06 octubre 2013

Hoy es domingo 6 de octubre

Hoy es domingo, 6 de octubre.
De vez en cuando necesitamos detenernos. Para alimentar la sed  de infinito y descubrir lo que llevamos dentro. Cada momento de silencio y oración es una oportunidad para comprobar que formamos parte de un todo, con Dios, con lo creado y con los otros. Me hago consciente de esa unidad con todo lo existente, mientras me dispongo para el encuentro con Dios, en este momento de oración. Un encuentro que da la paz al corazón de quien se deja enseñar por Dios.
La lectura de hoy  es del evangelio de Lucas (Lc 17, 5-10):
En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe.»
El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería. Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."»
La fe, viene a decir Jesús, es una actitud, una vivencia de Dios. No tiene nada que ver con la cantidad o el tamaño. Por eso, un grano de mostaza, aunque diminuto, contiene vida. Exactamente igual que la mayor de las semillas. ¿Eres consciente de que llevas ya en tu interior esa semilla de Dios capaz de crecer en ti y dar mucho fruto? ¿Cómo se traduce en tu vida?
La fe es capaz de arrancar de raíz cualquier cosa. Una morera o incluso algo más profundo, el pecado. Jesús viene a decir que el mal y el bien no son dos fuerzas iguales. La fuerza del bien es mucho mayor. ¿Qué situaciones de injusticia, en tu entorno y en el mundo, te gustaría arrancar?
Somos siervos, dice Jesús, cumplimos nuestro deber. El Señor nos recuerda que no es mérito nuestro, sino la obra de Dios. El espíritu está vivo y es el que puede obrar maravillas a través de ti. ¿Qué ámbitos te gustaría poner en sus manos para que actúe en ti?
Como los apóstoles, muchos seguidores de Jesús no terminamos de creer que nuestra fe, nuestro modo de vivir, puede cambiar el mundo. La semilla de Dios es capaz de transformar los corazones y la sociedad. Al leer de nuevo el texto, déjate contagiar por la promesa y la fuerza de esa semilla que sigue viva y presente.
En tus ojos
 
Sólo en tus ojos puedo leer
quién soy y lo que valgo,
mientras las demás miradas
me zarandean en el vértigo
del abismo o de las cumbres.
Solo en tus manos crecer
tiene el ritmo justo
del sol en el oriente
o
de la madera en el tronco
bajo la cáscara cómplice,
mientras me quiere absorber
el instante digital
donde el vértigo seduce.
Solo tu presencia,
tus tiempos y tus ritmos,
sin ansia ni porfía,
despiertan mi secreto
de vida interminable,
donde mi futuro
brota de tu misterio
sin deudas y sin ancla.
Benjamín González Buelta, sj.
Señor, auméntanos la fe, para creer que es posible, para no resignarnos a la mediocridad, para aspirar continuamente a ser más hijos. Habla con Jesús, preséntale como los apóstoles, tu petición y tus deseos más profundos. Que esta oración  te pueda acompañar a lo largo de la semana, repitiendo en tu interior, una y otra vez, ese anhelo.Señor, aumenta mi fe….; Señor, aumenta mi fe…

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