19 marzo 2011

19de Marzo: Día de San José



1. Hoy día, en nuestros medios de comunicación, San José no hubiera salido nunca en la pantalla de televisión. Y, como según dicen los artistas y personajes famosos, sólo existen los que salen en televisión, pues San José no hubiera existido. No hubiera existido para los demás el hombre que hizo de su vida un trabajo y un servicio, callado y humilde, a favor de los demás. De hecho, San José, probabilísimamente, no conoció la vida pública de Jesús. Trabajó, con todo su cuerpo y con toda su alma, para que Jesús, durante su vida privada, pudiera vivir dignamente, según los planes de Dios. A la mayor parte de las personas nos gusta ser conocidos y reconocidos por los demás; vamos, que nos encantaría salir en televisión. Pues, a San José, no. Gracias a su trabajo, callado y humilde, María y Jesús pudieron vivir dignamente y, después de que él murió, salieron, y ¡de qué manera!, en televisión. Esta vida de José, como vocación de servicio a los demás, sin buscar nada para sí mismo, es lo que nos propone hoy la Iglesia a todos los cristianos. Trabajemos para los demás, sembremos árboles cuyos frutos no comeremos nosotros, sino nuestros hijos y nuestros nietos, y así también nosotros, como José, seremos personas que vivimos para los demás. Como Dios manda, y como San José nos enseñó.

2. San José, patrono de la Iglesia. El Papa Juan XXIII nombró a San José, patrono de la Iglesia. La Iglesia no vive para sí misma, nos han dicho los Papas reiteradamente; la Iglesia vive para el evangelio, para el Reino. Una Iglesia que se preocupara principalmente de servirse a sí misma no sería la Iglesia de Cristo. Por eso, San José es un buen patrono de la Iglesia. Porque el patrono no sólo es custodio y protector, sino que es, sobre todo, modelo de vida y santidad. Todos nosotros somos Iglesia, todos nosotros formamos la Iglesia; por eso, San José es también patrono, es decir, custodio, protector y modelo de cada uno de nosotros. Honremos hoy el patrocinio de San José, haciendo el propósito de no vivir para nosotros mismos, sino para el evangelio, para el Reino. Como hizo San José.

3. San José, patrono de los seminarios. Es patrono de los seminaristas que, en el seminario, se preparan para el sacerdocio, y es también padre y patrono de los sacerdotes que quieren ser, en todo lo posible, imitadores de Cristo, el hijo de José. A los seminaristas se nos educó durante muchos siglos para ser padres, jueces y maestros, en lo espiritual, se entiende, de los fieles cristianos. Pero, desgraciadamente, al sacerdote se le vio, durante muchos siglos y en muchos países, más como una autoridad, que como un servidor, de la comunidad cristiana. Lo que el sacerdote dijera, iba a misa. Hoy queremos que seminaristas y sacerdotes nos preocupemos más de servir que de mandar; preferimos que nos vean más como padres y servidores, que como jueces y maestros. En esto, nos ha ayudado mucho el patrocinio de San José. En este día de su fiesta se lo agradecemos sinceramente.

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