30 septiembre 2012

30 Septiembre: San Jerónimo, San Francisco de Borja y Santa Teresa del Niños Jesús


SAN JERÓNIMO, presbítero y doctor de la Iglesia. Nació en Estridón (Dalmacia) hacia el año 347. Estudió en Roma, cultivando con esmero todos los saberes, y llevó una vida desordenada hasta que se hizo catecúmeno y fue bautizado por el papa Liberio a los veinte años. Cautivado por la vida contemplativa, marchó a Oriente, se entregó a la vida ascética cerca de Antioquía y se ordenó de sacerdote. Estuvo un tiempo en Constantinopla y luego regresó a Roma, donde fue secretario del papa san Dámaso, que le encargó la traducción de la Biblia al latín, y dirigió espiritualmente a unas damas de la nobleza que llevaban vida de piedad en común en la colina Aventina. A la muerte del Papa marchó de nuevo a Oriente y, tras visitar monasterios de diversas regiones, se estableció en Belén de Judá. Allí asumió la dirección espiritual de los monasterios fundados por santa Paula, al tiempo que completó la versión de la Biblia y escribió muchas obras, especialmente comentarios a la Sagrada Escritura. Participó de modo admirable en muchas necesidades de la Iglesia. Murió en Belén el 30 de septiembre del año 420.- Oración: Oh Dios, tú que concediste a san Jerónimo una estima tierna y viva por la Sagrada Escritura, haz que tu pueblo se alimente de tu palabra con mayor abundancia y encuentre en ella la fuente de la verdadera vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SAN FRANCISCO DE BORJA[Murió el 30 de septiembre y su memoria se celebra en España el 3 de octubre]. Nació en Gandía, provincia de Valencia en España, el año 1510. Gran privado del Emperador Carlos V y caballerizo de la emperatriz Isabel, vivió ejemplarmente en palacio. La vista del cadáver de la emperatriz le impulsó a despreciar las vanidades de la corte. Suya es la frase famosa: «No quiero servir a señor que se me pueda morir». Fue virrey de Cataluña y duque de Gandía. En 1529 contrajo matrimonio con Leonor de Castro, y tuvieron ocho hijos. Después de la muerte de su esposa, acaecida en 1546, que acabó de desligarlo del mundo, fue recibido por san Ignacio en la Compañía de Jesús, de la que llegó a ser superior general, después de haberse dedicado, ya sacerdote, al apostolado y a los asuntos de la naciente Compañía. Se distinguió, sobre todo, por su profunda humildad. Dio gran impulso a las misiones, especialmente de América. Murió en Roma el 30 de septiembre de 1572.- Oración: Señor y Dios nuestro, que nos mandas valorar los bienes de este mundo según el criterio de tu ley, al celebrar la fiesta de san Francisco de Borja, tu siervo fiel y cumplidor, enséñanos a comprender que nada hay en el mundo comparable a la alegría de gastar la vida en tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS. [Murió el 30 de septiembre y su memoria se celebra el 1 de octubre]. Nació en Alençon (Normandía, Francia) el año 1873 en el seno de una familia muy cristiana; fueron sus padres los beatos Luis Martin y Celia Guérin (cf. 13 de julio). Siendo aún adolescente entró en las Carmelitas Descalzas de Lisieux, ejercitándose sobre todo en la humildad, la sencillez evangélica y la confianza en Dios, virtudes que se esforzó en inculcar, de palabra y con el ejemplo, sobre todo en las novicias, de las que era maestra. En sus cartas y sobre todo en su autobiografía, la «Historia de un alma», nos dejó un testimonio admirable de su vida de fe por el camino de la infancia espiritual, en medio de grandes pruebas y tribulaciones. Allí escribe: «Mi vocación es el amor... En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor». Murió el 30 de septiembre de 1897, ofreciendo su vida por la salvación de las almas y por el incremento de la Iglesia. Pío XI la proclamó patrona de las misiones, y Juan Pablo II, doctora de la Iglesia.- Oración: Oh Dios, que has preparado tu reino para los humildes y los sencillos, concédenos la gracia de seguir confiadamente el camino de santa Teresa del Niño Jesús, para que nos sea revelada, por su intercesión, tu gloria eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.