14 noviembre 2011

Reflexión: Somos el talento a descubrir





CONTEXTO

Mateo sigue con sus amonestaciones. Estamos en el tiempo de la comunidad, antes de que llegue el tiempo escatológico, que aquellos cristianos creían cercano. Cada miembro debe tomar la parte de responsabilidad que le corresponde y no defraudar ni a Dios ni a los demás. Seguramente en tiempo de Mateo, ya había quien se dedicaba a vivir del cuento, sin dar golpe. Es curioso que las tres parábolas de este capítulo 25 hagan referencia a omisiones, a la hora de advertir de las consecuencias de nuestros actos.


EXPLICACIÓN

El talento no era una moneda real, sino imaginaria, era como un billete de banco o un pagaré. En griego “tálanton” significa el contenido de un platillo de la balanza, pesada. Era una cantidad desorbitada, que equivalía a 26-41 kilos de plata = 6.000 denarios; el salario de 16 años de un jornalero. Esto es importante a la hora de apreciar la realidad espiritual significada en esas cantidades. Para entender lo de enterrar el talento, hay que tener en cuenta, que había una norma jurídica, según la cual, el que enterraba el dinero que tenía en custodia, envuelto en un pañuelo (de la cabeza), no tenía responsabilidad civil, si se perdía. Parece ser que era la forma más segura de guardarlo. Sigue leyendo...