02 septiembre 2013

El Papa Francisco

Ahora sí, desde este comienzo de curso, ¡bienvenido nuestro papa Francisco!
Y gracias a ese enorme gesto de nuestro papa Benedicto, que se fue sencillamente de puntillas, cambiando, como sin querer, el curso de una historia de siglos para dejar paso a quien, en estos momentos, podía llevar el peso del papado sin la carga imposible de la falta de fuerzas.
Bienvenido, pues, este papa Francisco que se nos ha regalado con toda una serie de detalles que han ido de sorpresa en sorpresa: sentirnos juntos obispo y pueblo unidos en una misma bendición es todo un renovado sentido, no sólo de “Iglesia” sino de familia de hermanos, comunidad cristiana universal. Y todo lo que se ha comentado en todas partes, con detalles sobre su sencillez, cercanía, campechanía, austeridad, alegría, compromiso con los pobres... Un papa esencialmente “pastor”, de los que “huelen a oveja”, como él mismo ha dicho a los sacerdotes.
Para nosotros, catequistas, Jesús de Nazaret, Jesucristo, es el centro absolutamente de todo.
Sin él, todo es basura y falsedad. Y después, el papa Francisco. nuestro papa catequista, con todo ese derroche de sencillez en la palabra (¡un papa que se le entiende...!), de precisión doctrinal y cercanía pastoral, un papa al que se le pega el lenguaje de la calle porque conoce por experiencia la realidad sobre todo de los pobres, un papa en autobús... Y un papa abierto a la nueva evangelización desde una lógica misionera: ¡salir de la parroquia a la calle! Una evangelización de oferta abierta, clara y decidida, y al mismo tiempo libre y respetuosa de todas las conciencias y creencias.
Así le saludamos al papa Francisco, con un corazón lleno de deseos de renovación para esta Iglesia, en tantas partes ya tan cansada, y de renovación también para un nuevo aire de nuestras catequesis.
Aquí lo dejamos. Desde años venimos conociendo a un gran catequeta bonaerense, Luis M. Benavides, que ha convivido ampliamente con el ya papa Francisco, hasta este año en que dejó de ser el Cardenal Bergoglio. A él le hemos pedido que nos hable de su Cardenal y cómo él le ha conocido de cerca a lo largo de estos años, precisamente en el trabajo de la catequesis, en el que ambos han estado hombro con hombro en la brega de la catequesis en Argentina.
José Luis Saborido Cursach, S.J.

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