16 octubre 2011

XXIX Domingo del T.O. (Mt 22, 15-21) - Ciclo A: Me encantan los 0000. Sí, los ceros



Dad a cada uno según la imagen que lleva inscrita.
El denario es del César, porque lleva su imagen. El hombre es de Dios porque también lleva impresa su imagen: “Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra. A imagen suya los creó, hombre y mujer”. Las monedas valen según la imagen que llevan y el valor que les da el Banco Central.
Los hombres valen según la imagen que llevan y el valor que Dios les da.
El valor de las monedas depende del Banco Central de Reserva.
Por eso puede devaluarse o revaluarse.
El valor de los hombres y mujeres depende únicamente de Dios.
Por eso nadie puede devaluarlo.
Sólo nos queda reconocer su verdadero valor.

- Cuando era estudiante me encantaban los ceros. Siempre anduve mal en matemáticas. Y los ceros me gustaban tanto para multiplicar como para sumar. Eran maravillosos, ni necesitaba de los dedos para contar.
- y ahora me siguen gustando los ceros. Pero por otros motivos distintos.
- los ceros no tienen valor de por sí, como tampoco el papel moneda.
- necesitan siempre de alguien para tener valor, en el caso del hombre Dios.
- además son los números del pobre que no tiene nada.
- y son los números que ansían los ricos porque hacen millonaria a la gente.
- el cero es poco, casi nada, y es mucho.

Me encantan los ceros porque en su pobreza son toda una posibilidad. Es el número que aumenta de valor cuando se sabe arrimar a otro número. Me encantan los ceros cuando son humildes y se aceptan a sí mismos como son, ceros. Y dan preferencia a otro número delante de ellos. En cambio, me dan pena cuando llevados de su orgullo ocupan el primer lugar. ¿Ponemos unos ejemplos? 
Sigue leyendo...