20 junio 2011

Dios del Silencio

No anuncias la hora de tu llegada,
ni pregonas tu presencia
con trompetas, campanas o cañones.
Ya no nos convocas, como antaño,
con signos y prodigios, a ver tu gloria.
No quieres espectáculos.
Te pierdes por calles secundarias,
plazas públicas y mercados de barrio
donde no hay pedestales ni estatuas.
Tú no eres un dios de aplausos,
gritos y vítores.
Eres el Dios de la brisa y el silencio.
Tú llegas al corazón
y susurras palabras de vida.
Y, en las encrucijadas, miras y miras.
Y te quedas si te aceptamos;
y te vas si te rechazamos.
Eres la salvación y te ofreces a todos,
siempre y gratis,
pero sólo te acogen
los que saben de silencios
y encuentros trinitarios:
contigo,
con los otros
y con ellos mismos.
Dios silencio.
Dios encuentro.
Dios trino
.

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