pero que, en el fondo, están indicando nuestra resistencia a construir ese mundo mas humano y fraterno, querido por Dios.
De ordinario, vivimos instalados en un círculo de relaciones familiares, sociales, políticas o religiosas con las que nos ayudamos mutuamente a cuidar de nuestros intereses dejando fuera a quienes nada nos pueden aportar. Invitamos a nuestra vida a los que, a su vez, nos pueden invitar. Eso es todo.
Esclavos de unas relaciones interesadas, no somos conscientes de que nuestro bienestar solo se sostiene excluyendo a quienes más necesitan de nuestra solidaridad gratuita, sencillamente, para poder vivir. Hemos de escuchar los gritos evangélicos del Papa Francisco en la pequeña isla de Lampedusa: “La cultura del bienestar nos hace insensibles a los gritos de los demás”. “Hemos caído en la globalización de la indiferencia”. “Hemos perdido el sentido de la responsabilidad”.
Los seguidores de Jesús hemos de recordar que abrir caminos al Reino de Dios no consiste en construir una sociedad más religiosa o en promover un sistema político alternativo a otros también posibles, sino, ante todo, en generar y desarrollar unas relaciones más humanas que hagan posible unas condiciones de vida digna para todos empezando por los últimos.
José Antonio Pagola


Actividades Eucaristía 1 septiembre, 22º Tiempo Ordinario



Foto: DOMINGO 1° DE SETIEMBRE 
SEMANA 22° DEL TIEMPO ORDINARIO- CICLO C -
 
Evangelio de Lucas 14, 1.7-14
Foto: DOMINGO 1° DE SETIEMBRE 
SEMANA 22° DEL TIEMPO ORDINARIO- CICLO C -
 
Evangelio de Lucas 14, 1.7-14

Recurso: Posturas en Misa



Actividad: Padre nuestro con dibujos


Tomado de Profesorado de Religión

Evangelio del día, 29 de agosto


Evangelio según San Marcos 6,17-29. 
Herodes, en efecto, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado. Porque Juan decía a Herodes: "No te es lícito tener a la mujer de tu hermano". Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto. 


Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea. 
La hija de Herodías salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: "Pídeme lo que quieras y te lo daré". 
Y le aseguró bajo juramento: "Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino". 
Ella fue a preguntar a su madre: "¿Qué debo pedirle?". "La cabeza de Juan el Bautista", respondió esta. La joven volvió rápidamente adonde estaba el rey y le hizo este pedido: "Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista". 

El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla. En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan. 
El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre. 
Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron. 

28 agosto 2013

Reflexión miércoles 28 de agosto

Hoy es miércoles, 28 de agosto.
Para acoger la palabra necesitamos capacidad de sorpresa y estar preparados para que el Señor se haga presente como quiera, más allá de nuestras previsiones. Antes de comenzar, unos momentos de silencio y de atención a mi respiración pueden serenarme, sosegarme y abrir mi corazón para esperar al Dios siempre imprevisible y sorprendente.
La lectura de hoy es del evangelio de Mateo (Mt 23, 27-32):
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: "Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas"! Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!»
Las palabras que Jesús dirige a los letrados y fariseos resultan difíciles de escuchar. Resuena en ellas un aliento profético que por debajo de su dureza pretende invitar a quien las oye abrir los ojos y salir  de su ceguera. Pienso, junto a Jesús, en tantos profetas que alzan la voz para clamar por lo que es justo y necesario hoy.
Puedo escuchar las palabras de hoy con la seguridad de que quien las pronunció es el mismo Jesús, manso y humilde de corazón, pero que, como haría un padre o una madre que ve a sus hijos a punto de perderse, recurre a un tono extremo para intentar recuperarlos e impedir su pérdida. Jesús entonces no aparece como enemigo airado, sino como amigo que busca lo mejor del otro.
Cuando Jesús habla así a los letrados y fariseos, está intentando que los que le oyen tomen conciencia de su dignidad fundamental de hijos, que es más importante que cualquier rito o costumbre.
Atrévete a reconocer lo que puede haber en ti de apariencias, de diferencias entre como te muestras por fuera y cómo eres realmente por dentro. Posiblemente halla en ti zonas de no autenticidad y de no trasparencia. No temas exponerte con todo eso ante la mirada, siempre misericordiosa, de Jesús.
Señor, me pongo ante ti, como un árbol, en el que junto a ramas vigorosas y llenas de verdor y frutos, hay también ramas inútiles y hojas secas. Siento tus palabras como un huracán impetuoso que puede arrastrar todo eso, que en mí está viejo y anquilosado, falto de savia. Que ese viento sacuda y se lleve ideas antiguas sobre ti o criterios y costumbres por las que no circula tu vida. Quiero abrirme a tu evangelio para que su fuerza y su novedad arrastren de mí todo lo que estorba a una vida en plenitud.
Dios te salve María,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita tú eres,
entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María,
Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Salmo 1 septiembre, 22 del Tiempo Ordinario

Evangelio 1 septiembre, 22º del Tiempo Ordinario

Encuentro "Inicio pastoral de Jóvenes 2013-2014"

Inscripciones 2013-2014. Catequesis de Confirmación y Grupos Juveniles Asís

Inscripciones Catequesis de Poscomunión y Tiempo Libre

Inscripciones para la Catequesis Familiar 2013-2014

Inscripciones Catequesis 2013-2014 Parroquia La Inmaculada. Franciscanos


1º Comunión
- Días de Catequesis: Martes y Jueves.
- Inscripciones: Del 9 al 20 de septiembre en los Salones Parroquiales.

2º Comunión
- Días de Catequesis: Miércoles y Viernes
- Inscripciones: del 9 al 20 de septiembre en los salones Parroquiales.

Recurso... La Biblia es...

Érase una vez... ¡Sí cambió algo!

Un amigo nuestro iba caminando al atardecer por una playa desértica. Mientras caminaba, divisó a otro hombre a lo lejos. Al acercarse, notó que el lugareño se agachaba constantemente, recogía algo y lo arrojaba al agua. Una y otra vez lanzaba cosas al océano. Cuando nuestro amigo se acercó más todavía, vió que el hombre recogía estrellas de mar que se habían clavado en la playa y una por vez, las iba devolviendo al agua. Nuestro amigo se sintió confundido. Se acercó y dijo: -Buenas noches, amigo. Me pregunto qué está haciendo. -Devuelvo estas estrellas de mar al océano. Ve, en este momento, la marea está baja y todas estas estrellas quedaron en la costa. Si no las echo nuevamente al mar, se mueren aquí por falta de oxígeno. 

-Ya entiendo- respondió mi amigo -pero ha de haber miles de estrellas de mar en esta playa. 
Es imposible agarrarlas a todas. Son demasiadas. Además, seguramente esto pasa en cientos de playas a lo largo de toda la costa. No se da cuenta que no cambia nada.


El lugareño sonrió, se agachó, levantó otra estrella de mar para arrojarla de nuevo al mar y respondió: - ¡Para ésta, sí cambió algo!

Evangelio 1 septiembre: Títeres o escenificación teatral

PERSONAJES:
  • ROSITA
  • JUANITO
  • PAPÁ DIOS

1 ESCENA

JUANITO: Hola ¿niños como están? ¿han visto a Rosita?. Niños vamos a llamarla, uno, dos y tres. (Rosita) otra vez…

2 ESCENA

ROSITA: Hola Juanito, ¿como estas?
JUANITO: Muy bien y tu.
ROSITA: Súper bien
JUANITO: Y eso porque
ROSITA: Porque soy la Reina del colegio
JUANITO: (asombrado) en serio y cuando te eligieron
ROSITA: ayer en el colegio
JUANITO: y como ganaste.
ROSITA: porque soy la más bonita e inteligente
JUANITO: te felicito Rosita.
ROSITA: sí, ahora soy la más importante del mundo y tú eres mi sirviente.
JUANITO: en serio
ROSITA: sí
JUANITO: eso es verdad niños (Pregunta a los niños)
ROSITA: sí no les creas que yo soy la más importante y ellos no, es más son unos envidiosos.
JUANITO: tú crees eso.
ROSITA: Sí, haber sirviente tráeme agua y ventílame la cara que está haciendo mucho calor.
JUANITO: sí mi Reina. (Trae agua y un ventilador eléctrico)
ROSITAllévame en tus hombros esclavo.
JUANITO: sí mi Reina.

3 ESCENA

(Habla Dios pero sin salir, desde el teatrino)
DIOS: hoy iré a visitarlos y escogeré el más importante.
ROSITA: esa soy yo. Esclavo preparemos todo que viene Dios.
JUANITO: sí mi Reina.
DIOS¿Cómo están niños?
ROSITA: muy bien Dios, vienes por mí,  que soy la más importante, cierto.
DIOSno, vengo por Juanito
JUANITO: por mí.
DIOS: sí vengo por ti
ROSITA: no puedes ser, estas equivocado Dios, Pregúntale a los niños y veras que yo soy la más importante porque soy la reina. Cierto niños…
DIOSsí ves que no, es Juanito el más importante porque es humilde y servidor de todos, eso decía el evangelio de hoy. Quien quiera ser el más importante, el primero en el cielo que sea el servidor de todos. No como tú una niña creída sino como Juanito, eso tiene que aprender todos los niños e imitar a Juanito, servir a todos con amor. un aplauso para él.  Chao niños.

Elaborado por: JUAN DAVID