22 enero 2011

Domingo 23 de enero: Día de la Infancia Misionera



MAÑANA DÍA 23 DE ENERO: Día de la Infancia Misionera

Basta echar una mirada a nuestro mundo para comprobar la dramática situación que sufren millones de niños, víctimas inocentes en todo tipo de escenarios de violencia e injusticia. 
Conflictos armados, que se ceban en la vida de los niños o los convierten en huérfanos, refugiados, niños soldado, heridos por las minas... 
Tratos tan crueles como la explotación laboral o la prostitución infantil...  
Ámbitos donde la pobreza aboca a los niños a la mendicidad, al hambre, a las enfermedades, a la imposibilidad de acceder a la educación...  
Lugares donde los niños no tienen oportunidad de conocer a Jesús y hasta qué punto Él se ha identificado con ellos: “El que acoge en mi nombre a un niño como este, a Mí me acoge”...
 
Frente a estas necesidades, los niños de Infancia Misionera de España y más de un centenar de países ofrecen respuestas concretas, nacidas de una conciencia cristiana de fraternidad entre todos ellos a lo largo y ancho del mundo, y en línea con la tarea que llevan a cabo los misioneros, a los que apoyan con su oración, pequeños sacrificios y solidaridad. De este modo, se ponen manos a la obra para que todos los niños y niñas del mundo puedan crecer felices y tengan la oportunidad de oír hablar de Jesucristo como Salvador.

Esta Obra apoya la formación catequística, espiritual y celebrativa de los niños de los territorios de misión, incluyendo la construcción y dotación de templos y locales adecuados. Numerosos proyectos de pastoral de la infancia, de formación cristiana y de animación misionera son financiados con la solidaridad de los niños, que comparten no solo lo material, sino el mayor bien de que disponen: su fe en Jesús.

La Infancia Misionera despliega también una amplia acción en campos relacionados con la protección de la vida, atendiendo a niños en clínicas, dispensarios y hospitales; acogiendo y atendiendo a niños minusválidos, huérfanos o abandonados; y construyendo y dotando orfanatos.

En su actividad de promoción de la educación escolar y preescolar, la Infancia Misionera ofrece apoyo para gastos de alimentación y estudio; construye, dota y mantiene jardines infantiles, escuelas maternales, escuelas primarias y escuelas medias; y adquiere el material pedagógico necesario.

La financiación de estos proyectos se realiza a partir de la cooperación económica de los niños: todos ellos se sienten uno, y por eso comparten lo que tienen para ayudarse entre sí y apoyar a sus hermanos que más lo necesitan, sin distinción de raza, cultura o religión. Esto implica y a la vez potencia una labor informativa y educativa: los niños descubren la difícil situación de otros niños, víctimas de la violencia y de la pobreza, y se implican en su solución.

Reuniendo sus pequeñas aportaciones (a menudo ofrecidas con un generoso esfuerzo), los niños de los cinco continentes hacen posible atender, a través de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera, a muchos niños como ellos que sufren la injusticia, la irracionalidad y el olvido de los adultos, o que, como se ha indicado al principio, aún esperan conocer la Buena Noticia de Jesús.

En nuestras comunidades cristianas, la Obra Pontificia de la Infancia Misionera ofrece su actividad para despertar y avivar el espíritu misionero universal de los niños y de sus animadores, mediante actividades, cursos, materiales y publicaciones de animación misionera.

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