31 octubre 2011

Santos, Difuntos o Fantasmas. La profanación mercantil del Halloween




Publicado por El Blog de X. Pikaza

No me espanta el Halloween como fiesta pagana de origen quizá celta, pero con raíces mucho más extensa, yo diría universales: el culto y recuerdo de la muertos, con lo que tiene de fascinación, pavor y vibración del alma, es una de las bases de la cultura humana (y de la religión). Si un día lo olvidamos, si los muertos dejan de ser “sagrados” en el sentido más hondo del término, dejaremos también de ser humanos. Me espanta un Halloween sin hondura humana, manejado comerciantes del dinero y de vida humana. Habremos perdido el temblor y la emoción de la vida, seremos ya máquinas, en manos de la pura banalidad o de la máquina económica que todo lo corrompe. Viviremos sin repliegues de misterio en el alma, pero no tendemos alma. Esto es lo que puede suceder por la vía de un Halloween sin fondo de misterio ante la vida y la muerte. Habremos borrado la “fiesta” de los santos y de los difuntos de todos. Seremos como autómatas en manos del comercio de algunos. De esto quiero tratar en el entorno de estos días de santos y difuntos (para otros de Halloween; 1-2 de noviembre), no para negar el Halloween como posible fiesta de la muerte (¡que yo he celebrado de niño!), sino para darle su sentido antropológico, religioso, que no es comercial, sino de apertura al misterio de la vida.

1. El Halloween de mi abuela (=amama).
Celebré un año las fiestas de los santos y difuntos con la amama, en el basherri de Aldekoa/Arrueta. Con ella se podía hablar de todo y así hablamos. Fue una de las más hondas lecciones que me han dado, sobre la vida y la muerte. Yo tendría en torno a ocho año (quizá siete y miedo, quizá ocho y medio). Sigue leyendo...