30 marzo 2013

Pregón de la Gran Fiesta


Hermanos cristianos,
vigías que avizoráis las tinieblas y la oscuridad,
¿qué hay de la noche?
¿De la noche del odio, la opresión y la mentira;
de la noche del hambre, del frío y las chabolas;
de la noche de la soledad, del fracaso,
del alcohol y de la droga;
de la noche del dolor y de la muerte?
Compañeros de vigilia, ¿qué hay de esta noche?
No echéis acorrer.
No dejéis apagar vuestras luces.
No abandonéis vuestro puesto de adelantado
y guardián de la noche.
Esta noche va a poner fin a todas vuestras noches.
Si esperáis un momento vigilando,
veréis correr y alejarse para siempre y huir
a los asesinos que venden su justicia,
a los mentirosos que ahogan su verdad,
a los que, firmes, os proponían la huida,
a los que han engordado con vuestra hambre,
vuestro frío y vuestro afán.
Si mantenéis la esperanza,
veréis a los desamparados y a los tristes,
a los angustiados y a los doloridos,
quedarse con vosotros y sonreír, y abrazaros, y esperar.
Esta noche de maravillas y prodigios,
noche de fiesta y de cantares,
es noche más brillante que el sol.
Esta noche esperamos al sol sin ocaso, al día sin noche,
a la luz sin tinieblas, al fuego que abrasa y renueva el amor.
Mirad, hermanos, miradle, helo que viene,
el que violó las puertas de la muerte,
el que amó la justicia y aborreció la maldad.
Aquí llega:
Vedle, que está ya detrás de los muros,
atisbando nuestra alegría.
Viene de la muerte, Cristo, el Señor.
Cristianos hermanos, levantaos y caminad.
Que no puede ya asustarnos la noche.
Huid de la conformidad y de la estrechez, de los complejos,
el miedo y la cobardía.
Renace la tierra.
Y toda la Iglesia revive y se engalana un año más:
resucitó Cristo nuestra esperanza.
Sigue vivo para damos la vida. Nada se ha perdido.
Todo se amontona en nuestras manos,
y en Cristo vivo todo se salvará.
Arbeloa, V. M., Cantos de fiesta y lucha, Ed. Sígueme, Salamanca 1976. 

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