31 diciembre 2011



  1. Volvemos a recordarles que a partir del día 1 de enero, queda suprimida la misa de 10.00 de la mañana de los domingos y días festivos. Se suprime sólo, la misa de los domingos y días festivos. 
  1. El próximo viernes, día 6 de enero, festividad de la Epifanía ó de los Reyes Magos, celebraremos,  en nuestra Comunidad Parroquial, el DÍA MISIONAL FRANCISCANO . Recordaremos  y oraremos  por  nuestros cerca de 50 misioneros franciscanos  que se encuentran en  Cuba, Bolivia, Paraguay, Corea ,Japón, República Dominicana, Puerto Rico, Argentina, etc. Nos acompañará y dirigirá unas palabras, José Manuel Uriaguereka, misionero franciscano durante muchos años en Corea. La colecta de ese día  se destinará a las Misiones Franciscanas. 
  1. Ese mismo día 6, se harán presentes en la parroquia sus Majestades, los Reyes Magos. Será  en la Eucaristía de las 13,30 horas. Invitamos a todos los niños y niñas a que participen en esa Eucaristía de las 13.30.

¡¡XI Acampada navideña!! ¡¡Ya han regresado!!


Tras dos días y medio en Carrión de los Condes, ya han regresado todos los participantes de la XI Acampada Navideña. Lo han pasado genial: juegos, oraciones, concursos, juegos nocturnos, olimpiadas... ha habido de todo!!! En breve, las fotos y vídeos del encuentro. 




Campanadas para el día 31 de diciembre



CAMPANADAS PARA EL DÍA 31 DE DICIEMBRE 

1.    Agradece el pasado como don de Dios.
2.    Vive el presente con esperanza y creatividad.
3.    Di "sí" al paso de Dios por tu vida.
4.    Confía, Dios te encomienda cosas grandes.
5.    Valora lo pequeño, llegarás a lo grande.
6.    Mira a la vida con sencillez y amor.
7.    Ten buen humor, pase lo que pase.
8.    Perdona y pide perdón.
9.    Haz algo por el otro y serás feliz.
10.  Atenta, Dios te habla cada día.
11.   Dios cuenta contigo.
12.  Ama la vida, ama al mundo, ama a Dios.

Fuente:Colegio Mª Inmaculada. Argentina

30 diciembre 2011

26 diciembre 2011

XI Acampada Navideña: ¡¡Se van!!

Mañana martes día 27 de diciembre, 35 chavales, 12 monitores y 2 cocineros, saldrán camino de Carrión de los Condes para disfrutar y vivir la XI Acampada Navideña. Os deseamos que paséis unos Felices Días. A su regreso, publicaremos todas las fotos y vídeos del encuentro. 
¡¡HASTA PRONTO!!

¡¡Precioso!! Nadie se lo imaginaba...

Si me buscas en Navidad...

La verdadera Navidad

Carta del Ministro General: ¡¡Feliz Navidad!!

2011christmaslettersmCarta de Navidad 2011 (pdf) / Saludos de Navidad (Vídeo) – por el Ministro general.

Queridos hermanos: Es Navidad, la fiesta del Dios-con-nosotros, del Emmanuel. Es Navidad, la fiesta del Verbo hecho carne; del Hijo que, sin dejar de serlo, se hace nuestro hermano (cf. 2Cel 198). Es Navidad, anuncio de paz: “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que Dios ama” (Lc 2, 14), Cristo “es nuestra paz” (Ef 2, 14). Es Navidad, buena noticia para toda la humanidad: El Impasible se siente arrastrado por una inmensa pasión de amor. Sí, la Navidad nos revela el carácter pasional de la encarnación: revela la pasión de Dios por el hombre. Navidad es el inicio de las bodas entre Dios y la humanidad, el inicio de un amor que será más fuerte que la muerte (cf. Cant 8, 6). Y si es cierto que “hay más alegría en dar que en recibir” (Hch 20, 35), entonces Navidad no es sólo fiesta de la alegría del hombre porque se siente amado, sino también la fiesta de la alegría de Dios porque ama. Navidad es el nacimiento de Dios en la tierra, nacimiento del hombre en los cielos.



VER VÍDEO MINISTRO GENERAL

La Navidad

La esencia de la Navidad



Navidad: Un punto de apoyo




Publicado por Entra y Verás

Es el momento de escribir sobre la Navidad y no se me ocurre nada fuera de lo siempre dicho. Una buena opción puede ser escribir un cuento de Navidad; otra refrescarme a mí mismo y al posible lector de estas líneas la teología de la encarnación. Sin embargo voy a tomar una tercera vía, que linda con lo ya dicho; que abunda en lo sabido pero que me parece mucho más útil, para un día como el de hoy en el que tenemos que tomarnos las cosas con calma.
En el evangelio de hoy, al enfrentarnos al prólogo de san Juan nos da la sensación de montarnos en un tiovivo o en una montaña rusa alrededor de esa Palabra con mayúscula que se hace “carne”. Se trata de una nueva presencia de Dios, está en Jesús, su Palabra, pero de la forma más corruptible según la antropología semita; y a la vez de la forma más entendible y gráfica en que podía hacerlo. La palabra “carne” lleva consigo visibilidad, realidad, debilidad humana, mortalidad. Dios se humaniza en Jesús haciendo de lo plenamente humano el lugar propio del encuentro con Él. Además, habitó entre nosotros, plantó su tienda para vivir en ella, para ser nuestro vecino.
Cuentan que Arquímedes, dos siglos antes del nacimiento de Jesús, refiriéndose a las palancas dijo: “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Los seguidores de Jesús, en un día como hoy, también podíamos acogernos a esa frase y considerar que apoyados en los valores de Jesús el mundo puede moverse y mudarse de un sistema a otro. Con esto no quiero decir que los seguidores de Jesús tengamos que imponer nada ni mangonear desde las sacristías la vida política a golpe de manifestación o pataleta postelectoral. Simplemente digo que Jesús es en sí mismo un valor que trae consigo un modelo de sociedad apoyado en la fraternidad donde se promueve la justicia, la igualdad de oportunidades, el respeto, la caridad, etc… Es una tarea difícil pero no podemos hacernos cómplices de un modelo que genera más y más pobreza de todo tipo. ¿No es acaso más cristiano que las relaciones humanas se basen en hacer el bien al otro y no en el beneficio que podemos sacar del otro? ¿No es acaso más cristiano fomentar la alegría sin que tenga que ser a costa de nadie? ¿No es más cristiano promover un modelo de sociedad donde todas las personas tengan las mismas oportunidades? ¿No resulta mejor ejercer la solidaridad para que nadie se muera de hambre que poner lamentarse cuando ya no hay remedio? La sociedad está secularizada y tenemos que ser capaces de dialogar con quienes no piensan como nosotros sin imponer, sino proponiendo el mensaje que mana de la fuente inagotable que es Jesús.
Busquemos ese punto de apoyo en un Dios hecho hombre. No hace falta ir demasiado lejos, ni desempolvar, muchos libros, ni subir muchos escalones; solamente pensar en un niño inocente, espontáneo y lleno de ternura. De los que tenemos cerca muchas veces decimos “Que no crezca nunca para que siga siendo así”. Dios no ha crecido. Él es siempre así con lo cual el punto de apoyo en la ternura, en la humanidad sin interés lo tenemos siempre firme. ¿Estamos dispuestos a mover el mundo? Feliz Navidad.

Roberto Sayalero Sanz, agustino recoleto. Colegio San Agustín (Valladolid, España)

Evangelio del día, 26 de diciembre




Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 10, 17-22
Dijo Jesús a sus discípulos: Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en sus sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquél que persevere hasta el fin se salvará.

Compartiendo la Palabra
Por Rosa Ruiz. Misionera Claretiana

Queridos hermanos: ¡feliz Navidad!
Estamos de lleno en la llamada “semana de la octava de navidad”: una semana entera para seguir celebrando el Misterio... para no hacer duelo (¡litúrgicamente no se permiten las misas de difuntos estos días!) Y sin embargo la Iglesia quiere recordar justamente hoy a san Esteban protomártir (primero de los mártires), es decir: alguien que llegó a entregar la vida por este Jesús que hoy nace en Belén. Poco que ver con adornos navideños huecos y cantos bobalicones. La cosa es seria, muy seria...
El “valor” no está solo en que entregó la vida, sino que dicen de él que vivía “lleno de gracia y poder del Espíritu de Dios”. Cuando las cosas iban tan mal que todos le rodeaban para apedrearlo, fue capaz de fijar su mirada en Cristo, entregarle su espíritu (lo más profundo de sí mismo) y perdonar a los enemigos. Actitudes muy navideñas o al menos, muy evangélicas. Actitudes que no se improvisan si no van cuajando día a día en una vida cotidiana “llena de gracia y de poder del Espíritu de Dios”.
La fiesta de hoy nos invita a pensar una vez más en quién y en qué hemos puesto nuestra confianza... pero de verdad, no sólo de palabra. Preguntémonos a quién acudimos cuando estamos en apuros (rodeados de gente que quiere apedrearnos), en quién nos apoyamos cuando no podemos más, a quién volvemos la mirada en busca de luz... Ojalá, en alguna medida, Cristo El Señor, el Niño de Belén, el Dios de nuestra historia y nuestra vida, se encuentre también ahí y no sólo en las tarjetas navideñas de estos días...

25 diciembre 2011

Natividad del Señor: Alegría para todo el pueblo!!




Por José Antonio Pagola

Hay cosas que sólo la gente sencilla sabe captar. Verdades que sólo el pueblo es capaz de intuir. Alegrías que solamente los pobres pueden disfrutar.
Así es el nacimiento del Salvador en Belén. La gran alegría para todo el pueblo. No algo para ricos y gente pudiente. Un acontecimiento que sólo los cultos y sabios puedan entender. Algo reservado a minorías selectas. Es un acontecimiento popular. Una alegría para todo el pueblo.
Más aún. Son unos pobres pastores, considerados en la sociedad judía como gente poco honrada, marginados por muchos como pecadores, los únicos que están despiertos para escuchar la noticia. Hoy también es así, aunque, con frecuencia, las clases más pobres y marginadas hayan quedado muy distantes de nuestra Iglesia. Dios es gratuito, y es acogido más fácilmente por el pueblo pobre que por aquéllos que piensan poder adquirirlo todo con dinero. Dios es sencillo, y está más cerca del pueblo sencillo y simple que de aquéllos cuyas energías, esfuerzos y trabajos están obsesivamente dirigidos a tener siempre más.
Dios es bueno, y le entienden mejor los que saben quererse como hermanos que aquéllos que viven egoístamente, tratando de estrujarle a la vida toda clase de felicidad. Hoy sigue siendo verdad lo que insinúa el relato de la primera Navidad. Los pobres tienen un corazón más abierto al evangelio que aquellos que viven satisfechos. Su corazón encierra una «sensibilidad hacia el evangelio» que en los ricos ha quedado, con frecuencia, como atrofiada. Tienen razón los místicos cuando nos dicen que para acoger a Dios es necesario «vaciarnos», «despojarnos» y «volvernos pobres». Mientras vivamos buscando únicamente la satisfacción de todos nuestros deseos, ajenos al sufrimiento ajeno, conoceremos distintos grados de excitación, pero no la alegría que se anuncia a los pastores de Belén.
Mientras sigamos alentando nuestros deseos de posesión, no se podrá cantar entre nosotros la paz que se entonó en Belén: «La idea de que se puede fomentar la paz mientras se alientan los esfuerzos de posesión y lucro es una ilusión». Tendremos cada vez más cosas para disfrutar, pero no llenarán nuestro vacío interior, nuestro aburrimiento y soledad. Alcanzaremos logros cada vez más notables, pero crecerá entre nosotros la rivalidad, el antagonismo y la lucha despiadada.


Oración: Dios en nosotros


DIOS EN NOSOTROS

Queremos manifestarte, Padre Dios,
nuestro mayor agradecimiento y nuestro gran gozo,
después de escuchar tan buena noticia,
que es alegría para todo el pueblo,
porque tal día como hoy nació Jesús,
tu enviado, el salvador, el que nos hace libres.
Conmemoramos dichosos
los primeros momentos de Jesús en la tierra.
Gracias, Padre, por habernos enviado
a Jesús de Nazaret, que es luz para la humanidad.
Muy contentos y sinceramente agradecidos
por la presencia de Jesús entre nosotros,
nos dirigimos a ti, Padre de Jesús y Padre nuestro,
para demostrarte nuestro cariño filial
con este canto de bendición.


Todos los días de nuestra vida
pero hoy de modo muy especial
debemos darte las gracias y bendecir tu nombre, Padre,
por el inigualable privilegio de haber conocido a Jesús.
Nació en una humilde familia de pueblo,
creció en un ambiente de sencillez y trabajo,
de sus padres aprendió a recogerse en oración
a respetarte y a quererte.
Pasó por este mundo haciendo el bien,
sembrando buenas ideas y repartiendo calor humano,
transmitiendo su fe en Ti y en la humanidad.
Por su medio hemos sabido, Dios y Padre nuestro,
que eres todo bondad y amor
y que es eso lo que quieres que seamos nosotros,
que no busquemos ser servidos sino servir,
ser útiles y aportar nuestro grano de arena
a la construcción de un mundo mejor.


Vino a los suyos y solo unos pocos lo aceptaron.
Por predicar el amor y anunciar la verdad
lo condenaron a muerte.
Pero Tú, su Padre, lo acogiste con cariño
y hoy vive entre nosotros.
Esa es nuestra fe en tu hijo Jesús.
Celebrar conscientemente la navidad nos compromete.
Hemos de hacer llegar su mensaje de vida y libertad
a todos los hombres y todas las mujeres,
de buena voluntad que habitan hoy la tierra.
En esta fecha tan familiar y señalada,
recordamos a cuantos no están ya entre nosotros,
y que con seguridad disfrutan ya de tu compañía.
Bendito seas, Padre santo, queremos honrarte
y más unidos que nunca a tu hijo Jesús
que nos acompañó en la historia,
te ofrecemos nuestras vidas
para que sean a tu mayor gloria.
AMÉN.


¿La Navidad es hoy una buena noticia para los pobres?




Por MIGUEL ESQUIROL VIVES, COCHABAMBA (BOLIVIA)
Publicado por ECLESALIA

La Navidad para muchos es una fiesta de abrazos y regalos, para otros una fiesta de familia, para otros una fiesta de negocio, para otros un exceso de consumo, para otros una fiesta religiosa. Quizás de descarga de las pesadas conciencias de muchas empresas, con el propósito de sacar tajada de su generosidad. Y para la ciudad es un mes de apabullante publicidad, para obligar a comprar y comprar, para vender más y más.
Pero con todo eso no sabemos si hemos perdido el rumbo o es simplemente ignorancia o puro oportunismo de muchas empresas, de tiendas y supermercados. Pero lo que sí es verdad es que la navidad es a una de las fiestas más explotadas por el sistema económico que impera, sobre todo en occidente.
En las iglesias se repiten los mismos discursos sin mayor trascendencia, que de tanto oírlos resbalan como el agua entre las manos o en la arena del desierto. Y sin embargo algo tuvo que pasar con aquel nacimiento para que todavía dure su eco aunque desfigurado por el tiempo y las aguas. Algo que cambió no sólo la historia y el calendario, con un antes y después de Cristo, sino que cambió la historia de mucha gente y con repercusiones sociales de mucha trascendencia, aunque en su nombre también se hayan hecho muchos atropellos, guerras, masacres, torturas y abusos contra personas y pueblos enteros, y que todavía se siguen haciendo como hemos dicho más arriba.
Desde una visión de fe en el Misterio del que participamos todos quiero decir esta palabra, sin enseñanzas ni discursos, sólo con las palabras de Jesús cuando proclama su misión en la sinagoga de Nazaret con las palabras del libro del profeta Isaías: “El Espíritu del señor está sobre mí. Me envió a traer la buena noticia a los pobres. A anunciar a los cautivos la libertad y devolver la vista a los ciegos; a despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de la gracia del Señor”.
El año de gracia del Señor era la devolución de las tierras adquiridas por los ricos de los pobres, que por necesidad tuvieron que vender durante los 50 años anteriores. Y la liberación de los esclavos comprados por deudas no pagadas. Y el pasaje termina: “Al oír estas palabras todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho. Se amotinaron y lo arrastraron fuera de la ciudad, llevándolo hasta un barranco del cerro en el que estaba construida la ciudad, para arrojarlo desde ahí. Pero él, pasando en medio ellos, siguió su camino” (Lucas 4, 14-30).
Muchos profetas como Jesús han perdido la vida, no hace muchos años en Latinoamérica por anunciar estas buenas nuevas a los pobres, voces que nos siguen diciendo que mientras no se den buenas noticias a los pobres y se haga algo de verdad para luchar contra la pobreza, se está desvirtuando la Navidad, si negar las buenas intenciones de estas fechas y las buenas voluntades de muchos de nosotros, pero no parece suficiente.
El año de gracia se anuncia hoy cuando los indígenas, las comunidades campesinas, los señalados y proscritos por su orientación sexual, las mujeres segregadas por su condición sexual y tantos otros y otras se atreven a pronunciar su palabra para defender su dignidad. ¿La Navidad de este 2011 será una buena noticia para los pobres? 

Reflexión: En un pesebre


Compartiendo la Palabra
Por José Antonio Pagola

EN UN PESEBRE

Según el relato de Lucas, es el mensaje del Ángel a los pastores el que nos ofrece las claves para leer desde la fe el misterio que se encierra en un niño nacido en extrañas circunstancias en las afueras de Belén.
Es de noche. Una claridad desconocida ilumina las tinieblas que cubren Belén. La luz no desciende sobre el lugar donde se encuentra el niño, sino que envuelve a los pastores que escuchan el mensaje. El niño queda oculto en la oscuridad, en un lugar desconocido. Es necesario hacer un esfuerzo para descubrirlo.
Estas son las primeras palabras que hemos de escuchar: «No tengáis miedo. Os traigo la Buena Noticia: la alegría grande para todo el pueblo». Es algo muy grande lo que ha sucedido. Todos tenemos motivo para alegrarnos. Ese niño no es de María y José. Nos ha nacido a todos. No es solo de unos privilegiados. Es para toda la gente.
Los cristianos no hemos de acaparar estas fiestas. Jesús es de quienes lo siguen con fe y de quienes lo han olvidado, de quienes confían en Dios y de los que dudan de todo. Nadie está solo frente a sus miedos. Nadie está solo en su soledad. Hay Alguien que piensa en nosotros.
Así lo proclama el mensajero: «Hoy os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor». No es el hijo del emperador Augusto, dominador del mundo, celebrado como salvador y portador de la paz gracias al poder de sus legiones. El nacimiento de un poderoso no es buena noticia en un mundo donde los débiles son víctima de toda clase de abusos.
Este niño nace en un pueblo sometido al Imperio. No tiene ciudadanía romana. Nadie espera en Roma su nacimiento. Pero es el Salvador que necesitamos. No estará al servicio de ningún César. No trabajará para ningún imperio. Solo buscará el reino de Dios y su justicia. Vivirá para hacer la vida más humana. En él encontrará este mundo injusto la salvación de Dios.
¿Dónde está este niño? ¿Cómo lo podemos reconocer? Así dice el mensajero: «Aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». El niño ha nacido como un excluido. Sus padres no le han podido encontrar un lugar acogedor. Su madre lo ha dado a luz sin ayuda de nadie. Ella misma se ha valido, como ha podido, para envolverlo en pañales y acostarlo en un pesebre.
En este pesebre comienza Dios su aventura entre los hombres. No lo encontraremos en los poderosos sino en los débiles. No está en lo grande y espectacular sino en lo pobre y pequeño. Hemos de escuchar el mensaje: vayamos a Belén; volvamos a las raíces de nuestra fe. Busquemos a Dios donde se ha encarnado.

Evangelio del día, 25 diciembre




Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1, 1-18

Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz,sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria,
la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de Él, al declarar: «Éste es Aquél del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido,porque existía antes que yo». 
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia:
porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Dios Hijo único, que está en el seno del Padre.

24 diciembre 2011

Evangelio, Reflexión y Salmo, Natividad del Señor, 25 diciembre

Navidad 2011 Misa del Día   -B- Evangelio
Navidad 2011 Misa del Día   -B- Salmo
Navidad 2011  Misa del Día   -B- Reflexión

Avisos parroquiales


AVISOS

  1. Les recordamos de nuevo que a partir del día 1 de enero queda suprimida la misa de 10.00 de la mañana de los domingos y días festivos. Repetimos: se suprimirá sólo, los domingos y días festivos. 
  1. Aún disponen de las  oraciones para las Celebraciones Familiares de la Navidad. Las pueden recoger al fondo de la iglesia. 
  1. El próximo jueves, día 29,  tendremos la oración mensual “RED ASÍS”. Será a las 8.30 de la tarde, en la capilla del Santísimo, después de la misa de las 8.00. Están todos invitados.

Feliz Navidad a todos!!!


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La Comunidad Franciscana de La Inmaculada, desea a todos sus feligreses y a cuantos siguen este Blog, una Feliz Navidad y un Próspero Año 2012.

El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo:  os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»  Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:  «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.» 
Lucas 2, 10-14

23 diciembre 2011

Canción de Navidad

Meditación en Nochebuena


NO TENGÁIS MIEDO.
OS TRAIGO UNA BUENA NOTICIA
OS HA NACIDO UN LIBERTADOR.

Es de noche en Belén, y los pastores son esclavos. Esclavos de la noche desapacible y de la necesidad de velar las ovejas. Esclavos de la leña húmeda y de los lobos que acechan. Esclavos del amo que paga mal y exige mucho. Esclavos de su intenso deseo de irse a casa y acostarse con su mujer. Esclavos de su ansia de ser ricos. Esclavos de sus envidias, de sus rencores, de su violencia. Es de noche en Belén.


Y hoy también es de noche. Yo me siento también como esclavo en la noche. Tanto querer vivir bien, tanto necesitar que me respeten y que me quieran, tanto luchar a codazos por sobrevivir en la competencia de cada día. Tanto soñar, tanto envidiar, tanto trabajar, tanto temer la enfermedad, la muerte, la pobreza. ¿Quién me libertará de esta noche de muerte que es a veces como siento mi vida?

Apareció en la noche de Belén la luz de una buena noticia. Dios es un niño pobre, necesitado, que nació en el amor entre gente sencilla. El ruido de la posada, el palacio del Rey, el esplendor del Templo, no han sido sitios buenos para el amor de Dios. Mejor la cuadra discreta, la intimidad del cariño, mejor la compañía de la gente sencilla que se sabe pobre. Mucho mejor.

La posada, el palacio y el templo ni se han enterado de que ha nacido un niño. Y sin embargo, están perdidos. No saben aún que ese niño es peligroso. Se enterará muy pronto el Rey, y buscará matarlo. Se enterarán los sacerdotes y lo crucificarán pensando acabar con él. La posada no se enterará nunca, porque se siente a gusto en el bullicio de la noche. Jerusalén, la gran ciudad, no se ha enterado, está dormida en medio de la noche. La noche. La noche no sabe aún que está perdida, que llega el amanecer, que está saliendo el sol y se acaba el poder de las tinieblas. Despierta, Jerusalén, que amanece, despierta, que llega tu luz.

Niño chiquito, frágil como la primera llama cuando prende la hoguera, que casi cualquier cosa puede acabar con ella. Pero la llama prenderá la hierba pobre de los pastores, y luego el matorral y el bosque y la pradera, y arderá hasta el agua de los ríos y del mar, y todas las falsas estrellas de la noche y el sol mismo van a parecer heladas al calor de este fuego. Cualquiera, parece, puede matar al niño, pero nadie podrá hacer que muera. Niño contagioso, todo el mundo es como paja seca anhelando prenderse en esa llama.

Este niño me salvará de mi noche de muerte. Mi envidia y mi pereza, mi necesidad de disfrutar cada vez más, mi rencor, mi violencia y mi avaricia, lo que seca mi vida y la hace estéril, lo que cierra las sombras y me hunde en la falta de sentido, lo que me roba la paz y la esperanza, lo que convierte cada día en una estepa desolada y sin agua, la noche de mi vida...

Una buena noticia por palabra del ángel. Hay salvación, hay luz, no tengáis miedo. No es más fuerte la noche, no es más fuerte la violencia, no es más fuerte la injusticia, no es más fuerte el odio, no es más fuerte el dinero. Dios es más fuerte. Parece un niño, pero es indestructible.

No os dejéis engañar por los medios, pregoneros de la noche. Trompetean el reino de las tinieblas, disfrutan voceando el poder de las sombras, el triunfo de los placeres fáciles, hacen dinero vendiendo fotos de la desgracia, se desviven por halagar al poderoso, sientan en tronos, por un día, el humo vano de la belleza, el dinero, la fuerza, los ídolos de barro, los que fascinan un momento y dejan mal sabor de boca, los que esclavizan y convierten a las personas en muñecos de tierra sin espíritu, sin destino, botijos frágiles, decorados y barnizados en colores brillantes, rellenos de oscuridad, panzudos, presuntuosos y vacíos.

Vamos a Belén, pastores, sencillos, insignificantes pastores. Para Dios no sois insignificantes, a vosotros se os ha regalado la luz, a vosotros os han quitado el temor, vosotros os habéis enterado de que el mundo se salva por el amor sencillo. No tengáis miedo a la noche; hay luz para caminar. No tengáis miedo al poder de Herodes, que no podrá con el niño. No tengáis miedo al orgullo engreído de los sacerdotes y los doctores, que ni matándolo le harán morir.

Noche para la fe, noche para la esperanza. Noche para hacer un acto de fe y de esperanza en el poder salvador del amor sencillo, encarnado, cotidiano. El niño se va a salvar por los cuidados de María, por el esfuerzo de José. Jesús va a vivir para siempre en el corazón y en las obras de los pobres de espíritu, de los misericordiosos, de los limpios de corazón.

Noche para llorar de alegría junto al pesebre, sabiendo que la vida está salvada, que las sombras del poder de las tinieblas no pueden nada contra este niño, que nada ni nadie nos puede apartar del amor de Dios que resplandece en el amor sencillo, presente cada día en las personas que han abierto su casa a la palabra, la palabra hecha niño.

¿Me permite sugerir que esta noche tenemos que ir a la Misa del Gallo?. Cenaremos menos y más deprisa que otros años. Saldremos de casa, y hará frío. Nos juntaremos, quizá unos pocos, casi en silencio, mientras muchos montan su juerga y hacen ruido. Y lloraremos de alegría por la luz, el amor, la sencillez. Sentiremos la presencia de Dios, nos alimentaremos otra vez con la Palabra, gustaremos a Dios-pan para el camino. Y calarán hasta el fondo de nuestra alma las palabras del ángel:

NO TENGÁIS MIEDO. OS TRAIGO UNA BUENA NOTICIA:
OS HA NACIDO UN LIBERTADOR.



José Enrique Galarreta


Será motivo de gran alegría para todo el pueblo

Añadir leyenda


La Navidad es la celebración de la acción comunicativa más plena y definitiva que ha registrado la historia: Dios quiso decir una Palabra que no se quedó ya en el vacío del aire que se expulsa por la boca, sino que se hizo carne, sangre, hueso, historia, tiempo, cultura, llanto, risa... Dios dijo una Palabra viva en la persona de Jesús y esta comunicación de Dios con nosotros ha sido, es y seguirá siendo un motivo de gran alegría para todo el pueblo.

Celebramos la manifestación de un Dios que quiere y realiza la comunión con los hombres y las mujeres; un Dios que vive construyendo comunión entre nosotros y nos invita a buscar formas de comunicación que dejen atrás las palabras vacías de realidad para convertirse en palabras de carne y hueso; palabras que se comprometan con la historia que relatan, que lloren con las tragedias que describen, que se alegren con lo bello de la vida, que sangren con las balas que denuncian, que se rían de los chistes que recuerdan, que caminen junto al pueblo malherido, que se inflamen de esperanza con la risa de los niños.

En un mundo en el que la palabra parece haber perdido su valor y en el que decir paz, justicia, igualdad o fraternidad no es más que un discurso repetido que se pierde en el mundo de las ideas y no acierta a transformar las relaciones entre los seres humanos, tenemos que celebrar esta fiesta de Navidad dejando que nuestras existencias se conviertan en palabras vivas que comuniquen no un concepto sino un abrazo solidario, una cadena rota, una caricia tierna, una deuda perdonada, una paz hecha comida.

Solamente asumiendo esta actitud podremos dar el paso definitivo que nos lleve del reino de la palabra al imperio del Espíritu, que no se contenta con nombrar las cosas sino que las realiza en la historia, transformando la tierra de sombras y tinieblas que habitamos en una tierra de luz, que mana leche y miel. Es el camino de la Pascua judía que llevó al pueblo esclavizado a caminar por el desierto hasta una tierra de libertad. Es el camino de Emaús en el que se hace presente la vida del Resucitado para dejar atrás la tristeza y el fracaso, para correr al encuentro de la comunidad que se construye desde las fragilidades de cada uno.

En definitiva es el camino de comunicación al que nos invita hoy la Navidad: vivir de una manera renovada la dinámica transformadora del bautismo, escuchando la Palabra, que desde la fuerza del Espíritu, vuelve a hacerse carne en nuestra carne, sangre, en nuestra sangre, para ofrecer una esperanza a toda la creación que gime con dolores de parto esperando su liberación.

“Jesús de Nazaret, palabra sin fin en tu nombre pequeño, caricia infinita en tu mano de obrero, perdón del Padre en calles sin liturgia, todopoderoso Señor en sandalias sin tierras, culmen de la historia creciendo día a día, hermano sin fronteras en una reducida geografía (...) Y en cada uno de nosotros sigues creciendo hasta que todo nombre, raza, arcilla, credo, // culmine su estatura” (BENJAMÍN GONZÁLEZ BUELTA, S.J.).
Hermann Rodríguez Osorio, S.J.*

La nostalgia de la Navidad




Por José Antonio Pagola

La Navidad es una fiesta llena de nostalgia. Se canta la paz, pero no sabemos construirla. Nos deseamos felicidad, pero cada vez parece más difícil ser feliz. Nos compramos mutuamente regalos, pero lo que necesitamos es ternura y afecto. Cantamos a un niño Dios, pero en nuestros corazones se apaga la fe. La vida no es como quisiéramos, pero no sabemos hacerla mejor. No es sólo un sentimiento de Navidad. La vida entera está transida de nostalgia. Nada llena enteramente nuestros deseos. No hay riqueza que pueda proporcionar paz total. No hay amor que responda plenamente a los deseos más hondos. No hay profesión que pueda satisfacer del todo nuestras aspiraciones. No es posible ser amados por todos.
La nostalgia puede tener efectos muy positivos. Nos permite descubrir que nuestros deseos van más allá de lo que hoy podemos poseer o disfrutar. Nos ayuda a mantener abierto el horizonte de nuestra existencia a algo más grande y pleno que todo lo que conocemos. Al mismo tiempo, nos enseña a no pedir a la vida lo que no nos pueda dar, a no esperar de las relaciones lo que no nos pueden proporcionar. La nostalgia no nos deja vivir encadenados sólo a este mundo.
Es fácil vivir ahogando el deseo de infinito que late en nuestro ser. Nos encerramos en una coraza que nos hace insensibles a lo que puede haber más allá de lo que vemos y tocamos. La fiesta de la Navidad, vivida desde la nostalgia, crea un clima diferente: estos días se capta mejor la necesidad de hogar y seguridad. A poco que uno entre en contacto con su corazón, intuye que el misterio de Dios es nuestro destino último.
Si uno es creyente, la fe le invita estos días a descubrir ese misterio, no en un país extraño e inaccesible, sino en un niño recién nacido. Así de simple y de increíble. Hemos de acercarnos a Dios como nos acercamos a un niño: de manera suave y sin ruidos; sin discursos solemnes, con palabras sencillas nacidas del corazón. Nos encontramos con Dios cuando le abrimos lo mejor que hay en nosotros.
A pesar del tono frívolo y superficial que se crea en nuestra sociedad, la Navidad puede acercar a Dios. Al menos, si la vivimos con fe sencilla y corazón limpio.

Evangelio del día, 23 de diciembre




Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1, 57-66

Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: «No, debe llamarse Juan». Ellos le decían: «No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre». Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Éste pidió una pizarra y escribió: «Su nombre es Juan». Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: «¿Qué llegará a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él.

Compartiendo la Palabra
Por Juan Lozano, cmf

Querido amigo/a:

“Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí”. Así comienza la profecía que Malaquías nos propone para hoy. Me centro en esta primera frase de la Palabra y te invito a orar hoy al Señor, a las puertas de su nacimiento, con esta pregunta: Señor, ¿quiénes han sido para mí tus mensajeros? ¿A quién me has enviado o me estás enviando? ¿Quién me habla de Ti a través de signos o palabras o acontecimientos? Y pídele en tu oración que no te haga ciego para tomar conciencia y darte cuenta de las personas que en tu historia de salvación el Señor ha ido poniendo a lo largo de tu vida, y está poniendo, para que prepares sus caminos. Porque esos ángeles (o mensajeros) a veces están entre nosotros y no los reconocemos. En ocasiones pedimos señales al Señor y no vemos las que nos envía. A veces le esperamos en acontecimientos extraordinarios y no lo vemos en lo más sencillo y cotidiano, como su encarnación entre nosotros, tan sencillo y pequeño como un niño.
Así era Juan el Bautista en el relato de su nacimiento que el evangelio hoy nos narra: un niño. “¿Qué va a ser este niño?” Un gran mensajero, el mensajero. Todos estamos llamados con nuestra vida a ser “Juanes Bautistas”, es decir a hacer como hacía él: señalar quién es el Cordero de Dios. “Este es el Cordero de Dios”. Nuestras vidas están llamadas, nuestra vocación cristiana consiste en, seas laico casado, soltero, religioso/a, sacerdote…, señalar con el dedo dónde está Jesús, dónde se le puede encontrar, dónde quiere nacer de nuevo entre nosotros. Estamos llamados a ser mensajeros entre nuestros hermanos, con humildad y sencillez, pero a la vez con valentía y capacidad profética, denunciando toda forma de denigración e injusticia. Para ello, como señalaba antes, debemos tener ojos para ver a los mensajeros que Dios me ha enviado, así yo también podré ser mensajero para otros, podré ser un Juan el Bautista que ayude a otros a encontrar al Señor, al Cordero de Dios.
Hoy terminan las antífonas de las Vísperas que hemos ido siguiendo durante la semana. La primera palabra de la de hoy es Emmanuel. Juntando todas las primeras letras sale: SARCORE. Y leído el acróstico en sentido inverso puede leerse ERO-CRAS, que en latín podemos traducir como: VENDRÉ MAÑANA.

¡Que así suceda!

21 diciembre 2011

Grupos de Confirmación. Fiesta fin trimestre

Ayer martes día 20 de diciembre, los grupos de Confirmación de 1º y 2º, se reunieron para reflexionar sobre la Navidad. Tras un juego sobre los personajes, lugares y situaciones más importante de este tiempo tan entrañable, los jóvenes realizaron una Oración y terminaron con un "lunch" fraterno.
¡¡Feliz Navidad a todos!!

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Grupos de Confirmación: Fin de trimestre, 20 diciembre

"Nativity" La historia de la Navidad

En Nazaret, un pueblo oprimido por las prácticas de los impuestos devastadores del rey Herodes, una adolescente, María, le dice a sus padres que se han organizado para que se case con Joseph. Angustiado por la idea de casarse con un hombre al que apenas conoce, María se refugia en un bosque para recoger sus pensamientos. No, es visitado por un ángel, quien le dice que ella ha sido elegida por Dios para llevar a su hijo. A pesar del escarnio público de un embarazo fuera del matrimonio, así como, María y José viajar a Belén para un censo encargado por el Rey. Es aquí, con un gran acontecimiento celestial que revela su profecía, en una historia-la definición de caso, que Jesús ha nacido.


Natividad del Señor, 25 diciembre




1.- Ante Dios hecho uno de nosotros, nadie puede quedar indiferente. Todo el mundo tiene que definirse. De esto tenemos símbolos en los evangelios de estos días. Los pastores abandonan su trabajo y van a Belén. La estrella se pone en camino y arrastra a los Magos de Oriente. Los posaderos cierran sus puertas a la Madre y el Niño. Herodes se inquieta y teme por su trono, todos se definen. Dios hecho hombre, hermanándonos por ser hermano común nuestro es el Misterio Central de nuestra Fe. O lo creemos o no. Si no lo creemos cerremos las puertas y ventanas como tantos vecinos de Belén. Pero si lo aceptamos no tenemos más remedio que tomar una postura congruente con nuestra Fe.

2.- Navidad para los que no creen puede ser motivo de borrachera y gamberrismo, para nosotros no. Navidad es Dios hecho carne de nuestra carne, como un hermano de sangre. Un hermano tan hermano de cada uno de nosotros, que se toma la libertad de sentarse en la butaca junto a la mía y decirme que es hermano mío, y que tiene otros hermanos que lo son también míos. Nos habla de su Padre que lo es también mío, de sus y de mis hermanos. Poco más nos dice, es machacón hasta hacerse molesto.
3.- Este Niño Dios, es un niño bueno, no coge lloreras ni rabietas porque no le entendemos o no queremos escucharle a la primera, sabe esperar y se duerme en nuestros brazos porque confía en cada uno de nosotros, confía que al fin va a triunfar su bondad y nuestra bondad, su generosidad y la nuestra.
Ignacio de Loyola, machacón como buen vasco, tiene el mal gusto de poner en la meditación del Nacimiento estas frases: “mirar cómo caminan para que el Señor sea nacido en suma pobreza y al cabo de tantos trabajos para morir en cruz, y todo esto por mí.
4.- Este nacimiento de Dios es algo personal mío, no tenemos derecho a descafeinarlo diluyéndolo como algo que es de todos, es de cada uno y el Niño Dios espera y espera el vasco machacón, que eso “por mi” ponga todo el amor de que soy capaz al desnudo, y que ese amor se convierta en verdadera fraternidad entre el Señor y nosotros y entre nosotros y nosotros. Un amor que vence todo recelo, rencor, intereses creados, todo aquello que impide que seamos un pueblo de hermanos, como la Iglesia de Jesús soñó tal vez desde el pesebre de Belén.
En el portal de Belén hay ya tanto pastor y tanto rey que no sé si cabremos, pero apretándonos todos vamos a entrar a pedir al Niño Dios, que si no sabemos ser hermanos de esos hombres que nos apretujan al menos nos haga hermanos del buey y la mula, que a su modo saben convivir y servir a un mismo Señor.

Evangelio del día, 21 diciembre




Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1, 39-45

Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
«¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
Compartiendo la Palabra
Por Juan Lozano, cmf

Querido amigo/a:
Cuando el amor llega a tu vida, si es amor verdadero, sientes alegría. Amor de distintas formas y múltiples expresiones. Da igual que sea amor fraterno entre amigos, filial entre padres e hijos, erótico de pareja… Si el amor llega, te ilumina. Y digo amor, no enamoramiento, pues este último es una emoción, y las emociones son pasajeras, mientras que el primero es un sentimiento, y estos perduran y se anclan en el interior de la persona. Está llegando el Amor de Dios y la Palabra nos muestra dos bellos relatos.En el Cantar de los Cantares, la amada está como loca pues viene su amado, y con este amor hasta la naturaleza cambia de estación: del invierno a la primavera. Las flores del campo, las higueras que despuntan, las viñas abultadas, la estación de los cánticos, el arrullo de la tórtola…, todo invita a celebrar el amor y a gozar de él. El oído despierto percibe la proximidad del amado, aunque no sea más que «un rumor... ». La mada se imagina cómo se acerca presuroso su amado, cómo mira y atisba por la ventana y por la reja. Oye su voz.En el evangelio de Lucas, María no puede soportar más la alegría que lleva dentro y la tiene que compartir con alguien, con su prima Isabel. Su gozo es expansivo. No se lo puede guardar. Le resulta imposible permanecer callada, quiere alegrar con la alegría que lleva dentro de tal modo que hasta el otro niño, futuro Juan, salta de gozo en el seno de su madre. La alegría auténtica y verdadera, como sentimiento profundo, no como emoción pasajera, es contagiosa.
Pues bien, querido hermano/a, este amor llega. Ya queda menos. Ojalá lo esperemos con la misma expectación con que lo esperó la amada del Cantar y la Virgen María, nuestra Madre. Ojalá llegue a nuestra vida en la forma en la que el Espíritu considere más oportuna. De momento rezamos con la antífona de hoy que reza: “Oh Sol” (Oriens) ¡Que esta divina luz entre hasta el fondo del alma y nos enriquezca!

20 diciembre 2011

Domingo 25 de diciembre

25 Diciembre

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Red Asís, diciembre 2011

Carta Mensual Red Asís, Diciembre 2011

Natividad del Señor: ¡¡Jesús ha nacido en tu corazón!!

Yo te saludo, María


Yo te saludo, María,
porque el Señor está contigo:
en tu casa, en tu calle, en tu pueblo,
en tu abrazo, en tu seno.
Yo te saludo, María,
porque te turbaste
–¿quién no lo haría ante tal noticia?–
mas enseguida recobraste paz y ánimo
y creíste a un enviado cualquiera.
Yo te saludo, María,
porque preguntaste lo que no entendías
–aunque fuera mensaje divino–
y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego,
sino que tuviste diálogo y palabra propia.

Yo te saludo, María,
porque concebiste y diste a luz
un hijo, Jesús, la vida;
y nos enseñaste cuánta vida
hay que gestar y cuidar
si queremos hacer a Dios presente en esta tierra.

Yo te saludo, María,
porque te dejaste guiar por el Espíritu
y permaneciste a su sombra,
tanto en tormenta como en bonanza,
dejando a Dios ser Dios
y no renunciando a ser tú misma.

Yo te saludo, María,
porque abriste nuevos horizontes
a nuestras vidas,
fuiste a cuidar a tu prima,
compartiste la buena noticia,
y no te hiciste antojadiza.

Yo te saludo, María.
¡Hermana peregrina de los pobres de Yahvé,
camina con nosotros,
llévanos junto a los otros
y mantén viva nuestra fe!



Evangelio del día, 20 diciembre




Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1, 26-38

El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relación con ningún hombre?»
El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu palabra». Y el Ángel se alejó.
Compartiendo la Palabra
Por Juan Lozano, cmf

Querido amigo/a:

Necesitamos señales para ver por dónde vamos. Para ver si por donde vamos, vamos bien; si este es el camino o nos hemos salido de él. Estas señales son las balizas que vemos en los caminos de montaña, los hitos, los mojones, los indicadores,…no sé cómo los llaman en tu región. Los que utilizan los actuales GPS para desplazarse, también los necesitan para no salirse de la ruta; se llaman “tracks” o “way points”. Cuando vas caminando por la montaña o por el bosque o por el páramo y llegas a uno de ellos, sientes un gran alivio, una gran tranquilidad, pues te confirman que vas en la dirección correcta, y al poco tiempo, ves el siguiente, a veces con levantar la mirada más allá. ¿Has encontrado estos indicadores durante este Adviento? Piénsalo despacio, porque si has trabajado este tiempo de esperanza, seguro que has pasado por ellos, aunque no siempre hayas sido consciente. Situaciones, acontecimientos ocurridos durante estas tres semanas anteriores, personas y relaciones, conversaciones, momentos de silencio y oración, de paz, de reflexión, de prueba…
El profeta Isaías hoy nos muestra una de estas señales o balizas que el rey Acaz necesitaba de Dios para asegurarse de que estaba con ellos ante la invasión asiria. Señal que le cuesta pedir porque Dios va a pensar que no se fía de él. La señal es el nacimiento de un niño llamado “Emanuel” cuyo nombre ya significa que Dios está con su pueblo y no lo abandona: “Dios con nosotros”.
El Evangelio de Lucas nos muestra la señal de las señales: la Anunciación. “Ahí tienes a tu pariente Isabel, que a pesar de su vejez…” María se fió de esta señal, siguió esta baliza y la siguiente, y la siguiente hasta el pie de la cruz. Pero allí no terminaban, habría más: Jerusalén, Pentecostés… No quedo defraudada, como ya sabemos.
¿Qué señales ves en este Adviento? ¿Qué te quiere decir el Señor? ¿Por dónde vas? No importa saber el final del camino ni a dónde nos lleva, sólo Dios lo sabe. Lo importante es caminar confiado, como el buen peregrino, siguiendo las señales del camino para no perderse. Nunca adelantándose al Espíritu Santo, siempre detrás, para ir seguro.